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Por Ricardo Soca ///

Una vez implantada la democracia en Atenas por el estratega Pericles en el siglo V antes de nuestra era, el pueblo se reunía en la plaza pública o ágora para deliberar sobre los asuntos públicos. La Asamblea de ciudadanos era soberana, pero no tan democrática como se suele creer, puesto que solo tenían derecho a participar en ella entre el ocho y el diez por ciento de los habitantes de la ciudad, ya que quedaban fuera los esclavos y los metekos ‘extranjeros’.

En Atenas y en otras ciudades griegas, la Asamblea del Pueblo era convocada por un heraldo; el verbo griego para denominar esta tarea era ekkalein ‘evocar’, ‘convocar’, con el sentido de llamar a «los que están fuera del ágora», aunque sin significado religioso alguno.

Los primeros cristianos se reunían en asambleas, una antigua costumbre heredada de los hebreos, que estos denominaban gahal: la congregación del pueblo de Israel como comunidad religiosa, pero con fines meramente culturales. En la traducción del Antiguo Testamento al griego por los Setenta, se adoptó el nombre de la ekklesía ateniense para designar las gahalim. La palabra pasó al Nuevo Testamento con el sentido de «reunión de los cristianos en torno de Jesús» y fue muy usada por san Pablo, quien llamaba ekklesía a diversas comunidades locales, por ejemplo en algunos títulos de sus epístolas, pero fue en la que dedicó a los tesalonicenses donde se refirió por primera vez a la ekklesía como un cuerpo cuya cabeza era Cristo.

La palabra llegó al español a través del bajo latín eclesia, del latín clásico ecclesia, como parte del sustrato básico de nuestra lengua, documentado por primera vez como eglesia en las Glosas Emilianenses, en el siglo X. En el Cantar de Mio Cid aparece como eclegia; un siglo más tarde, en Berceo, nuevamente como eglesia y ya también como iglesia.

Durante algún tiempo se alternan otras formas, como elgueja, elguesia y egrija, forma esta que dio lugar a topónimos como Grijota y Grijalba, hasta que en la segunda mitad del siglo XIV, se generalizó el uso de iglesia.

La eclesia de los primeros cristianos se llamó église en francés, igreja en portugués y chiesa en italiano.

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Lengua curiosa, el blog de Ricardo Soca en EnPerspectiva.net, actualiza los martes con los secretos que albergan las palabras en su significado. El primer martes de cada mes incluye también una de sus Grageas de lenguaje.

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