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Disputatio periodística
¿Por qué es más noticia una matanza en París que en Beirut?

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Por Darío Klein ///

Todavía sangrante la carnicería que consumó un grupo de yihadistas en París, las redes sociales empezaron a hacer circular fotografías de un atentado del mismo grupo terrorista, el día anterior, en Beirut. El argumento más manejado era: “¿Por qué los medios de comunicación occidentales le dan tanta cobertura a un ataque y menos al otro?”. La razón es sencilla y es periodística. No se trata de empatía, simpatía o imperialismo. Se trata de periodismo, del concepto mismo de qué es noticia.

El mundo está plagado de acontecimientos. Algunos de ellos se convierten en noticia, es decir, llegan a los medios masivos de comunicación. Otros no. Y dentro de cada medio, algunos tienen más relevancia que otros.

Si bien entre periodistas y académicos no hay una definición precisa de qué es noticia, sí hay un acuerdo general respecto a cuáles son los elementos que requiere un hecho cualquiera para convertirse en tal. Estos son algunos, vinculados a este tipo de suceso:

Impacto, efecto, consecuencia: los eventos que tienen efectos significativos o a largo plazo son noticiosos por naturaleza. Son hechos que generan efectos perdurables. Pueden ser cambios de liderazgos, hallazgos científicos, modificaciones de leyes o nuevos impuestos. O ataques terroristas que cambian el ajedrez geopolítico.

Cercanía y proximidad: entre hechos de valor similar, normalmente aquellos que ocurren más cerca geográfica o culturalmente tienen más importancia noticiosa. En un diario local de Salto, un robo será noticia de primera plana, pero en Montevideo tal vez no llegue a ocupar una sola línea del periódico. Una inundación en Brasil con algunos cientos de muertos generará una mayor cobertura que una en China con miles de víctimas. Una serie de atentados terroristas en París, una de las capitales culturales de Occidente, una de las ciudades más visitadas del mundo, cuna de la Ilustración, la república y una de las urbes que más ha influido en la cultura americana, resulta para el público latinoamericano un hecho muy próximo.

Lo inesperado: si se trata de un hecho importante que ya sabemos que va a ocurrir, probablemente genere menos interés que un hecho que no sospechábamos que podría suceder o que nos sorprende. Como una serie de atentados en cadena en París, uno de los cuales afectó en vivo, para todo el mundo, a un estadio de fútbol.

Conflicto: cuando un hecho tiene elementos de conflicto o controversia, eso aumentará su valor noticioso. Eventos deportivos o elecciones. Debates políticos o entre vecinos. Polémicas internacionales, como las que ha generado el terrorismo islamista o la intervención de potencias occidentales en el “mundo árabe”.

Inmediatez: la palabra "noticia" lo dice todo. A los medios no les interesa dar a sus lectores, televidentes u oyentes información que ya tienen. Puede tratarse de un hecho que ocurrió hace tiempo, pero que recién ahora
se conoce o un desarrollo de ese hecho que recién averiguamos y comunicamos. Es decir, lo último es más noticia.

Prominencia: los hechos que involucran a personas conocidas o famosas siempre son noticiosamente más importantes que las que involucran al resto de los mortales. Esto también aplica a ciudades o a los nombres de las víctimas.

Interés humano: hay historias o noticias que tal vez carecen de otros elementos con valor noticioso pero que, de algún modo, evocan una respuesta emocional del público. Historias de interés humano que tal vez tengan escaso o nulo impacto en las vidas del público, pero que generan una respuesta emocional –amor, odio, ira, simpatía, compasión, curiosidad o miedo–.

Además –y aunque no figure en los manuales– una información de mayor envergadura suele tapar a otra anterior o de menor impacto. Es así. Guste o no, las noticias se van superponiendo unas a otras. Por ejemplo, en Uruguay, un homicidio en verano, época de pocas novedades de tipo político, social o deportivo, siempre genera mayor cobertura que en cualquier otra época del año.

En resumen
Si repasamos uno a uno estos elementos, veremos que los ataques en París se convirtieron en portada mundial por varios motivos: porque cultural y hasta geográficamente ocurrieron en un lugar con el que tenemos una gran cercanía; porque fueron algo inesperado y sorprendente que, salvo para expertos o gente muy estudiosa del fenómeno terrorista, no estaba en los planes de casi nadie; porque es evidente, y se verá lamentablemente en los próximos días, que es un hecho que desatará consecuencias e impacto a largo plazo dentro y fuera de Francia; porque, además, es un hecho que genera debate, conflicto, como se vio precisamente en el intercambio de las redes sociales; y porque solo hay un cierto espacio para las noticias y, al haber una de mayor impacto, la otra queda relegada.

Por último, porque al ocurrir en un lugar con más prensa y mayor conexión mediática internacional es más fácil de cubrir y, por tanto, de dar un buen servicio al público. De algunos lugares en guerra, como por ejemplo Siria, es extremadamente difícil conseguir información o imágenes, pese a los ríos de sangre que corren y las matanzas casi diarias. Allí los periodistas independientes han sido tomados como blanco, decapitados y expulsados. Una de las escasas e insólitas fuentes de información han sido los videos difundidos por el propio grupo Estado Islámico para infundir más terror.

Es cierto, como argumentó mucha gente, que todos los muertos duelen, que todos los muertos valen lo mismo. Personalmente me entristece cualquier hecho que ocurra en Beirut, ciudad que conocí hace poco y me fascinó, como me fascina París. Pero no se trata de qué ciudad nos gusta más o de cuál de las víctimas nos genera mayor empatía. Se trata de periodismo.

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Disputatio periodística, el blog sobre periodismo de Darío Klein en EnPerspectiva.net, actualiza en forma quincenal, los jueves.

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