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Inclusión financiera: ¿Cómo avanzan los medios de pago electrónicos en Uruguay?

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El Gobierno está impulsando decididamente su estrategia de inclusión financiera y, en ese marco, el uso de medios de pago electrónicos está mostrando desde hace ya algunos años una tendencia alcista muy marcada, tendencia que en general es bienvenida pero que no está libre de algunos cuestionamientos. Análisis del economista Pablo Rosselli, socio de la consultora Deloitte.

Emiliano Cotelo (EC): Por ejemplo, este verano las estaciones de servicio de Maldonado decidieron no aceptar el pago con tarjetas de crédito o débito en el horario diurno como forma de protesta ante las comisiones que persiguen los sellos.

Aprovechando que esta semana el Banco Central divulgó cifras correspondientes al segundo semestre de 2016, nos pareció oportuno dedicar nuestro análisis económico de hoy a este tema… Y para eso estamos en diálogo con el economista Pablo Rosselli, socio de la consultora Deloitte.

Romina Andrioli (RA): Para comenzar, Pablo, ¿cuánto se gasta en Uruguay con tarjetas de crédito y con tarjetas de débito? ¿Qué marcaron las cifras que acaba de publicar el BCU?

Pablo Rosselli (PR): En el conjunto de 2016, las compras con tarjetas de crédito emitidas en Uruguay ascendió a US$ 4.300 millones de dólares. Eso supuso un crecimiento de 17% medido en pesos y un aumento de 7% en términos reales, esto es si descontamos la inflación promedio del año. La razón para medir el crecimiento en pesos y no en dólares es que las variaciones del tipo de cambio nos distorsionan la lectura de las cifras… Igual manejamos el valor absoluto del gasto en dólares porque es más fácil de recordar… En el caso del débito, el gasto con tarjetas de débito emitidas en Uruguay ascendió a US$ 2.300 millones aproximadamente y eso pauta un aumento de 69% en pesos y de 54% en términos reales.

En los dos casos hay un aumento considerable pero el dinamismo es claramente mayor en el débito. Y eso se explica porque hasta hace un tiempo los uruguayos no usábamos el débito pero eso empezó a cambiar cuando el gobierno anunció la estrategia de inclusión financiera… De hecho, las cifras del segundo semestre del año muestran un gasto con tarjeta de débito bastante mayor al gasto del primer semestre… Recién decía que en 2016 se gastaron con tarjeta de débito unos US$ 2.300 millones aproximadamente… eso surge de menos de US$ 1.000 millones en el primer semestre y de más de US$ 1.300 millones en el segundo semestre…

RA: – ¿Y qué hay detrás de esta expansión del gasto con tarjetas, Pablo? ¿Está aumentando la cantidad de tarjetas de crédito y débito o las usamos más? ¿Qué factor es más importante?

PR: – Ocurren las dos cosas, aunque la incidencia de cada factor es diferente según hablemos de tarjetas de crédito o de tarjetas de débito…

En el caso de las tarjetas de crédito, se observa un aumento de la cantidad de tarjetas emitidas, aumento que se debe a las tarjetas emitidas por los bancos. En el segundo semestre de 2016 la cantidad de tarjetas emitidas ascendía a unos 3 millones y esa cifra era un 6% mayor a la observada en el segundo semestre de 2015. La cantidad de tarjetas de crédito bancarias subió 13% en términos interanuales mientras que las no bancarias cayeron 2%. A su vez, la cantidad de veces que usamos las tarjetas sigue subiendo… En las bancarias pasó de un promedio mensual de 2,6 transacciones por tarjeta emitida en el segundo semestre de 2015 a un promedio mensual de 2,9 transacciones (más de 10% de aumento). En las tarjetas no bancarias el incremento fue similar.

A su vez, como estamos usando más las tarjetas de crédito, el monto promedio de las transacciones viene cayendo, sobre todo en las bancarias… Las tarjetas de crédito bancarias se usan actualmente en transacciones de un valor promedio de unos 1.450 pesos… Hace unos años, la transacción promedio estaba cerca de 1.900 pesos (a valores de hoy, es decir teniendo en cuenta la inflación)…

Por lo tanto, Romina, en el caso del gasto con tarjetas bancarias, el principal factor es el aumento en el número de tarjetas emitidas (porque los bancos están trabajando fuerte para tener más clientes de tarjetas)… A su vez, la gente usa más veces esas tarjetas pero también las usa en transacciones de menor valor… En las tarjetas de crédito no bancarias, el crecimiento pasa por el mayor uso y no hay una caída muy significativa en el valor de las transacciones.

RA: – ¿Y cómo es ese análisis en el caso de las tarjetas de débito?

PR: – En el caso de las tarjetas de débito, está aumentando de modo muy fuerte la cantidad de tarjetas (10% si comparamos el segundo semestre de 2016 contra el segundo semestre de 2015) y al mismo tiempo sube 65% anual la cantidad de transacciones…

Y el monto promedio de las transacciones está bajando un poco (menos de 10% en términos reales en el último año) pero esa tendencia debería acentuarse en los próximos años a medida que nos acostumbremos a usar mucho el débito inclusive en transacciones pequeñas.

RA: – Está bien, Pablo… ¿Cuántas tarjetas de débito hay emitidas en Uruguay? Te lo pregunto porque antes decías que había unos 3 millones de tarjetas de crédito… ¿Cómo comparan con esa cifra las tarjetas de débito?

PR: – Las tarjetas de débito emitidas en Uruguay ascienden a 2,4 millones… Muchas de esas tarjetas fueron emitidas hace mucho tiempo porque la gente las usa para retirar dinero en efectivo.

Lo que fue cambiando con la inclusión financiera fue que los bancos pusieron un fuerte énfasis (con promociones atractivas) en mostrarle a sus clientes que la tarjeta permitía debitar en los comercios y a la vez el gobierno estableció incentivos fiscales para el pago con esos instrumentos y también estableció subsidios para que los comercios adquirieran los POS…

A partir de este año, las compras con tarjetas de débito y con billeteras de dinero electrónico reciben un descuento equivalente a 4 puntos del IVA… que es un incentivo bastante importante.

En ese marco, también se está observando que la cantidad de transacciones con débito está subiendo mucho mientras que los retiros de efectivo de los cajeros crece muchísimo menos…

RA: – Pablo, por lo que se comentó en algunos artículos de prensa, el Banco Central también proporcionó algunas cifras que permiten una comparación en los hábitos de uso en nuestro país con otros países… ¿Cuáles son los aspectos más novedosos?

PR: – Hay algunos indicadores interesantes… El gasto promedio por transacción con tarjeta de crédito en Uruguay se encuentra en torno de 50 dólares (menos de 1.500 pesos, como decía antes)… En otros países el gasto medio tiende a ser un poco más alto… Eso refleja que en Uruguay hay una tradición larga de uso de la tarjeta de crédito, que se desarrolló en buena medida a partir del hecho de que las tarjetas ofrecen planes de cuotas sin recargo y no cobran intereses entre la compra y el pago si se cancela el total del monto adeudado cuando llega el resumen de cuenta… En otros países, la oferta de financiamiento sin intereses es menos fuerte.

Por el contrario, en Uruguay el gasto con tarjeta de débito (en torno de 45 dólares) luce alto en la comparación internacional… Eso marca que en Uruguay todavía usamos poco el débito… porque es un medio de pago que solo en modo reciente cobró dinamismo…

Y por último, esas comparaciones muestran que todavía hacemos muchos retiros en efectivo… Por cada 100 pesos que retiramos en efectivo de los cajeros, en Uruguay gastamos 40 pesos en transacciones con tarjeta de débito o crédito… En otros países, la tendencia apunta a que se hacen tantos pagos con tarjetas como retiros en efectivo… y en algunos países los retiros en efectivo ya son gastos con tarjeta.

RA: – Para terminar, Pablo, pasemos al tema de las comisiones… Los beneficios de la inclusión financiera están claros, pero en los últimos tiempos han surgido cuestionamientos a las comisiones… ¿En qué nivel están esas comisiones?

PR: – No tenemos información pública bien consolidada, pero de acuerdo a lo que han comentado miembros del equipo económico, las comisiones por tarjeta de débito rondan el 2%… Hay poca dispersión de esa comisión en función del tipo o tamaño de comercio… Los aranceles más altos están en torno de 2,2%; para los comercios más pequeños los aranceles más altos están en 2%… y los aranceles más bajos están en torno de 1,8%… Son cifras aproximadas; no podemos estar seguros de que no haya alguna excepción…

Para las estaciones de servicio, que comentaba Emiliano al comienzo, entendemos que el arancel es más bajo, de 1,3%.

RA: – De todos modos, Pablo, las estaciones de servicio alegan que ese porcentaje es alto para el margen del negocio… ¿No debería haber alguna manera de regular eso? Te lo pregunto porque el gobierno está alentando el uso de los medios de pago electrónico y eso supone más costos para los comercios.

PR: – Varios comentarios, Romina… El gobierno ha evitado por el momento, recurrir a una definición por ley o decreto de las comisiones… Nos parece que esa es una decisión acertada porque no es competencia del gobierno fijar precios en la economía… solamente a vía de excepción el gobierno fija algunos precios… pero en general, el buen funcionamiento de la economía requiere que los precios se fijen en los mercados.

Dicho esto, también es cierto que en algunos mercados la competencia puede ser insuficiente y eso puede dar lugar a algún tipo de regulación pero en general se evita que la regulación actúe directamente sobre los precios.

Por otra parte, es importante advertir que el gobierno acordó con las instituciones financieras que emiten las tarjetas de débito un cronograma de reducción de los aranceles… hace unos años, los aranceles podían ser mucho más altos… y hoy está planteado que a medida que crezca el uso del débito, las comisiones continuarán bajando. Esta solución de colaboración y acuerdo parece adecuada, porque evita que el gobierno se ponga en una posición de regular precios… Una vez que el gobierno empieza a regular precios es difícil saber dónde va a terminar… Tú decías que las estaciones alegan que su margen es bajo para absorber ese costo… eso puede ser cierto, pero seguramente hay otros negocios que también tienen márgenes bajos.

El gobierno insiste, correctamente a nuestro juicio, en que la aceptación del débito o el crédito como medio de pago es voluntaria para el comercio y al mismo tiempo el gobierno trabaja junto con las instituciones bancarias para tratar de reducir ese costo.

Dicho todo eso, en el caso de las estaciones hay una salvedad importante y es que las estaciones de servicio no pueden, por disposición del gobierno, aceptar efectivo durante la noche… Esa disposición que se debe a consideraciones de seguridad pública implica efectivamente un costo que las estaciones no pueden evitar.

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