A. Económico

¿Efecto Trump?: Índices accionarios en EEUU comenzaron el año con nuevos récords

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“El giro estratégico que implica el Gobierno de Donald Trump ha desatado en EEUU una pasión inversora sólo comparable por su intensidad a la que provocó el despliegue de la revolución tecnológica de Internet entre 1991 y 2000”. Así comenzaba una columna publicada hace algunos días en el diario argentino Clarín, a propósito del buen desempeño que han tenido las bolsas en EEUU luego de la victoria de Trump.

ROMINA ANDRIOLI (RA) —¿Exagerado? ¿Cuánto juega el “efecto Trump” en el rally de los mercados accionarios? ¿Por qué cabría esperar una reacción tan positiva? Les proponemos conversarlo con la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.

Tamara, comencemos ubicando a los oyentes con los principales números. Tanto el Dow Jones como el Standard & Poors 500 (que son los principales índices accionarios de EEUU) marcaron nuevos récords históricos la semana pasada. ¿Cuál es el aumento acumulado en los últimos meses?

TAMARA SCHANDY (TS) —En estos últimos días hubo algunas oscilaciones, pero la semana pasada fue un excelente comienzo de año de la bolsa en Estados Unidos. El Dow Jones subió 1 % en una semana y llegó a arañar los 20.000 puntos… El S&P incluso subió un poco más: 1,7 % (muchísimo para una semana).

Con los valores del cierre del viernes, el Dow Jones acumulaba un aumento de 9,3 % respecto al nivel previo a las elecciones en Estados Unidos (el 8 noviembre), mientras que el S&P llevaba una suba de 6,8 %. El Nasdaq, también marcó nuevos récords y estaba el viernes pasado 6,9 % por encima de los valores anteriores al triunfo de Trump.

El año pasado fue un buen año para las bolsas y los índices ya venían subiendo antes de las elecciones, pero en las noticias se habla de “efecto Trump” porque fue en los últimos dos meses de 2016 que se vieron las mayores subas. Por ejemplo, el Dow Jones terminó 2016 con un aumento de 13,4 % en el año y casi dos terceras partes de ese aumento se dieron con posterioridad al 8 de noviembre.

RA —¿A qué se asocia esa reacción tan positiva? Te lo pregunto porque en varias áreas la figura de Trump es bastante controvertida…

TS —Es verdad. La victoria inesperada de Trump trajo varios frentes de incertidumbre, en particular respecto a cómo se va a conducir la política exterior de EEUU… y a los mercados generalmente no suele gustarles la incertidumbre. De todos modos, la interpretación de los bancos de inversión y de la mayoría de los analistas internacionales que opinan sobre la evolución de los mercados es que éstos están de algún modo “celebrando” el anuncio de una política fiscal más expansiva, que debería promover un mayor crecimiento en Estados Unidos y por lo tanto una mejor peformance de las empresas americanas.

Si a las empresas les va a ir mejor y van a mostrar mayores ganancias, lo lógico es que el precio de sus acciones suba.

RA —¿Hay estimaciones de cuán grande va a ser el impacto de estas medidas fiscales en la economía?

TS —Hay algunas cifras preliminares que se están manejando a nivel de prensa y de los informes de los bancos de inversión, pero lo cierto es que no es posible afinar demasiado el lápiz cuando no se sabe siquiera qué medidas de las sugeridas por Trump durante su campaña se van a implementar. Las estimaciones en general se basan en que habrá recortes de impuestos (a las personas y a las empresas) y en que habrá más inversión en infraestructura. Poniendo algunos supuestos de cómo se repartirá eso en el tiempo y de qué impactos o efectos de “derrame” tendrá en la economía, en general se estima que el PIB tendrá un impulso del orden de 0,1 %-0,3 % adicional en 2017 y de entre 0,3 % y 0,5 % en 2018. Parece poco, pero recordemos que no es un adicional despreciable para una economía que en los tres primeros trimestres de 2016 (que son para los que hay datos oficiales) creció sólo 1,5 % en promedio.

En cualquier caso, Romina, es una perspectiva sobre la cual todavía hay varios elementos inciertos. Uno relevante es qué va a hacer la Fed con la política monetaria ante esta perspectiva de más expansión fiscal, si va a tratar de “contrabalancearla” o si va a seguir en modo más bien flexible.

RA —Tamara, volviendo al tema de las bolsas, en estas últimas semanas se ven artículos que se refieren a una posible “burbuja” y a una inminente corrección en el mercado, y otros que hablan de que éste puede ser el inicio de un rally mayor. ¿Por qué coexisten visiones tan diferentes sobre un mismo tema?

TS —El temor a que pueda haber una burbuja en los precios de las acciones viene desde hace tiempo. Es previo a esta suba pos Trump, aunque naturalmente se ha exacerbado luego de este aumento adicional que han tenido los valores.

Casi que por definición, las burbujas en los precios de los activos son muy difíciles de diagnosticar hasta tanto no se “pinchan”. Los que advierten sobre una posible burbuja sobre todo señalan que los precios de los activos están muy altos en comparación con las ganancias que reportan las empresas. Esa relación o ratio entre precios y ganancias está bastante arriba de lo que podría ser una “media histórica”. Por ejemplo, el ratio para el S&P 500 está en 25, cuando un año atrás era 21,6 y el promedio histórico es 15,6. Eso sugeriría que los precios están altos en relación a las ganancias. Naturalmente eso no tiene por qué conducir a una corrección a la baja de los precios; bien podría explicarse porque los mercados anticipan una mejora de las ganancias, que se va a ver en el futuro y que va a ayudar a “normalizar” la relación… pero por ahora los más escépticos lo señalan como un elemento de alerta.

RA —También se dice que la fase alcista ya lleva mucho tiempo y que en el pasado los ciclos solieron ser más cortos, ¿verdad?

TS —Sí, muchas veces se señala que no hay casi antecedentes de un mercado alcista tan largo. El ciclo actual empezó en 2009, luego de la crisis internacional, y ya lleva casi 8 años… Sólo entre 1990 y 2000 hubo una suba más larga (que duró 10 años). En otros momentos históricos, los aumentos se terminaron antes. No hay ninguna razón muy técnica para sacar conclusiones solo en base a eso, pero es un punto que suele marcarse.

Por otro lado, también suele mencionarse que la valorización de las acciones (no ésta de los últimos dos meses, sino mirando la tendencia de los últimos años) se dio con una coyuntura de liquidez muy particular… con bancos centrales tratando de inyectar dinero en la economía a través de los bancos y, en general, con un entorno de tasas de interés mínimas, de dinero muy barato. Si eso empieza a cambiar, es posible que también se sienta un impacto en las bolsas.

RA —¿Y los más optimistas? ¿Dónde ven el sostén para nuevas subas?

TS —Esencialmente en lo que decía al inicio, de que el giro de política económica en un Gobierno de Trump debería llevar a más crecimiento económico. También hay indicios de una postura regulatoria más laxa, tanto en lo financiero como en otros temas, por ejemplo, en temas medioambientales. Algunos ven en eso un mejor panorama para las empresas de algunos sectores. Y está también el tema político, de que va a haber una concentración de poder bastante inusual en las últimas décadas, con el partido republicano controlando la Casa Blanca y las dos cámaras del Congreso.

Se suele señalar además un contraargumento a lo que recién comentábamos respecto al riesgo de que empiecen a corregirse las tasas y se modifique el entorno de dinero barato.

RA —¿Cómo es eso? ¿Podría ser positivo para las acciones?

TS —La línea va por este lado… Cuando las tasas caían, los inversores que tenían bonos se beneficiaban de una continua apreciación del capital, más allá de los intereses que cobraban por los títulos (hay una relación inversa entre tasas y precio, con lo cual los precios suben cuando los rendimientos caen). Ahora, si las tasas empiezan a subir, el efecto va a ser el inverso: los tenedores de bonos van a tener pérdidas de capital. Por eso hay quienes anticipan una rotación de portafolios, con mayor peso de acciones y menor peso de renta fija… y argumentan que esa “rotación” también va a empujar los precios de las acciones.

Como verás, Romina, hay defensas en uno y otro sentido… Y no los mencionaba antes, pero también hay otros elementos por fuera de lo puramente económico en Estados Unidos que pueden terminar afectando a los mercados. Cómo evolucione la economía de China este año, cómo sigan evolucionando los procesos políticos que se están viendo en Europa, cómo se vayan desenvolviendo las relaciones bilaterales entre el nuevo gobierno de Trump y China, o entre éste y Rusia… Son todos elementos de incertidumbre hoy, que también pueden terminar afectando el humor de los inversores.

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