A. Económico

Pobreza subió ligeramente en 2018, tras más de una década de caídas ininterrumpidas

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El índice subió una décima entre 2017 y 2018; los niveles más altos se encuentran en la franja de menores de seis años, donde la pobreza llega al 17%

EMILIANO COTELO (EC) – El pasado viernes el Instituto Nacional de Estadística publicó su informe de pobreza del 2018. Según el reporte, el porcentaje de hogares en situación de pobreza subió una décima el año pasado, desde 5,2% en 2017 hasta 5,3% en 2018, interrumpiendo la tendencia bajista que venía mostrando este indicador durante más de una década. En tanto, la proporción de hogares bajo la línea de indigencia se mantuvo estable, en sólo un 0,1%.

A raíz de esta noticia, nos pareció oportuno dedicar nuestro espacio de análisis económico de hoy a repasar con detalle estas cifras… ¿Cómo se miden la pobreza y la indigencia? ¿Cuáles son los sectores de la población más afectados por estas problemáticas? Lo conversamos con la economista Alicia Corcoll, de la consultora Deloitte.

ROMINA ANDRIOLI (RA) – Alicia, primero que nada, me parece que vale la pena explicar brevemente cómo es que calcula el INE la pobreza y la indigencia…

ALICIA CORCOLL (AC) – De acuerdo. El INE hace estimaciones de pobreza y de indigencia en base al llamado método del ingreso, que es un método muy habitual para medir estas problemáticas. Esencialmente, lo que se hace es comparar el ingreso per cápita del hogar versus un umbral, ya sea la línea de pobreza o la línea de indigencia. Entonces, si el ingreso corriente per cápita del hogar está por debajo de la línea de pobreza, ese hogar y todos sus integrantes son clasificados como pobres… Y lo mismo se hace para la indigencia.

RA – ¿Y cómo se determinan esas líneas o umbrales?

AC – La línea de indigencia se calcula en base a una estimación de lo que se considera es el ingreso mínimo o imprescindible para cubrir las necesidades alimenticias básicas del hogar… mientras que la línea de pobreza intenta medir el costo de un conjunto más amplio de necesidades, no sólo las alimenticias.

Esas líneas se fijaron a partir de un estudio sobre el patrón de consumo de los hogares y del costo asociado de a esas canastas de consumo… Y luego esos costos se van actualizando año a año.

La metodología que se utiliza actualmente para calcular esas líneas es la llamada “Metodología 2006”, que ajusta las líneas en función de la variación de los precios de todos los productos que componen dichas canastas (tanto productos alimenticios como no alimenticios).

RA – ¿A cuánto ascienden esas líneas aproximadamente? Te lo pregunto porque a la hora de interpretar los resultados parece importante entender qué umbral de ingresos se usa como referencia para definir estos indicadores…

AC – Sí, por supuesto. A fines de 2018 la línea de indigencia se situaba en unos 3.400 pesos por persona para Montevideo y en un valor algo más bajo para el interior urbano, unos 3.100 pesos aproximadamente… Se trata de valores mensuales y por persona.

Por otro lado, la línea de pobreza – que como dijimos, incorpora no sólo el costo de la canasta básica de alimentos sino también el costo de otras necesidades básicas – rondaba a fines del año pasado los 13.500 pesos en Montevideo y los 8.700 pesos en el interior urbano (de nuevo, mensuales y por persona).

Evidentemente, Romina, estamos hablando de niveles muy bajos de ingresos…

RA – Sí, y siempre es motivo de debate si un método basado en los ingresos es suficiente para catalogar a un hogar como pobre o no… ¿verdad?

AC – Exacto. El fenómeno de la pobreza es complejo y tiene muchas más dimensiones que lo estrictamente monetario… Porque un hogar puede no ser pobre según esta definición de pobreza en base a ingresos, pero igual tener muchas otras carencias que lo sitúen en un contexto de exclusión social.

Pero reitero que este método de ingresos es una referencia habitual… Son indicadores que tienen el mérito de ser claros y objetivos y hasta de ser relativamente fáciles de comparar a nivel internacional. Dicho eso, también es cierto que de tanto en tanto es conveniente revisar las líneas de pobreza, porque el concepto de pobreza en una sociedad también va evolucionando con el paso del tiempo. Igual, en ningún caso nos parece que estemos ante una medición que deba ser desacreditada tampoco…

RA – Está claro, Alicia. Vayamos ahora a las cifras concretas… Emiliano decía recién que en 2018 la pobreza se ubicó en un 5,3% de los hogares y la indigencia en un 0,1% de los hogares. ¿Qué suponen estos porcentajes en términos de cantidad de personas?

AC – Sí, esas cifras están calculadas sobre cantidad de hogares… Ahora, el INE también estima los porcentajes de pobreza y de indigencia en términos de personas… Y lo hace, como decía recién, clasificando como pobres a todos aquellos integrantes de hogares pobres bajo la actual metodología. Entonces, con esa estimación, la pobreza habría alcanzado a un 8,1% de la población el año pasado, unas dos décimas más que en 2017… Y, por otro lado, un 0,1% de la población podía considerarse indigente el año pasado (en este caso, el porcentaje es igual al de 2017, allí por suerte no hubo aumentos).

Tomando números gruesos y tomando en cuenta que se trata de estimaciones (y que por ende tienen cierto margen de error), en 2018 unas 284.000 personas se encontraban en situación de pobreza… aproximadamente unas 8.000 personas pobres más que en 2017. También estaríamos hablando de que el año pasado 3.500 personas estaban en situación de indigencia o pobreza extrema (aunque no incluye personas en situación de calle porque es todo en base a encuestas sobre hogares).

Y sobre esto me parece importante marcar, Romina, que estos niveles de pobreza e indigencia igual siguen siendo de los más bajos desde que Uruguay tiene estadísticas sistematizadas, pero igual este aumento en la pobreza (que en porcentaje parece leve) no deja de ser una mala noticia…

RA – Sin dudas, Ahora, ¿cuáles son los segmentos de la población que siguen estando más afectados por esta problemática? ¿Qué muestran las cifras por región, por ejemplo?

AC – A nivel de regiones, la indigencia se ubica en niveles similares en todos los casos… en apenas 1 hogar cada 1.000 como mencionábamos antes. En cambio, la pobreza sigue siendo mayor en Montevideo que en el Interior: mientras que en la capital la pobreza afectaba el año pasado a un 11,4% de la población, en el Interior urbano estaba entre un 6% y un 7% y en las zonas rurales en un 2,2% de la población según este informe.
Aunque a su vez, Romina, en el interior sigue habiendo una heterogeneidad muy grande por departamento… con los departamentos del norte y noreste del país bastante más afectados (Cerro Largo principalmente, seguido de Artigas, Rivera y Treinta y Tres).

RA – Ya para terminar, Alicia, ¿qué diferencias hay según tramo de edad? Una de las preocupaciones en torno a esta temática es que la pobreza sigue siendo un problema muy relevante entre los niños y adolescentes, ¿es así?

AC – Efectivamente. Los mayores niveles de pobreza se registran entre los menores de 6 años, donde la pobreza alcanza a un 17% (frente al promedio de 8,1% que comentábamos a nivel país). Esa proporción bajó mucho desde registros de 34% en 2010 o incluso de 50% en 2006 (cuando comienzan las mediciones según la metodología actual), pero siguen siendo un porcentaje demasiado alto…

Y si vamos subiendo en edad, la incidencia de la pobreza tiende a bajar, pero igual es muy alta en los estratos de población infantil y adolescente: 15% en el segmento de 6 a 12 años y casi 14% en el segmento de 13 a 17 años. Luego, el porcentaje de pobreza baja abruptamente: hasta 6,6% en los adultos de 18 a 64 años y a 1,4% en los mayores de 65 años.

Esto ratifica sí que la pobreza sigue siendo particularmente extendida entre niños adolescentes… Y que sin dudas seguirá siendo un desafío realmente muy importante para las políticas gubernamentales.

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Foto: Asentamiento Guyunusa, en el barrio Nuevo París (archivo Municipio B)

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