Concurso de Cuentos

Cuentos quijotescos
Conocé a los nominados por el jurado y votá por tu cuento favorito

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El Concurso de Cuentos de En Perspectiva te invita a ser parte del jurado y votar para definir el "premio de los oyentes". Debajo están publicados los "cuentos quijotescos" nominados por el jurado y al final de la página el formulario para votar. El próximo jueves 28 de abril, al término del programa, se dará por cerrada la votación. ¡Que se exprese el soberano!

Concurso de Cuentos de En Perspectiva 2016

Edición: Tercer llamado, abril de 2016
Consigna: Cuentos quijotescos
Jurado: Juan Grompone, Mauricio Rosencof, Gonzalo Pérez del Castillo y Alcides Abella

Cuentos nominados

Título: Personaje busca actor
Seudónimo: Anaxímenes

Se levantó muy temprano, tan ansioso que casi se puso los deportivos al revés. Diligente como era, se lavó los dientes moviendo el cepillo con fuerza y determinación hasta sentir en su boca, la abundante espuma mentolada.

Había esperado este día con anhelo y la satisfacción por el nombramiento le provocó cierta inquietud justiciera que no podía disimular, como lo denunciaba su cara encendida. Pero, pensó con modestia, que era el mejor y se lo merecía.

Pablito hinchó el pecho y entró despacio a la escuela. Las miradas de envidia o de admiración de sus compañeritos no lo intimidaban. La vieja armadura heredada del abuelo había nuevamente encontrado a su actor.

***

Título: Entre la clientela
Seudónimo: Belladona

La invitó a subir una vez más con la idea de que la frialdad de su espíritu se debía a las noches de ropa ligera y frío en aquella esquina oscura, y que el calor de un café caliente la volvería más afable. La había invitado muchas veces antes y sólo había obtenido silencio por parte de aquella mujer.

Cuando ella aceptó, un poco por lástima de aquel viejo inofensivo de mirada honesta, y sobre todo porque esa noche realmente era inhóspita y auguraba poca clientela, no se imaginó cuánto necesitaba de un Quijote que la viera como no era.

***

Título: Ofuscación
Seudónimo: Concierto

Alucinado, el viejo director de orquesta empujó las sábanas, tomó el bastón, abrió el amplio ventanal y se enfrentó a la tormenta.

Disfrutó como nunca el rugido del viento golpeando los árboles, batiendo las ramas, estremeciendo las hojas; la fuerza de las olas apaleando los muros de la rambla; los truenos, solitarios o en cascada, llenando sus jóvenes oídos.

Con un gesto regio, irguiendo su barbilla, levantó el bastón, detuvo la tormenta y observó a la orquesta, pendiente de su batuta.

Entonces, dio entrada a los violines.

***

Título: Maestro
Seudónimo: Crissa

Apenas llegó a la villa el nuevo maestro se ganó el mote: Don Quijote.

Alto, flaco, desgarbado y con una barbita entrecana y bien recortada.

Pero lo que más lo asemejaba al andante caballero eran sus sueños para concretar en la escuela.

Cuando supo que ninguno de sus alumnos conocía el mar, el dato bastó para ser el fruto de sus desvelos.

Cumplidos los rigurosos trámites: fichas médicas, autorizaciones, notas y más notas, se logró el tan anhelado permiso. Serían dos días en un complejo cercano a la playa.

Y allá marchó don Quijote seguido de su hueste: niños y maestras.

Carreras, castillos, picaditos, fueron la delicia de aquellos niños.

—Maestro: ¿y si nos damos un bañito?

—No. No lo permite el reglamento.

—Y si nadie nos ve…

—De eso se trata, querido Sancho: “Nuestro obrar no ha de ser porque no nos ven, sino porque no se debe”.

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Título: Quijotada
Seudónimo: Crusoe

—No pasaréis —le dijo la hormiga al vermilinguo.

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Título: El almacenero
Seudónimo: Dulcineadealla

Desde que se fundó, el club nunca había ganado un partido. Las causas, muchas: el rival fue mejor, el árbitro cobró mal, fue penal, no fue, todos tenemos otros trabajos, de esto no vivimos. Un par de empates se festejaron como campeonatos.

El único hincha fiel era Don Manuel. Sus amigos le decían: No gastes plata en estos.

Pero él había sido “patadura”, sabía lo que eran las burlas. Las derrotas desanimaban, algunos se iban. Él les decía: “muchachos pierdan el miedo a ganar”.

Les había regalado equipos nuevos después de un empate, y allí en el pecho el único auspiciante: “Almacén Don Manuel”. Un día él se murió. El almacén cerró. A los dos meses justos llegó la primera victoria, 1 a 0.

Modesta pero mágica. Los unió, los fortaleció y empezaron a ganar campeonatos.

Mucho tiempo ha pasado. Las ofertas de apoyo económico llovieron y algunos hoy se preguntan por qué la camiseta de este cuadro, que ahora está en segunda y peleando el ascenso, lleva sólo la publicidad de un almacén.

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Título: Del inolvidable encuentro con el famoso Don Quijote y su reina del Toboso
Seudónimo: Galaor

Fue en un camino próximo a Zaragoza que me crucé con ese loco del que tanto escribiera Cervantes y de cuyas desventuras mucho se ha hablado. Al Manco lo conocí en una ocasión que no viene al caso relatar, pero vale decir que me pareció un hombre confiable.

Volviendo a Quijada, recuerdo que de inmediato reconocí su figura desgarbada y su rostro reseco. De su brazo iba una mujer, no muy agraciada, y comprendí que se trataba de Aldonza Lorenzo. Iban de a pie, y no había rastros del fiel rocín.

Ambos me sonrieron. Devolví el gesto, detuve mi caballo y les pregunté si podía ayudarlos en algo, pues francamente los vi desamparados.

“Le agradezco su noble intención, caballero. Esta bella dama, emperatriz de la Mancha, decidió acompañarme en esta aventura. Dios es testigo de la inmensa felicidad que me embarga, así que nada más puedo pedir salvo esto: ¡Que la vida sea con usted tan generosa como lo viene siendo conmigo!”

Hoy que mi existencia se apaga, puedo decir que su pedido se ha cumplido.

***

Título: Quijote Electrónico
Seudónimo: Manchego456

Mientras volvía a su casa rezongaba: Feibuk, guasap, envíe un tuiter. El peregrinar por las oficinas para hacer el trámite chocaba con empleados que le repetían: No señor, debe hacerlo por Internet, es mejor para usted.

Mientras las semanas pasaban, su trámite no se iniciaba y él se desesperaba. Todo ese mundo de los celulares y computadoras le era ajeno. Pero era viejo, no analfabeto. Sus amigos en la plaza también se quejaban, pero nada más.

Abatido, de pronto una idea llenó su mente. Los servidores públicos debían ayudar y escuchar. Escribiría una carta todos los días a las autoridades y a la prensa. Pensó que no había visto oficinas de correos donde entregarlas. No importa. Tenía tiempo, él las llevaría. Con renovada energía, empuñó su lapicera y arremetió contra la hoja de papel. Alguien leería y se uniría a su cruzada. Se sintió bien.

***

Título: La Galera
Seudónimo: Marquesa

Nadie sabe bien por qué -aunque sobran las teorías- Alfonso decidió vivir contra la corriente.

De niño, mientras los demás corrían tras una pelota, él dibujaba carbonillas.

Ya mayor, añorando el mar, se radicó en medio del campo con esposa y dos hijas.

Se declaraba un hombre de excesos, pero su existencia era austera. Se dedicaba al canje.

En poco tiempo se fue rodeando de objetos de dudoso presente pero futuro glorioso, aseveraba, impostando su voz. Relojes que no daban la hora, bancos de cemento, autos sexagenarios sin ruedas o sin motor, a quienes él, orgulloso, consideraba su flotilla. Cada incorporación lo animaba como la llegada de un nuevo amor.

Un día, emocionado, les mostró su última adquisición. Un velero.

Ellas contemplaron en silencio los restos de un viejo casco de noble madera anclado en tierra sin mástil y sin vela. Oliendo aún a sal, aquel 12 metros parecía interpelarlos susurrando una desfalleciente súplica.

—¿Y ahora?
—Ahora, traigo el mar.

***

Título: Quijotes del futuro
Seudónimo: Oración del Remanso

Amarinda de Souza Netto y su esposo tuvieron doce hijos. Todos magros, negriños, con espesa mota y mirada oscura, pícara, rápida y chispeante.

La razón de ese familión se remonta a los años infantiles de Ama, en un húmedo suburbio pernambucano de abundantes penurias y largos días de calor de trópico, pero de plenísima felicidad de niña pobre criada por su abuela.

La abuela Milé, gorda y lúcida bahiana, desbordaba carnes, amor y saudades de su puerto natal. Mae do terreiro, muy conocedora de la magia branca, que son los hechizos del bien cuajados en ofrendas a nossa seora do mar, Iemanjá.

Un día que comían acarajé y abará, en la playa, Milé le dijo a Ama en un suave susurro mezclado con el romper de las olas, “menina, todos seus filhos serán quijotes del bien, guerreros de la paz, lucharán por la gente buena de este mundo. Tein muitos de eles”.

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Título: El paraguas
Seudónimo: Betelgeuse

Llovía a cántaros. La vieja llegó a la mutualista toda empapada, a pesar del paraguas “Made in England” del finadito. La cola de la farmacia era muy extensa. De pronto alguien dice, así como así: “se cayó el sistema”. “Con este aguacero mejor espero”- pensó la vieja. Pasaban las horas y no pasaba nada. Un veterano no paraba de protestar: contra la jubilación, contra el presupuesto, contra los políticos, contra la fruta transgénica… Siguieron pasando las horas y el veterano seguía con la matraca de maldiciones. “¡Viva Batlle!”- dijo al final. Entonces la vieja se hartó, tomó el paraguas con fuerza y comenzó a diestra y siniestra a tratar de callarlo. Siguió con las enfermeras que tomaban mate, luego con las computadoras hasta hacerlas añicos. Finalmente contra los carteles que decían “estamos por su bienestar”. Ahora está en una pieza aislada, con un chaleco de fuerza, con el paraguas incluido, pero con su dignidad intacta.

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Título: Infracción
Seudónimo: Colibrí

Al ver Don Quijote a Rocinante por los aires, guinchado por la grúa de la Intendencia, por encontrarse mal estacionado, creyó estar ante un gigante maligno y se dispuso a entablar batalla en el acto.

Y dijo a su escudero: apróntate Sancho, que aunque esté a pie, es gran servicio a Dios darle muerte a esta bestia y quitar tan mala simiente de la faz de la tierra.

Conociendo a su amo, le contestó Sancho: no se afane vuestra merced, que aún debéis hacer frente a un monstruo más terrible y ladino que éste, que por artero que es, muchos trabajos y sufrimientos hemos de pasar para recuperar al jamelgo. Se lo conoce con el nombre de burocracia y aparece en el momento menos pensado.

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Título: Claridad meridiana
Seudónimo: Dulcinea 2016

Sentados a la vera del sendero conversaban Don Quijote y Sancho, exhaustos después de un largo caminar.

Se aproximaban desde lejos gran número de gentes que, con paso cansino, se dirigían hacia el Norte.

Mi Señor, dijo Sancho, deben ser los refugiados que buscan un lugar en estas comarcas.

¡Ay Sancho, Sancho, qué ceguera oscurece tu alma! ¿Cómo gobernarás la Ínsula con justicia si no puedes percibir profundamente la realidad? ¡No ves que esos seres son ángeles que huyen del Infierno!

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La votación para el Premio de los oyentes cerró el jueves 28.04.2016 a las 11.40 hs. El viernes 29.04.2016, durante La Mesa de los Viernes de En Perspectiva, daremos a conocer los resultados de la votación y también los premios otorgados por el jurado.

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Imagen: Don Quijote por Hermenegildo Sábat.

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