EnPerspectiva.uy

Entrevista central, jueves 26 de enero: Julio Bango

Facebook Twitter Whatsapp Telegram

EC —Si entiendo bien, la cuestión es: el servicio ya existe, está disponible, con este plan que ahora se larga se procura que sea realmente accesible a la mayor cantidad de gente posible.

JB —Sí, y amplificarlo, eventualmente, en la medida en que concurran otras empresas. El desafío nuestro es que este servicio, como todos los servicios del SNIC, tenga escala nacional, y por lo tanto esté en condiciones de que todas las personas que lo precisen en cualquier lugar del país puedan acceder.

EC —Se trata de otorgarles a estas personas, según su condición económica, un subsidio para que puedan pagar total o parcialmente ese servicio.

JB —Sí, eso en particular. Pero también hay otros aspectos, por ejemplo definir parámetros de calidad de los servicios, definir determinadas condiciones. Ayer hicimos una convocatoria que las empresas ya pueden descargar de nuestro sitio web. Hay que cumplir ciertos requisitos para poder brindar el servicio, se fijan condiciones, y a partir de ahí va a haber mecanismos de supervisión, de parte nuestra, de la aplicación de los servicios y su utilización por los usuarios, también en la doble vía. En vez de hacer una licitación, hacemos un registro nacional, en el marco del Registro Nacional de Cuidados registramos a las empresas que quieran ser proveedoras, las avalamos. Luego, cuando las personas llaman para solicitar el servicio de teleasistencia y una vez que entendemos que les corresponde, les damos la lista de empresas y ellas eligen la empresa con la que quieren hacer el acuerdo. Ahí opera el mecanismo de subsidio en torno a franjas de acuerdo a las capacidades económicas de la persona y de las personas que viven en el hogar con ella, y se establece una franja de subsidios de 100 %, 70 %, 30 % o 0 %.

EC —Vayamos a este lado del servicio, los potenciales beneficiarios. ¿Por qué se definió como edad mínima los 70 años?

JB —Tenemos previsto que, en el marco del acceso gradual, en los años venideros todas las personas con dependencia moderada o leve de cualquier edad a partir de los 14 años puedan utilizar el servicio. Y en general cuando se toman criterios de progresividad para establecer un ritmo gradual de entrada de la población en función de los recursos que se tienen, se utilizan criterios económicos, niveles de ingreso. Eso hace que se prioricen los sectores en situación de mayor vulnerabilidad o sectores de pobreza por ingreso. Pero como la política de cuidados no está definida en función de los ingresos de los hogares, atraviesa a todos los sectores socioeconómicos, había que tomar algún criterio para definir la progresividad en el ingreso. En otros casos, por ejemplo el de los asistentes personales para la dependencia severa, tomamos mayores de 85 y menores de 29 el año pasado y este año mayores de 80 y menores de 29, en el marco de esa progresividad. Aquí tomamos el eje de los 70 años hacia delante para definir un criterio de ingreso.

EC —Entonces, concretamente, ¿qué características tiene la población potencial, aparte de la edad?

JB —Son personas que están en dependencia leve o moderada. Es decir que tienen problemas con la autonomía, no se pueden valer totalmente por sí mismas, tienen algún nivel de dependencia, pero que no llega a un extremo. Es gente que tiene capacidad de desplazarse, pero tiene algunos condicionamientos que pueden llevar a que en una situación no deseada no tengan capacidad de valerse por sí mismas.

EC —Pero son personas que tienen que vivir en sus casas.

JB —El servicio en el arranque va a ser domiciliario.

EC —Por ejemplo, una persona que vive en un residencial no queda abarcada.

JB —No, los servicios son excluyentes, porque se supone que los residenciales –ese es otro de los temas en los que estamos trabajando con la nueva reglamentación– tienen una relación entre los recursos humanos y las personas que viven ahí suficiente como para que sean atendidas en todo momento si lo necesitan. No se requeriría un servicio de teleasistencia ahí.

EC —Vamos a explicar cómo funciona el servicio, cómo va a funcionar o cómo funciona ya en el caso de los que ya existen y que son contratados de manera directa por las personas. Decíamos que el servicio de teleasistencia estará disponible para personas que viven solas o con familiares en sus casas. A su vez, el servicio funciona solo dentro de la casa, no cubre a la persona cuando sale a caminar, cuando va por el barrio, cuando hace compras. Funciona solo adentro de la casa.

JB —Exactamente, es un servicio de teleasistencia domiciliaria.

EC —¿Cómo opera? Veamos ejemplos.

JB —Una persona se levanta, se va a duchar, tiene un resbalón en la ducha, se cae y no se puede mover, porque tiene problemas de movilidad, queda atrapada en el baño y no tiene acceso a un teléfono, está sola. Ahí tiene colocado en su muñeca a manera de un reloj o de un collar un dispositivo con un botón, que aprieta y efectúa una llamada por línea telefónica a una central. Previamente, la persona que está en esta situación ha registrado en esa central sus redes más cercanas, familiares, hijos, vecinos, el portero del edificio, la emergencia móvil si la tiene, la mutualista o el servicio de ASSE. Entonces ahí se dispara una alarma que hace que esa situación por la que está atravesando esa persona sea atendida convenientemente.

EC —Vayamos por partes, con un poco más de precisión. La persona se cae en la bañera, aprieta el botón de ese sistema que tiene consigo en la muñeca o en un collar, y con solo apretar ya se realiza la comunicación telefónica al servicio correspondiente, el botón activa la comunicación.

JB —Sí, es una llamada telefónica directa.

EC —Ahí hay un requisito, la casa tiene que tener teléfono de línea, porque este dispositivo, si bien es móvil, si bien está puesto en la muñeca o en un collar de la persona, está a su vez vinculado a un teléfono de la casa.

JB —No, no a un teléfono de la casa; se coloca un dispositivo que es una especie de manos libres que se pone en un lugar. Se evalúa cuál es el mejor lugar para que desde cualquier punto de la casa la persona pueda hablar y ser oída. De manera que lo que hace es llamar y tener una especie de manos libres, le responden desde la central y puede comunicar su situación. Hay veces en que por el tipo de situación no deseada que se genera no hay comunicación, no se responde la comunicación; en esos casos en el centro que recibe la alarma, la llamada, se va a desatar un protocolo que active la red de respuesta inmediata que tiene la persona.

Comentarios