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Entrevista central, lunes 13 de noviembre: Leonardo Alonso

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EC —Entonces, ¿qué tipo de Armada necesitamos o qué tipo de Armada podemos tener? Una vez que pasen estos 200 años, ¿hacia dónde vamos?

LA —Vamos, o pretendemos ir, hacia una Armada realista, en la que no tenemos una hipótesis de conflicto y sí pretendemos tener buques como lo hemos mencionado, en un principio patrulleros de altamar que nos permitan estar presentes en nuestra zona económica exclusiva. Serían buques con buena autonomía, baja tripulación –porque no son buques con una capacidad bélica importante–, sí con capacidad de disuasión, y nos permitirían estar más presentes en el mar. Luego hacer una renovación de otro tipo de buques como son los guardacostas, patrulleros que nos permitan no comprometer buques más costosos o de otro porte en tareas que no lo ameritan. Por ejemplo, hoy en día tenemos dos barreminas al servicio, que cubren no solo el control de aguas jurisdiccionales, sino también búsqueda y rescate en el mar en un área de 50 millas de la costa para que los buques de mayor porte actúen fuera de esa zona.

EC —¿Tienen una estimación de cuál es la inversión que se requiere en la Armada Nacional?

LA —Hemos manifestado en reiteradas ocasiones que tenemos tres prioridades. Dentro de esas tres prioridades están: los patrulleros de altamar, como primera medida, para poder recuperar buques de esa característica; estamos hablando de buques de 80 metros de eslora, 1.800 toneladas, dotaciones de entre 30 y 40 hombres. Eso es lo que estamos priorizando, junto con el helicóptero; helicópteros que tengan la capacidad de operar desde esos buques y que tengan también capacidad de operar desde Laguna del Sauce, que es un punto avanzado ubicado estratégicamente para tener una acción sobre todo nuestro mar territorial.

EC —¿Eso qué implicaría? ¿Una inversión de qué orden?

LA —Si estamos hablando de tres patrulleros de altamar, tres helicópteros con esas capacidades y un sistema de vigilancia costera, lo que llamaban en su momento la cadena de radares, que nos permita tener un control permanente de lo que está ocurriendo dentro de terminada franja costera, estimamos que la inversión puede andar en el orden de los US$ 300, US$ 350 millones.

EC —Ese es uno de los capítulos que tiene que encarar. ¿Qué otros planes tiene la Armada? Supongo que este es un plan a discutir con el Poder Ejecutivo, está el problema de los recursos dificultando la concreción.

LA —Sí, desde el punto de vista de la operativa de la fuerza, sin lugar a dudas ese es el primer paso. Dentro de los escenarios en los que actuamos, tenemos la parte del litoral, Río de la Plata y río Uruguay, donde hemos mejorado los recursos porque tuvimos la incorporación de las lanchas que vinieron de Haití cuando abandonamos esa misión, que fueron distribuidas en las prefecturas, lo cual da una respuesta bastante buena. Donde estamos más carentes es en el Río de la Plata y en el océano Atlántico. Entonces es verdad que la flota tiene ese promedio de años, pero somos totalmente conscientes de que nuestro país tiene limitaciones, tiene sus prioridades, por lo tanto queremos ir paso a paso. Eso en cuanto al material.

Con respecto al personal y a la formación de nuestra gente, sin lugar a dudas, darle una mayor estabilidad y seguridad en lo laboral. Desde el punto de vista interno hemos buscado satisfacer ciertas necesidades o generar valor para que el tripulante se sienta atendido, cuidado. Por ejemplo, hemos dado uniformes nuevos, iguales para todos, todos se sienten muy identificados con eso. En el puerto de Montevideo hemos inaugurado un comedor, del que verdaderamente estamos muy orgullosos, para que la gente tenga un lugar digno, limpio. Hemos tratado de trabajar sobre el personal en ese aspecto para aumentar su autoestima y mejorar su vida diaria.

En cuanto a la parte profesional, pretendemos capacitarlos más para que sean mejores profesionales. Ese es un objetivo constante y permanente, en el que a veces logramos tener más éxito y por momentos estamos medio estancados en algunos aspectos.

EC —En el presente y futuro de la Armada Nacional, ¿dónde está la huella de la serie de denuncias y juicios por actos de corrupción y mala administración que afectaron a la fuerza y que terminaron con varios oficiales, altos oficiales incluso, procesados?

LA —Por suerte eso ya es cosa del pasado, está completamente superada. Personalmente creo que fue un momento infeliz de la Armada, pese a que irregularidades o ilicitudes ocurren en todas las organizaciones a todos los niveles. No estamos orgullosos de que haya ocurrido y hemos procurado revertir eso. Y creo que lo hemos logrado, porque desde hace ya algunos años nuestra institución trabaja ordenadamente, atendiendo las recomendaciones de la Auditoría Interna de la Nación y del Tribunal de Cuentas.

Hemos creado y conformado una Dirección General de Finanzas, que justamente fiscalice, controle y ejecute las compras, con un nivel de transparencia y de seguimiento importante, y hemos logrado que se aprobara su reglamentación en la Ley de Rendición de Cuentas que se votó este año, o sea que entrará en vigencia el 1.º de enero próximo, integrada totalmente a la organización de la Armada. De hecho, estamos haciendo funcionar esa organización en forma experimental y nos ha dado excelente resultado. Hemos llegado a porcentajes muy elevados de ejecución del gasto presupuestal, justamente porque hay un seguimiento constante.

Así que desde ese punto de vista me siento muy satisfecho con lo que ha hecho la Armada en estos últimos años, ha acomodado ese tema, que estaba un poco desorganizado, como consecuencia de prácticas que de repente no tenían una supervisión, un control adecuado.

Como dije, es una etapa superada, para nosotros forma parte del pasado, pero la tenemos bien presente para no volver a incurrir en ninguna de esas prácticas.

Video de la entrevista

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Transcripción: María Lila Ltaif

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