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Entrevista central, martes 3 de enero: Benjamín Liberoff

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RA —No hay que gritar el gol antes.

BL —De todas formas, en el turismo, excepto algunos fenómenos muy particulares, como puede haber sido la gripe H1N1 o una devaluación muy violenta de un país limítrofe, las tendencias se mantienen, no hay ninguna razón por la cual cambie abruptamente. Entonces, si al 30 de noviembre teníamos un crecimiento de un 10 % en el turismo, los argentinos el 20 %, recuperando los brasileños de julio para acá, verificando desde setiembre un crecimiento del mercado chileno por encima del 25 %, los paraguayos relativamente estables y las otras regiones de las cuales llegan turistas creciendo al 4 %-5 %, no hay razón para que eso cambie del 20 de diciembre en adelante.

Verificamos algunos números al 15 de diciembre y se continuaba dando. Hay algunos modelos matemáticos que algunas consultoras económicas corren en función de determinados indicadores económicos –poder adquisitivo, tipo de cambio, etcétera– y eso está dando los crecimientos que venimos observando.

Después vemos que en las fechas más altas de la temporada, como son las de fin de año, todas las bodegas del cruce de Argentina están llenas. Eso pasó el año pasado y pasó este año. Los fines de semana largos del 15 de noviembre en adelante son indicadores de que se va cumpliendo esa tendencia. Eso es lo que va a seguir pasando. Hay que ver si el desarrollo que tiene Chile se mantiene en febrero de este año, porque Chile tiene la tradición de viajar más en febrero que en los otros meses.

Por otro lado, en los cruces de los puentes han venido pasando 7.000, 8.000, 12.000, 14.000 personas por día en los días de fin de año.

RA —¿Cómo son esas cifras con relación al año pasado?

BL —Son un poco superiores. Hay que ver si en los autos vienen dos o vienen cuatro, cómo se da esa relación, ahí puede haber alguna variación. En general, el este del país va a seguir siendo muy importante para el Uruguay, y ojalá lo sea más, lo único que racionalmente. Pero si preguntan en Colonia les va a pasar, y si van a las termas se van a dar cuenta que la ocupación hoy está arriba del 60 %, cuando hace 10 años la ocupación en verano era del 20 %. Y si comienzan a preguntar en todo el río Uruguay, allí se dan nuevas opciones, con mayor o menor desarrollo. Además, si uno tiene un hostal o un establecimiento rural de 10 cuartos, eso en los macronúmeros no va a mover el amperímetro, pero objetivamente son fuentes de trabajo, son condiciones de desarrollo local distintas y va generando en todo el territorio nacional. Laguna Merín tiene ocupación.

RA —¿Cuánto se juega el año para el sector turístico con lo que pasa en estos meses de temporada, de zafra?

BL —En el este, mucho; en Montevideo, no tanto. Montevideo es el principal destino turístico del Uruguay. Era otro lugar donde los niveles de ocupación eran de 25 %-30 % y hoy estamos a veces hasta en 70 %, 80 %. Entonces también juega. Cuando el hemisferio sur tiene vacaciones, nuestros países limítrofes son los principales mercados, si las condiciones nos están dando eso, tenemos una potencialidad muy grande de que así sea. El problema no es no tener un pico de temporada, todos los países tienen pico de temporada; es como pretender que Bariloche no tenga pico en julio. Acá es lo mismo, las vacaciones y las fiestas son cuando son. Tenemos que tratar de que el pico sea más alto y que lo que podría ser la ensenada que comienza después de que termina Turismo esté más arriba. Eso tiene que ver con desarrollar congresos, eventos, tener mayor oferta durante todo el año en Montevideo, en Colonia, cuya temporada baja teóricamente es de lunes a jueves, de viernes a domingo es alta. Todo eso va haciendo que los números vayan cerrando para el sistema turístico en su conjunto. Es más, el sistema no depende solo de los que vienen del exterior, también depende mucho de lo que pasa en el turismo interno. Estamos intentando que el turismo interno vaya cobrando mayor presencia a los efectos de que sea más sustentable la economía general del sistema turístico.

RA —Volviendo a la temporada y el movimiento que se está dando por estos días, ¿qué características destacaría de los turistas que están llegando? ¿Cuál es el cambio más significativo respecto a la temporada pasada? ¿Hay algo para marcar en ese punto?

BL —Me parece que sí. El sector medio argentino tiene dificultades cuando el poder adquisitivo en Argentina era como hace tres años para venir al Uruguay; hace tres años los uruguayos iban a comprar su equipo de gimnasia, sus zapatos, etcétera, consumían gastronomía, era un paseo. Hoy no es de esa manera. Además los extranjeros tienen devolución de impuestos, lo que ayuda a la competitividad con relación a eso. Entonces, hay un sector social argentino que hace unos años no tenía capacidad de venir al Uruguay y hoy la tiene. Desde ese punto de vista, ese es un factor.

Lo segundo que me parece relevante es tener a los brasileños como los hemos tenido en el último período, que no se haya notado la crisis profunda, grande, que efectivamente tiene Brasil. Hemos logrado que los brasileños tengan la opción de venir a nuestro país. Ese es un tema no coyuntural para nosotros, sino estratégico, seguir creciendo en particular de San Pablo para abajo en los que llegan a nuestro país es muy importante. Con un aditivo: cuando se puso el vuelo Recife-Montevideo, la visión que teníamos era que iban a llevar más pasajeros uruguayos al noreste de Brasil que al revés. Y sin embargo los números que nos da el operador dan que prácticamente el 40 %-45 % de los que viajan son brasileños que vienen al Uruguay. Y ahora el 7 de enero va a comenzar un vuelo semanal […] Salvador de Bahía, que, no tengo dudas –porque además Salvador opera como un cierto hub en el noreste–, va a tener posibilidades de desarrollar regiones con las que históricamente teníamos dificultades de conexión o para traerlos a nuestro país.

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