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Entrevista central, martes 3 de enero: Benjamín Liberoff

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NB —En los últimos días saltó la decisión de los propietarios de estaciones de servicio no aceptar tarjetas de crédito o débito durante el día, entre las 6 de la mañana y las 10 de la noche, desde el fin de semana. Obviamente esto genera algunas complicaciones para quienes están desprevenidos. ¿El ministerio puede intervenir de algún modo en este asunto?

BL —Esto me recuerda cuando uno va a un restaurante, come y después le dicen “aquí no aceptamos tarjeta”. Fue una medida, primero, que por lo menos en lo que nosotros conocíamos no estaba planteada, lo que no quiere decir que el reclamo no sea legítimo. Conocemos algunos de los problemas de los aranceles de las tarjetas de crédito relacionados con los hoteleros, que hace unos tres, cuatro años también habían planteado la no aceptación. Estuvimos conversando y los aranceles se bajaron, en función de las acciones que se hicieron. No fue un proceso sencillo, no fue fácil, pero se logró. Me parece que en este caso hasta el propio presidente de la gremial de estacioneros estaba sorprendido por lo que había pasado. Es algo así como estar sentado en la rama, serruchársela y quedarse contento porque estar llevando adelante una medida que disgusta a la inmensa mayoría de la gente.

RA —Ayer recibimos un mensaje de un oyente sobre este tema, decía: “Nos hemos pasado anunciando la supertemporada, y La Paloma, por ejemplo, tiene solo un cajero BROU y el Banred está dentro de un supermercado y se queda sin plata a cada rato”. Dado el impulso que está teniendo la Ley de Inclusión de Financiera, que el gobierno tanto ha estimulado, ¿el ministerio no podría buscar la forma de mejorar este aspecto que se repite también año a año, sobre todo en los balnearios del Rocha?

BL —En primer lugar, al igual que con los temas de los pasos de frontera, trabajamos en este tema mucho tiempo antes con el Banco República, y se han instalado un número importante de cajeros a los efectos de la temporada. Segundo, en el caso de Cabo Polonio se llevó la fibra óptica hasta la terminal de la puerta para colocar un cajero. Algunos de ellos no son rentables, brindan servicio.

Por otro lado, asumamos el conjunto de la información. Porque la inclusión financiera generó condiciones para que establecimientos como supermercados y demás puedan brindar dinero a las personas. Entonces no necesariamente hay que multiplicar como hongos los cajeros, sino que la tendencia, y en lo que está trabajando, es generar más operadores que estén en condiciones de brindar un servicio. Hoy con los POS eso pasa, lo que debemos tratar de hacer, aquello en lo que trabajamos a través de la organización de gestión en el destino Rocha y otros es llevar esa información para que la tengan quienes visitan. Eso también hace al ordenamiento del funcionamiento de la economía, porque implica menos movimiento de dinero y facilita, porque muchos más puntos se van dispersando en el territorio. Esa es la orientación de trabajo que como organismos de gobierno en conjunto con el BROU estamos impulsando.

Por otro lado, uno dice “ponen cajeros”, parece que viene Tata Dios y pone la plata en los caeros. No es así, eso tiene costos operativos muy importantes, significa andar moviendo dinero en el territorio en forma muy importante. Así que, así como dije que los medios pueden ayudar en determinado momento, el facilitar que las personas tengan más información sobre cuáles son en la zona los lugares que como agentes operadores económicos tienen posibilidad de entregar dinero, eso nos va a facilitar la vida a todos.

NB —Como ocurre prácticamente en todos los veranos, volvieron a producirse inconvenientes con los guardavidas, sobre todo en Rocha y en Maldonado.

Rosario, tú que estás en Punta del Este, ¿qué has podido ver al respecto?

ROSARIO CASTELLANOS (RC) —Estoy en Portezuelo y la playa a la que concurro es una preciosa playa entre La Cabaña del Tío Tom y la zona de Solanas. Allí los guardavidas abren a las 11 la caseta y se van a las 18, exactamente en el horario no recomendado para que la gente vaya a la playa. Razón por la cual es un absurdo. Por ese motivo me dirigí ayer a la Intendencia, porque no hay forma de lograr, por ningún teléfono, que te respondan esta pregunta: ¿cuál es el horario de los guardavidas? Te refieren al horario de 8.30 a 19.30, no a esto. Y efectivamente me respondieron: estamos haciendo ese horario porque estamos en una medida de protesta. Tiene que ver con que parecería que no todos los 84 lugares que debieran tener su caseta pronta las tienen en condiciones, porque se retiran cada año y se vuelven a instalar en el verano. En el lugar al que voy la caseta está y se la ve en condiciones. Sin embargo, el horario, seguramente por solidaridad o porque se ha resuelto gremialmente, es de 11 a 18.

RA —En el departamento de Rocha también se está registrando un conflicto con los guardavidas, que señalan que falta la colocación de varias casetas que fueron destruidas por los temporales. Pero allí también hay un tema estructural del horario de los guardavidas, que es de 10 a 18, que uno puede decir que no es el apropiado, en el que se promociona que la gente baje a la playa.

RC —Pero el de Maldonado […] más al de Montevideo, teóricamente va a ser de 9.30 a 19.30. De alguna forma ese aspecto en Maldonado, cuando se resuelva el problema –que no sé exactamente cuándo será, ellos tenían la impresión de que esta misma semana se resolvería–, quedaría bastante más razonable. De cualquier forma, por el momento la situación es esa. Cuando voy a la playa me cruzo con ellos, me voy cuando llegan.

RA —¿Qué incidencia tiene el Ministerio de Turismo en lo que ocurre con los guardavidas en los distintos departamentos del país?

BL —Si me permiten, voy a dividirlo en dos. Una es lo que usted me preguntó exactamente, y otra como ciudadano. La primera es: hoy por hoy eso es una regulación municipal. En años anteriores teníamos conflictos y no había guardavidas ya entrada la temporada. Este año no es homogéneo, en Montevideo hay, en Canelones hay, en Rocha hay alguna situación, y en Maldonado ha pasado también que las casetas no se han repuesto y hay una situación distinta, pero de hecho los funcionarios han bajado. Esa es una realidad.

La segunda, ustedes habrán escuchado también a la ministra decir que en el ministerio entendemos que parece relativamente razonable discutir una normativa nacional, porque, entre otras cosas, estamos hablando en el este, pero también hay playas en Colonia, en Salto, en Paysandú, en Río Negro, en Las Cañas, laguna Merín, todos los departamentos de una u otra manera tienen espejos de agua que tratamos de aprovechar en el tiempo libre. Desde ese punto de vista parece bastante difícil seguir abordando el tema como pasaba con las 19 matrículas y los pagos por intendencia.

RA —¿De qué tipo de regulación nacional son partidarios? Porque han surgido distintas iniciativas, el senador Pablo Mieres propone que pasen a la órbita del Ministerio de Turismo; el jefe comunal de Canelones, Yamandú Orsi, opina que tendrían que estar vinculados a la Dirección Nacional de Bomberos; el de Maldonado dice que tendrían que estar vinculados a la Prefectura Nacional Naval, una dependencia del Ministerio de Defensa. ¿Ustedes por qué se inclinan?

BL —Por eso dije que iba a dividir en dos. Como ministerio entendemos que hay que establecer condiciones para analizar la situación y ver cómo se avanza, con un criterio de país, con problemas que pueden ser distintos, porque hay actividades de los guardavidas en piscinas de las termas que no son exactamente iguales a las que tenemos en la costa. Las actividades que desarrollan tienen que ver con lo mismo: guardar vidas en lugares donde tienen que ver con el agua.

La otra situación es que el Uruguay tiene, no solo en este aspecto, sino también en otros, múltiples jurisdicciones sobre el mismo espacio territorial o actividad. Aquí estamos hablando de la Intendencia, de la Prefectura, del Ministerio del Interior, menos del Ministerio de Turismo, pero cuando va a actuar tienen que actuar diferentes actuaciones. Según esté en la arena, en el agua o en la vereda, son jurisdicciones distintas. No parece lógico. Cuando tuvimos que hacer la puerta del Polonio, tuvimos que poner de acuerdo a cinco ministerios y una intendencia para generar condiciones para que la gestión de esa puerta tuviera cierta racionalidad.

En esto estamos pensando lo mismo, hay que sentarse y empezar a analizar. Hay algunos que desde el punto de vista laboral plantean que los guardavidas tienen que ser presupuestados todo el año, y en otros lugares está planteado que eso es una actividad zafral con determinadas características. Yo no digo que tengan razón unos u otros, creo que, como en múltiples cosas, cuando hay múltiples actores e intereses distintos, hay que buscar los caminos de diálogo para mejorar las condiciones. Porque en definitiva lo que importa –y nuevamente digo que estoy interviniendo como ciudadano– es la calidad del servicio para el ciudadano. No es solamente que cada uno mire lo de él, porque entonces no hay forma de resolver problemas que atienden diferentes sectores.

El tema de la seguridad, en este caso vinculada a las áreas del frente de agua, tiene que ver con múltiples actores, pero hay uno que es el principal, a quien le debemos brindar servicio, que son los ciudadanos que están teniendo su recreación y esparcimiento. Eso a su vez está relacionado con 100.000 puestos de trabajo, con US$ 2.000 millones de ingreso, con las condiciones que hacen a la calidad de vida de todos los uruguayos. Asumámoslo con esa complejidad y conversemos. De pronto no tiene solución en un año, de pronto hay que ir dando pasos. Seríamos todos tontos si estamos discutiendo sobre algo en que claramente la jurisdicción es que ser de alguien. No es así, entonces conversemos, iniciemos un proceso, sin las urgencias de que hay que resolver para pasado mañana, pero aportando para que sirva para todos.

NB —Más allá de los actores a los que hay que convencer en el camino para llegar a una solución, usted cree que debería unificarse y que alguien debe hacerse responsable de que los guardavidas estén en determinado momento.

BL —No es lo que yo crea. Cuando el año pasado se planteó el tema de los guardavidas en Rocha, en la temporada anterior, el fin del conflicto estaba establecido sobre la base de sentarnos a conversar. Y eso hicimos. Si hoy hay una resolución en Rocha, es porque el Ministerio de Trabajo finalmente estableció las condiciones junto con los otros ministerios e intendencias. Porque también hay que ver presupuestalmente cuánto implica y de dónde van a salir los fondos que, en una alternativa u otra, hay que tener para sufragar, e incluso las condiciones físicas para resolverlo. ¿Todos los años hay que tener este “drama” –agravado este año por las sudestadas, etcétera– de que las casetas se deterioran, quedan en el mar o quedan colocadas y el otro año hay que hacer una inversión de determinadas características? ¿O efectivamente tiene que haber un sistema de otras características, por el que las casetas se sacan y se ponen y se tienen garantizados los equipos que lo hacen o equipos de mantenimiento? Es bastante más complicado que dos más dos.

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