EnPerspectiva.uy

Entrevista central, martes 6 de febrero: Gustavo Perednik

Facebook Twitter Whatsapp Telegram

EC —Difícil de entender el papel jugado por Timerman, un judío pactando algo así…

GP —Sí, repele. Timerman fue un periodista menor catapultado a la diplomacia argentina, saltó de ser periodista –dicho sea de paso, un periodista que defendía la dictadura en la Argentina– a ser cónsul en Miami, después fue embajador en Nueva York y finalmente pasó a ser ministro de Relaciones Exteriores, casi sin interrupción. Le debía su vida a Cristina, yo lo llamo “el cancilleresco mayordomo”, porque hacía exactamente lo que pedían y no tenía ningún reparo en traicionar a diestra y siniestra, como lo hizo.

EC —En cuanto a cómo sigue todo esto, ¿cómo van a darse estas actuaciones vía oral en la Justicia por el encubrimiento a Irán, a partir de lo que fue la investigación original del fiscal Nisman?, ¿qué cabe esperar?

GP —Esa ya está terminada, que el atentado en la Argentina lo perpetró Irán está demostradísimo, se demuestra no con especulaciones, sino con el manejo de cuentas bancarias que coincidían, viajes, compras de explosivos, la entrada de Ibrahim Berro, el autoinmolado, y Hezbolá entrenándolo, con la triple frontera, etcétera. Todo eso está demostrado gracias a la búsqueda de Nisman, que en años de intenso y profesional trabajo llegó a las conclusiones que se pueden leer, están en su dictamen de 802 páginas, que yo novelicé en Matar sin que se note. Por lo tanto lo único que queda con respecto a Irán es poder llevar a la Justicia a los perpetradores, pero estos son protegidos por el Estado de Irán. Si bien tienen la alerta roja de Interpol y en teoría no pueden salir de Irán, en Irán se pavonean libremente, porque es el único Estado terrorista del mundo que se proclama como tal.

Lo que queda acá es, primero, cumplir con lo que ha determinado la Justicia argentina con respecto a Irán y llevar a la cárcel a los iraníes, lo que es muy difícil que pueda ocurrir mientras el gobierno de los ayatolás continúe allí, y segundo, abrir la denuncia de Nisman y actuar contra los exfuncionarios del gobierno argentino, que es lo que está ocurriendo en estos momentos.

EC —La pregunta iba a ese último plano, qué es lo que cabe esperar en los próximos meses.

GP —Esperar tiene muchos sentidos en castellano. Si te referís a esperanza, te diría que todos caigan presos, como corresponde; varios de ellos ya lo están. Si es expectativa, la respuesta es que la Justicia está avanzando, con cierta lentitud que a veces exaspera, pero con mucho menos lentitud que antes. Así que en ese sentido soy muy optimista. Creo que les comenté que cuando me reuní con Alberto por última vez me dijo “yo te aseguro que van a ir todos presos”, y te diría que eso se está cumpliendo en estos momentos.

EC —Y en el otro capítulo, el del asesinato del fiscal, ¿qué es lo que viene?

GP —Diría que la pieza clave también está detenida a medias, que es Diego Lagomarsino, el que demostradamente entregó el arma con la que Nisman fue asesinado. Eso está demostrado.

EC —Era asesor informático de Nisman.

GP —Correcto. Un asesor informático tan eficaz que su computadora estaba plagada de virus, su teléfono estaba tomado, que decía que podía corregir la computadora de Nisman a la distancia, pero cuando se empezó a investigar se dieron cuenta de que ni siquiera tenía un programa en su propia computadora para poder corregir a distancia. Obviamente Lagomarsino es lo que en la jerga policial se conoce como un “pluma”, una especie de agente infiltrado que no sabe muy bien para qué está hasta que le dan una misión, y la misión de él fue dejar el arma asesina en el departamento de Nisman para que los asesinos pudieran utilizarla. Él es una pieza clave, creo que en algún momento confesará su rol, por ahora lo niega, pero con tantas contradicciones que cada vez se compromete más. Además los cuatro custodios principales, que desaparecieron como paraguas que se cierran cuando empieza a llover, en estos momentos también están siendo interrogados por la policía, detenidos separadamente, lo que me hace suponer que van a entrar en grandes contradicciones y también van a quedar comprometidos en el plan siniestro de asesinato.

EC —¿Cuánto tiempo hay que esperar para que termine dilucidándose este caso?

GP —Los que teníamos esperanza de que se dilucidara el atentado a la AMIA tuvimos que esperar 10 años, pero se llegó a la verdad. Es importante llegar a la verdad, aun cuando no pueda hacerse justicia porque los asesinos están protegidos. Creo que en el caso de Alberto va a haber que esperar mucho menos, no va a ser pasado mañana, pero va a ser mucho menos, algunos pocos años y vamos a terminar sabiendo qué ocurrió exactamente.

Comentarios