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Entrevista central, viernes 9 de junio: Ana Pais

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EC —Es interesante la decisión que toma de filtrar a la prensa los apuntes que decidió ir tomando luego de cada uno de los contactos con Donald Trump. Ayer ante la comisión del Senado reveló que fue él mismo, que la filtración no la hizo alguien conocido, algún amigo, un funcionario, sino que fue él mismo, a través de un asesor, que le entregó esos documentos a la prensa.

AP —Correcto. Tomó nota de cada uno de los nueve contactos que tuvo con Donald Trump enseguida de que salió. Esos memorandos no constituyen documentos clasificados, entonces perfectamente los podía compartir, cosa que hizo. El abogado personal de Donald Trump deslizó la idea de que podrían llegar a demandarlo por haberlos compartido. Pero en principio no habría problema con que los haya compartido, porque son apuntes personales de él de reuniones en las que sintió una cosa como de instinto que le decía que había algo extraño en esas conversaciones, e incluso sintió que en algún momento Donald Trump podía mentir acerca de lo que habían conversado. También aclaró que durante los más de dos años en que Barack Obama fue presidente tuvo escasos contactos con él, creo que dijo dos contactos, y en ninguna de las dos oportunidades tomó apuntes después. Y que previamente, trabajando como funcionario público, había tenido un contacto con George W. Bush y que tampoco en esa oportunidad había tomado nota de lo que había sucedido. O sea que es bastante excepcional la medida que tomó con Donald Trump de anotar lo que había conversado.

EC —Tuvo tres reuniones y seis llamadas telefónicas. Sobre todas ellas realizó apuntes, porque en todas Trump quiso de una manera o de otra reducir la presión de las investigaciones. “Necesito lealtad, espero lealtad”, le llegó a decir en una cena privada que tuvieron en la Casa Blanca. Fue a partir de esa forma de expresarse del presidente que él dijo “tengo que registrar, tengo que llevar resúmenes de lo que pasa”. Son dos decisiones interesantes de Comey, la primera es esa, la de anotar, apenas terminaba cada uno de esos contactos, resumir. Y la otra, la de filtrar luego, hace poco, esos apuntes a la prensa.

AP —Sí, en un momento esas filtraciones de esos memorandos generaron un tuit de Donald Trump en el que decía algo como “más vale que no vayan a aparecer grabaciones de nuestras conversaciones”. Ayer en la audiencia le preguntaron sobre eso a Comey, y él dijo: “Ojalá haya grabaciones de lo que conversamos, porque entonces dejaría de ser mi palabra contra la del presidente y pasaría a haber un dato objetivo de la realidad”. También dijo que cuando filtró esos memorandos a la prensa lo hizo porque creía que de esa manera podía ayudar a la elección de una investigadora especial, que fue lo que terminó pasando, que fue la elección de Robert Mueller como investigador, quien fue además el antecesor de James Comey en el FBI. Nuevamente demostró esta habilidad de ajedrecista de decir “voy a hacer esto para esto”.

EC —Es muy interesante el personaje que termina construyendo James Comey, que se convierte en un antagonista de fuste. No es sencillo lo que resolvió en estas últimas semanas: plantarse como se plantó nada menos que frente al presidente de Estados Unidos. Y en ese proceso, la instancia de ayer era obviamente muy importante, era clave.

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EC —Hoy ya hubo reacción del propio Trump. Ayer había optado por el silencio en torno a esa sesión de la comisión del Senado de la que todo el país estaba pendiente, quien habló ayer fue su abogado. Pero hoy Trump volvió a Twitter y reclamó su total y completa reivindicación a partir de los dichos de Comey, por el hecho de que el exdirector del FBI dijo que él, Trump, no estaba personalmente bajo investigación en el caso de la presunta injerencia rusa en las elecciones del año pasado.

AP —Es cierto. James Comey repitió ayer durante la audiencia que Donald Trump en persona no estaba siendo investigado –al menos no lo había estado mientras él fue director del FBI– por los supuestos vínculos entre la campaña de Trump y el gobierno de Rusia. De hecho dijo que Trump en una de estas conversaciones le había dicho que le parecía que había que llegar al fondo del asunto, y que si había alguien que había hecho algo que no se debía hacer, había que encontrarlo. Entonces muchos republicanos vieron en estas declaraciones algo positivo sobre el presidente. Incluso el asunto de la conversación sobre Michael Flynn, que fuera asesor de seguridad de Donald Trump, que a los 24 días de haber sido elegido para ese puesto tuvo que renunciar porque no le había informado de forma correcta a, entre otras personas, el vicepresidente de la República, Mike Pence, que había tenido contactos y que había sido lobista para el gobierno de Rusia y el gobierno de Turquía. Flynn renunció a ese cargo y en una de estas famosas reuniones entre Comey y Donald Trump de las cuales Comey tomó nota, según Comey, Trump le pidió que dejara pasar la investigación sobre Flynn, que Flynn ya había sido despedido y que esperaba que dejara pasar esa investigación.

EC —Le dijo “es una buena persona, espero que puedas ver la forma de dejar pasar lo de Flynn, espero que lo puedas dejar ir”, según los apuntes de Comey.

AP —Exacto. Entonces los republicanos decían “no te dio una orden, lo que hizo fue decirte ‘ojalá’, el deseo no es lo mismo que una orden. Ayer Donald Trump Jr., el hijo mayor de Donald Trump, tuiteó “yo conozco a mi padre desde hace 39 años y puedo asegurar que cuando te da una orden o te dice algo no hay ambigüedad, uno se da cuenta de qué es lo que está queriendo”. Hubo varios elementos durante la audiencia que dieron optimismo a los republicanos que apoyan a su presidente Trump.

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