Los avances tecnológicos y una legislación que fomenta la transparencia se retroalimentan con un periodismo incisivo y el debate público, para que los uruguayos conozcan y juzguen hechos a los que antes era imposible acceder, dice Manuel desde la audiencia.
Últimamente se dice que “los uruguayos nos hemos puesto más exigentes con la ética del comportamiento de los políticos”.
Comparto. Ahora somos más exigentes. Pero corresponde preguntarse el porqué. Me parece que las razones de ese cambio son, entre otras:
1-En los últimos tiempos, gracias a los avances en las tecnologías de la comunicación, todos podemos, sin mucho trámite, enterarnos de muchas cosas que años atrás casi no teníamos chance de conocer. A vía de ejemplo:
i-pudimos ver el discurso de Raúl Sendic cuando anunció en el Plenario del FA que iba a renunciar a la vicepresidencia, y de paso criticó a varios dirigentes del FA;
ii-pudimos oír lo que Bordaberry le dijo a Lacalle Pou, luego de la 1º vuelta de octubre de 2014, respecto a “hacer m…” a Tabaré Vázquez;
iii-Pudimos ver los almibarados comentarios que Marcelo Abdala dedicó públicamente a Nicolás Maduro.
Etcétera, etcétera.
2-Gracias a la Ley N° 18381 de fines del 2008 sobre el Derecho de Acceso a la Información Pública, pudimos –como simples ciudadanos o como periodistas– tomar conocimiento de muchísima información.
3-Se han popularizado muchos programas de radio y de TV, en los cuales se arman debates en los que se pueden oír todas las campanas, discutiendo cara a cara, y en simultáneo. A vía ejemplo:
i-La Tertulia (de El Espectador),
ii-La Mesa de En Perspectiva,
iii-Esta boca es mía (de Teledoce),
iv-Todas las voces (de Monte Carlo TV),
v-Moros y cristianos (de TNU), etc.
Esto ha permitido enterarse de muchas cosas que estaban soterradas.
4-A través de Internet, cualquiera puede a acceder a una enorme cantidad de información sobre hechos de hace muchos años. Incluso, leer y oír cosas que no están en las librerías, o a uno le daría pereza (¡o vergüenza!) ir a comprar en las librerías.
5-Los servicios que presta UyCheck, comprobando si lo afirmado por alguien se ajusta a la verdad (totalmente, parcialmente o en nada).
Lo antes mencionado sirvió de catalizador para que salieran libros contando otras perspectivas, otros puntos de vista (ej.: el de María Urruzola, los de Leonardo Haberkorn, los de Adolfo Garcé, el de Patricia Madrid y Viviana Ruggiero). Además sirvieron para que muchos periodistas fueran aún más incisivos en sus reportajes.
Por si todo esto fuera poco, si uno tiene una discusión con alguien sobre alguna información, puede ver y rever en Internet el documento en cuestión. Los debates pueden (en teoría) saldarse más rápidamente y con datos precisos.
Bueno, al menos así lo veo yo.
Manuel Colombo
Vía correo electrónico
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