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Entrevista central, miércoles 8 de julio: Danilo Astori

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Entrevista con el ministro de Economía y Finanzas, economista Danilo Astori.

Vea el video de la entrevista

EN PERSPECTIVA
Miércoles 8 de julio, hora 8.10

EMILIANO COTELO:
Con pocos días de diferencia, el gobierno hizo dos anuncios económicos que dieron lugar a polémicas.

Por un lado, estuvo la suspensión de las obras del Complejo Antel Arena, y por otro, la moderación de los aumentos salariales incluida en las pautas que el Poder Ejecutivo presentó para la próxima ronda de negociación colectiva del sector privado.

¿Cómo hay que leer estas señales? ¿Es momento de retraer el gasto del Estado o se debería ir a lo contrario, a que las empresas públicas inviertan más para impulsar el crecimiento, como sostienen algunos sectores del Frente Amplio (FA)? ¿Está el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) desarrollando un mayor control de los entes ante la constatación de que venían manejándose los números de manera “desprolija”, como ha trascendido?

Tenemos unos cuantos temas para conversar con el ministro Danilo Astori.

Aquí lo tenemos, mirando a la Torre Ejecutiva. Un espacio al que concurre… ¿cuántas veces por semana? Una para el Consejo de Ministros…

DANILO ASTORI:
Como mínimo una, pero es frecuente que por un lado tengamos algunas reuniones extraordinarias –de hecho así se ha venido encarando el tema presupuestal, en reuniones que no se hacen ordinariamente– y por otro diversos tipos de encuentros, reuniones con integrantes del gobierno. Estos encuentros son particularmente importantes en esta época en la que por un lado hay una elaboración global, y por otra el MEF debe ir tratando responsabilidades específicas con diversos integrantes del gobierno en particular en reuniones que no son colectivas, que son parciales, que refieren a una parte del gobierno, pero que son muy importantes para avanzar en temas fundamentales.

EC – Da la impresión de que hay mucho diálogo MEF-Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) en estas semanas.

DA – Sí, sin duda, desde que comenzó el gobierno. Y así va a seguir siendo, porque tenemos temas comunes muy importantes. Particularmente en un año presupuestal ni que hablar que esa necesidad de encuentro y de trabajo conjunto se multiplica.

EC – ¿Y con el presidente de la República cómo es su diálogo? ¿Cuán fluido, cuán frecuente?

DA – Es muy frecuente, muy fluido. Solo que con el presidente además nos encontramos muchas veces en Suárez, donde él tiene sus oficinas para trabajar un poco más tranquilo. Suárez brinda un ambiente de trabajo con menos interrupciones, con menos sobresaltos de tipo ajeno al trabajo, se puede pensar tranquilo en ese ambiente bastante distendido que ofrece la residencia. Así que los encuentros con el presidente son frecuentemente en Suárez.

EC – Vamos a uno de los temas que mencionaba en la introducción, un tema que está bien al tope en la agenda en estos días. ¿Cuáles son las razones concretas de la decisión del Poder Ejecutivo de que Antel suspendiera las obras del Antel Arena?

DA – Esta discusión, que se ha concentrado en estos días en esa decisión, es una reflexión, un debate, una decisión que trasciende por mucho el análisis específico de este proyecto que se ha dado en llamar Antel Arena. Se encuadra en la decisión de asegurar una coordinación más grande de la que existió en el pasado de las inversiones que realizan las empresas públicas, que siempre son muy importantes para el país, pero que hoy lo son más que nunca. Precisamente porque el gobierno tiene muy claro que la inversión tiene que seguir jugando un papel fundamental en los años que vendrán.

EC – ¿Está respondiendo de manera indirecta a algunas de las críticas o a algunos de los planteos que le hacen sectores del Frente?

DA – No, estoy respondiendo de manera directa a un argumento que he escuchado, y es que el gobierno pretende “achicar” su margen de maniobra ante circunstancias económicas internacionales y regionales difíciles, que sí existen. El gobierno no solo no proyecta una visión o un enfoque de ese tipo, sino que quiere que en el período que hemos iniciado las inversiones sean muy importantes y aseguren calidad, coherencia con la capacidad de gasto que tiene el país y financiamiento.

Es en ese contexto que hay que entender la decisión de suspender temporalmente las obras de Antel Arena, que serán retomadas apenas el país pueda definir una fecha concreta coherente con ese esfuerzo de coordinación de las inversiones que traerá como consecuencia no solo un volumen importante de inversiones públicas, incluyendo Antel Arena, proyecto que se va a llevar a la práctica, sino también un volumen muy importante, muy importante –lo adelanto desde ya y en pocos días vamos a poder dar cifras concretas– de las inversiones que se deben realizar en el ámbito que solemos llamar la infraestructura, que tiene como uno de los responsables más importantes al Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP). Aquí estoy hablando de transporte, de comunicaciones, de servicios portuarios absolutamente fundamentales para Uruguay y estoy hablando de energía.

A esas inversiones habría que agregar una inversión en temas que el presidente ha decido jerarquizar, con justicia a mi juicio y obviamente con todo nuestro apoyo: los temas ambientales, el tema del agua y una inversión social realmente relevante, en educación, infraestructura sanitaria, salud pública. El tema del agua preocupa especialmente al presidente y ha decidido dedicarle un esfuerzo de inversión importante; en los próximos días vamos a anunciar el monto.

EC – Usted dice que no va a haber un “achique” de la inversión del Estado.

DA – No, todo lo contrario.

EC – ¿Puede dar números de la inversión que se concretará en este período versus la del período anterior, por ejemplo?

DA – Los voy a dar en pocos días más, estamos haciendo precisamente en este momento ese informe. Pero por ejemplo, las inversiones en el ámbito del MTOP van a ser sensiblemente superiores a las del período anterior.

EC – ¿Ahí está pensando en inversión pública o inversión en coordinación con el sector privado?

DA – A eso iba. El esfuerzo de inversión incluye una convocatoria muy importante al sector privado, porque lo que estamos proyectando es tan grande que trasciende por completo las posibilidades fiscales del sector público propiamente tal. Por lo tanto estamos haciendo un esfuerzo muy intenso de convocatoria al sector privado, lo cual implica varias cosas. Por un lado, utilizar los instrumentos que ya tenemos, como por ejemplo el marco regulatorio de la inversión público-privada. Por otro lado, una mejora de ese marco regulatorio…

EC – En el período pasado hubo una expectativa fuerte puesta en ese instrumento, y después los resultados fueron magros, casi nada de utilización de las PPP (empresas con participación público-privada).

DA – Exactamente. Estaba señalando que estamos modificando la reglamentación de ese marco regulatorio para hacerla más ágil, porque desde el punto de vista de las normas en vigencia hubo dificultades que explican en parte el enlentecimiento que surge al analizar la utilización del instrumento.

Un comentario. Teniendo en cuenta la experiencia internacional en materia de uso de esta herramienta, por ejemplo el Reino Unido es pionero desde este punto de vista, durante mi primer ministerio viajé personalmente a Londres para enterarme de cómo funcionaba esta operación para ponerla luego en práctica como realmente ocurrió en el país. Y el promedio de duración de una experiencia entre que se convoca al inversor privado y se realiza la inversión no está muy lejos de lo que Uruguay demoró para llevar a la práctica el proyecto que está en construcción, el de la cárcel de Punta Rieles.

EC – Está bien. Pero es un hecho que se había cifrado la esperanza de que por la vía del instrumento de las PPP ya en el período de gobierno de anterior se pudiera avanzar en el ataque al déficit que el país tiene en infraestructura vial, por ejemplo. Y sin embargo por ese lado no se pudo.

DA – Ahora se va a poder. Incluso ya están hechos los primeros llamados para las primeras rutas por esta vía. Por otra parte, uno de los incentivos que necesita el sector privado para acudir a interesarse y participar en experiencias de este tipo es el respaldo financiero. Nosotros lo estamos consiguiendo, de hecho tenemos compromisos de instituciones como el Banco Mundial de apoyar financieramente a los privados –no solamente al sector público– para que tengan esa espalda financiera que requiere un participante privado en estas experiencias.

EC – Veía en la prensa de esta mañana declaraciones de Ignacio Otegui, presidente de la Cámara de la Construcción. Es un artículo en el diario El País que tiene como punto de partida la suspensión de las obras del Antel Arena, pero luego va al debate sobre qué tiene que pasar con la inversión pública en este período. Dice Otegui: “Que a veces se tengan que poner ciertas cosas en orden es razonable, pero si la única variable de ajuste que tiene el gobierno en este año es la inversión pública el país encontrará un problema, porque se van a estrangular sus posibilidades de crecimiento. Si pasa eso no vamos a tener inversiones en infraestructura”.

DA – Esa no es la realidad que proyectamos para los próximos años; repito, es exactamente al revés. No solo no habrá recorte, sino que vamos a tener la inversión en infraestructura más grande que hemos tenido durante todos los gobiernos del FA.

EC – Después Otegui da estos otros números: “Si se toma el promedio de 2013, que fue cuando la industria de la construcción se frenó, hasta el día de hoy, llevamos acumulados 12.000 puestos de trabajo directos perdidos. Si no se revierte esto, para finales de 2015 se podrían perder 4.000 empleos más”. Hay una inquietud a propósito del trabajo en la construcción, no solo del presidente de la cámara, del Sunca también.

DA – Sin duda, pero tenemos que partir de la base de que el enfoque del gobierno no es el que surge de ese comentario. Es exactamente al revés, y estamos trabajando en asegurar consistencia entre las políticas monetaria, fiscal, de combate a la inflación y de ingresos. Justamente, para cuidar las fuentes de trabajo y al mismo tiempo defender los avances que el país ha logrado en materia de poder adquisitivo de los salarios, de poder adquisitivo de los ingresos de los hogares concebidos en su conjunto, asegurar esa consistencia es muy importante, absolutamente relevante para que no solo no haya un enfoque de achique en materia de inversión y en particular de inversión pública, sino que ocurra todo lo contrario.

EC – Usted dice que tiene que haber una consistencia entre esas políticas. Capaz que dicho así resulta difícil de entender. En términos prácticos, ¿a qué alude? Ayer discutíamos este tema en la mesa de economistas, y supongo que se refiere a que con estos planes que se están preparando de inversión impulsada por el Estado, no solo pública, también privada, hay que cuidar que el déficit fiscal no se dispare, por su impacto después en la inflación y a su vez en la competitividad. ¿Estamos hablando de eso?

DA – Me refiero a que este proyecto de ampliación de la inversión y de salir al encuentro de este panorama internacional relativamente negativo que tenemos hacia delante, como nos proponemos hacer basados en las fortalezas que construyó el país, se hace con orden macroeconómico o fracasa. Eso es lo que quiero decir. El orden macroeconómico es precisamente la coherencia que tiene que existir en el manejo de las herramientas que mencioné en la respuesta anterior y que está en la base de la concepción y la elaboración del presupuesto que estamos desarrollando conjuntamente con todo el gobierno.

Voy a repetir cuál es el corazón de ese equilibrio macroeconómico: estamos en una economía que está desacelerándose, como es evidente, porque Uruguay no puede ser una excepción a todos los procesos de desaceleración que está viviendo el mundo. Uruguay lo está encarando muy bien este proceso, porque construyó fortalezas para encararlo, construyó fortaleza institucional, se diversificó, diversificó sus mercados, sus productos, y al mismo tiempo construyó una fortaleza financiera muy importante. Uruguay tiene hoy la posición financiera más sólida de toda su historia contemporánea. Eso no es poca cosa para encarar estos tiempos más difíciles que los del pasado. Y basado en esas fortalezas que construyó, Uruguay hoy se propone ir para adelante frente a esta situación, pero teniendo muy claro que la condición indispensable para ir para adelante es el orden macroeconómico.

¿Cuál es el corazón del orden macroeconómico en una economía que además tiene una presión inflacionaria importante, en la que además en algunos sectores se han perdido fuentes de trabajo, como decía el señor Otegui, lo cual es una realidad que no puede escapar a ningún ojo avizor que analice la situación nacional? El corazón en una economía en esta situación es el que tiene que existir entre la política monetaria, la política fiscal y la política de ingresos. Con consistencia entre esas herramientas, entre esos instrumentos, se asegura el equilibrio que tiene que existir para que el enfoque sea practicable y tenga los resultados que todos deseamos.

¿Y cuáles son los resultados que todos deseamos? Mantener los niveles de crecimiento que Uruguay tiene en este momento y que prevé para este año y el año próximo, de entre 2,5 % y 2,8 %, que son predicciones razonablemente buenas para nosotros –ojalá las podamos ajustar hacia arriba; siempre preferiré ajustar hacia arriba que ajustar hacia abajo–, para luego, hacia la segunda mitad del período, ir acercándonos a 3 %. Esos son muy buenos números en el mundo de hoy, y para asegurarlos hay que invertir, y para invertir hay que asegurar el orden macroeconómico que acabo de señalar. Ese es el razonamiento, ese es el enfoque.

EC – De todos modos hay un detalle. Durante el período de bonanza tan largo y tan interesante que vivió, el Uruguay tuvo la posibilidad de ahorrar, de guardar para poder después hacer políticas contracíclicas, como se las denomina, pero eso no ocurrió. ¿Cómo analiza las decisiones que llevaron al gobierno a comportarse de aquella forma?

DA – Ocurrieron dos cosas en el Uruguay que yo valoro mucho y que explican en gran parte la situación fiscal que hoy tenemos. Por un lado, el país dedicó mucho esfuerzo a mejorar la agenda de derechos de la sociedad en su conjunto, sin ninguna duda, se avanzó notablemente en ese campo. Pero Uruguay además mejoró los ingresos de su gente, de la sociedad, de una manera absolutamente relevante. El salario mínimo nacional se triplicó en términos reales, y eso no es poca cosa, eso encabeza la atención a la agenda de derechos, porque es un punto fundamental para distribuir mejor los ingresos y para tener más equidad en el país. El salario real medio de los trabajadores aumentó 47 %, el poder adquisitivo medio de los hogares de los uruguayos aumentó 51 % en términos reales.

Y por otro lado, porque eso también tuvo repercusión fiscal, Uruguay construyó la enorme fortaleza financiera que tiene hoy. En el mundo con dificultades que vivimos en este momento tener liquidez es absolutamente fundamental. Solo el gobierno central tiene una liquidez equivalente a 6 puntos del producto en este momento, 3.600 millones de dólares que son una especie de garantía de que el país está firmemente posicionado para enfrentar las dificultades del momento.

Por si esto fuera poco, además de estos 6 puntos del producto, Uruguay tiene líneas contingentes de crédito de 3,5 del producto. Con lo cual totaliza un volumen de recursos financieros solo en poder del gobierno central –sin contar todas las reservas, que son mucho mayores– que le da al Uruguay una fortaleza que es fundamental para que los inversores sigan confiando en el país. Porque sin confianza de los inversores no vamos a poder practicar el enfoque contrario al achique que estamos fundamentando.

EC – Pero, por ejemplo, en el período de gobierno anterior, ¿no hubo exceso en las inversiones de algunas empresas públicas? Ustedes mismos, da la impresión, están haciendo ese análisis.

DA – Sí, señor.

EC – ¿No hubo un exceso en la incorporación de funcionarios públicos? ¿No fueron dos temas en los que pudo haberse trabajado de otra manera para estar mejor plantados a los efectos de enfrentar un escenario más adverso como este?

DA – Sin duda, pero yo no utilizaría la palabra “exceso”; lo que hubo fue falta de coordinación en las inversiones públicas.

***

EC – ¿El gobierno no debió haber tomado medidas de ajuste, de ordenamiento, ya en el período pasado? ¿No hubo ya en la campaña electoral, por ejemplo, advertencias tanto de candidatos de la oposición como de analistas que aseguraban “nos estamos exponiendo demasiado, el escenario externo viene complicado”? Por ejemplo, ¿el déficit fiscal no se dejó crecer demasiado? Y ahí entran algunos rubros: cantidad de funcionarios públicos, aumentó la plantilla de funcionarios durante la administración Mujica, las inversiones de algunas empresas del Estado aparentemente se fueron de lo razonable. ¿Qué autocrítica se hace en ese sentido?

DA – Siempre hay que hacer autocrítica y la voy a referir precisamente a estos temas que menciona en la pregunta. En la anterior respuesta explicaba los resultados positivos que se habían alcanzado con el gasto público. Y los reitero, y además los comparto, pero también hay que hacer autocrítica, sin duda. Hoy proponemos un reordenamiento y una coordinación de las inversiones de las empresas públicas precisamente porque creemos que desde este punto de vista hay que mejorar lo que hicimos hasta ahora.

EC – Pero ¿el equipo económico no era básicamente el mismo? Usted no estaba al frente del MEF, había estado en el primer gobierno Vázquez, pero su gente, sus técnicos de confianza eran quienes estaban dirigiendo el MEF, se hablaba siempre del “equipo de Astori”. Usted era vicepresidente pero de hecho dirigía el equipo económico.

DAC – En realidad eso de dirigir el equipo económico alude al hecho de que practicamos o estamos convencidos del mismo enfoque, la misma visión, y durante el período pasado también compartimos la orientación fundamental de la economía. Pero también coincidíamos en esto que estoy señalando ahora y coincidimos en esta autocrítica: que debemos mejorar desde este punto de vista, lo estoy reconociendo.

EC – ¿O fue que el equipo económico aquel no resolvía todo y había otras opiniones pesando? Pienso para empezar en la del presidente José Mujica, pienso en toda la discusión que hubo sobre el equipo económico paralelo en torno a la OPP.

DA – Más que entrar en explicaciones de por qué cometimos errores, prefiero que reconozcamos los errores cometidos y los corrijamos. Y creo que lo estamos haciendo, porque cuando ahora estamos dedicando mucho esfuerzo a reordenar y coordinar las inversiones de las empresas públicas, valorando las inversiones que ya se hicieron pero reconociendo que en estas condiciones, precisamente por razones fiscales, entre otras, necesitamos más orden, más programación, más coordinación, de hecho estamos haciendo una autocrítica: esto lo debimos haber hecho en el pasado y no lo hicimos.

EC – La información estaba, el equipo económico tenía esta información.

DA – Por supuesto que la información estaba. En definitiva hoy estamos analizando cómo operar en el futuro utilizando en parte también la información que viene del pasado. Entonces sí, acá tenemos que mejorar, y es lo que estamos intentando hacer con la perspectiva de los próximos años. Si somos capaces de mantener ese orden macroeconómico y esa consistencia entre las herramientas de las que hablaba, estoy seguro de que los resultados van a ser muy buenos. Uruguay va a invertir, va a mejorar su crecimiento y va a cumplir con su programa, que de eso se trata.

EC – En cuanto a la plantilla de funcionarios, ¿cuál es su análisis?

DA – Ahí hubo varias cosas que hay que tener en cuenta. Hubo un proceso importante de regularización de vínculos laborales que antes no aparecían como funcionarios y hoy aparecen. Y hubo algunos ámbitos en los que se dieron crecimientos necesarios para el país; menciono dos: la seguridad y la enseñanza, especialmente ahí crecieron en proporciones importantes los vínculos laborales con el Estado.

EC – Pero llama la atención el crecimiento global, teniendo en cuenta que estamos en una época en que las tecnologías de la información facilitan buena parte de las tareas y de hecho son una especie de reforma del Estado que viene empaquetada en un software o en una máquina. Que al mismo tiempo creciera el conjunto de funcionarios públicos no era lo que uno en principio podía esperar, porque si bien se puede necesitar más personal en algunos sectores, en otros es claro que con ese tipo de herramientas se puede bajar.

DA – No tengo número acá al respecto, pero repito que gran parte del crecimiento de esos vínculos se debe a procesos de regularización de casos que no estaban en una situación formalmente aceptable desde el punto de vista laboral.

Ya que se mencionó el tema de la tecnología de la información, también se avanzó desde ese punto de vista. Hoy Uruguay ocupa un lugar muy destacado, primero en América Latina en materia de gobierno electrónico, y en términos de trámites y servicios en el lugar 22 o 23 en el mundo. Así que también se está avanzando desde el punto de vista de la incorporación del llamado gobierno electrónico como una parte fundamental de la reforma del Estado.

EC – En definitiva, ¿qué es lo que se prevé en cuanto a inversiones de las empresas públicas para este período de gobierno? Ayer en el diario El País se publicaban trascendidos a propósito de lo que el gobierno estaría disponiendo, que implica para casi todas ellas una caída sensible de los niveles de inversión en comparación con los promedios del período anterior, salvo para OSE.

DA – Sí, nos estamos aproximando a un volumen total, que afinaremos cuando presentemos los números en su conjunto, de unos 3.000 millones de dólares para todo el período. Estoy hablando básicamente de cinco empresas: Antel, UTE, Ancap, OSE y la Administración Nacional de Puertos (ANP). La ANP requiere inversiones muy importantes en el puerto de Montevideo y en el otro gran puerto que tiene el país, el de Nueva Palmira, importante esencialmente por la capacidad que tenemos de desarrollar servicios logísticos. En el puerto de Montevideo ha invertido en el muelle C, que le permite operar en condiciones mucho mejores que en el pasado, y con las nuevas inversiones en un muelle D va a operar todavía mucho mejor. Para esas cinco empresas estamos pensando en una inversión en estos cinco años de 3.000 millones de dólares.

Esto lo vamos a afinar en una presentación general que vamos a hacer en pocos días, para comunicarle a la población uruguaya que no solo no estamos en una política de achique, sino que la inversión pública más la privada van a ocupar un lugar fundamental en la agenda económica del país en los próximos años.

EC – Volviendo al comienzo de esta conversación, el caso concreto de la inversión en el Antel Arena, ¿por qué se deja en suspenso?, ¿cuál fue el análisis que se hizo?

DA – Creo haber dicho que en la programación de las inversiones coordinadamente que antes no tuvimos y que ahora tenemos que tener hay que definir prioridades. Y la decisión de suspender temporalmente –subrayo, temporalmente– el avance de Antel Arena se explica porque en definitiva, dado el orden macroeconómico del que hablaba hoy, y sobre todo las restricciones fiscales que tenemos que observar, esta es una inversión que, en comparación con las otras, puede esperar un tiempo, a los efectos de avanzar.

EC – Le insistía en la pregunta porque la decisión, si bien se manejaba, si bien había circulado como posibilidad, terminó siendo de algún modo sorpresiva incluso para otros jerarcas de gobierno que se enteraron leyendo una noticia en el semanario Búsqueda el jueves de la semana pasada. Sorpresiva también porque pocos días antes, menos de un mes antes, Antel, la ministra Carolina Cosse, la intendenta de Montevideo y el subsecretario de Turismo habían encabezado una visita al obrador con la prensa para mostrar cómo avanzaban los trabajos. ¿Cómo se entiende eso?

DA – El tema de la coordinación entre inversiones de empresas públicas se viene analizando desde hace bastante. Y había trascendido públicamente, incluso hubo una reunión muy importante con la participación directa del presidente de la República, el director de la OPP y yo como ministro de Economía con los presidentes de todas las empresas, incluido el presidente de Antel, y se empezó a analizar todo este tema. Luego de esa reunión colectiva en la que el presidente fundamentó la necesidad de coordinar y establecer prioridades, empezamos a tener reuniones individuales con cada presidente y fuimos viendo las posibilidades. Incluso varias de esas reuniones tuvieron una cierta exposición pública, hubo comentarios, y en definitiva se sabía que el gobierno iba a actuar basado en prioridades, no podemos actuar de otra manera.

EC – ¿Y cómo vieron aquella recorrida de prensa por el obrador de Antel?

DA – Como algo que tenían todo el derecho a realizar quienes querían mostrar el avance de obras de Antel Arena.

EC – ¿Fue una jugada para mostrar un hecho consumado?, ¿fue parte de una pulseada? ¿Cómo hay que entenderlo?

DA – No, yo no lo veo así. En todo caso, si hubo alguna intención creo que se lo tiene que preguntar a quienes hicieron esa recorrida.

EC – ¿En ese momento ya sabían las autoridades de Antel que venía esta decisión?

DA – No se había tomado todavía, en absoluto, se tomó después. Y la decisión, repito, es la de asegurar que la obra se va a realizar.

EC – ¿Cómo se va a realizar? ¿Se va a recurrir a financiamiento privado, que es una alternativa que ha venido comentándose en estos días?

DA – No está previsto en este caso, pero si se diera la posibilidad de que así fuera, lo consideraremos, hasta ahora no está previsto. La utilización más grande de cooperación público-privada que se está proyectando hacia el futuro es la que va a tener lugar en la órbita del MTOP. Pero en el caso de empresas públicas, incluyendo el caso de Antel Arena, si se diera una oportunidad de este tipo, no la puedo descartar en absoluto. Hasta ahora no se ha mencionado eso.

La decisión que se tomó debe ser vista como una decisión que más que comprometer la realización del proyecto la asegura. Porque si hoy nos ponemos a desarrollar el proyecto como si no existieran prioridades, como si no hubiera que tener orden macroeconómico, como si no hubiera restricciones fiscales en el país, podemos arruinar el proyecto en vez de asegurarlo.

EC – ¿Ustedes se enteraron ahora de que el Antel Arena cuesta más de lo que se había dicho en su momento?

DA – Los cálculos se hicieron con las autoridades de Antel, en este intercambio que he mencionado y que antes no existió.

EC – No existió…

DA – No, no, antes no tuvimos un intercambio con las autoridades para establecer el análisis. Como no lo tuvimos respecto a otras inversiones. Acabo de señalar que en este momento estamos intentando corregir una insuficiencia del pasado. Y eso vale para Antel Arena y para otras inversiones.

EC – Por eso, llama la atención que ahora se conozcan las cifras reales o completas de lo que implica esa inversión, cuando el Poder Ejecutivo tiene diálogo permanente con los entes autónomos. En el caso Antel, que es un servicio descentralizado, vale el artículo 197 de la Constitución, que dice:

“Cuando el Poder Ejecutivo considera inconveniente o ilegal la gestión o los actos de los directorios, de directores generales, podrá hacerles las observaciones que crea pertinentes, así como disponer la suspensión de los actos observados. En caso de ser atendidas las observaciones, el Poder Ejecutivo podrá exponer las rectificaciones, los correctivos o remociones que considere del caso, comunicándolos a la Cámara de Senadores”.

Esto vale para decisiones ilegales, pero también para decisiones “inconvenientes”. O sea que todo este análisis se pudo haber hecho hace bastante tiempo.

DA – Es lo que estamos haciendo ahora. Lo que importa es lo que se está haciendo para mejorar las insuficiencias del pasado, y en eso estamos.

EC – ¿Cómo es su diálogo con la ministra de Industria, Carolina Cosse, que fuera presidenta de Antel y que impulsó el Antel Arena?

DA – Normal, absolutamente normal, como lo es con todos los miembros del gobierno. Tenemos un gobierno que hasta ahora ha venido operando con un enfoque muy compartido, sin fisuras más allá de algunos comentarios que a veces desarrollan los medios de comunicación, muchas veces muy alejados de la realidad. Pero en todo caso a mí no me corresponde criticar a los medios, quiero decir que yo integro un gobierno que está trabajando en equipo.

EC – ¿Y con la ministra Cosse tiene un diálogo fluido, adecuado?

DA – Sí, normalmente, por lo menos una vez a la semana.

EC – Se ha hablado de tensiones, de pulseadas.

DA – No, no, absolutamente no. No se puede gobernar pulseando, se gobierna en equipo o no se gobierna. Y la verdad es que tenemos una conducción excelente del presidente de la República, que se ocupa en particular de que esto opere como un equipo y lo conduce como tal, con orden, con rigurosidad, prestando mucha atención al estudio de los temas. Así que personalmente estoy muy contento del gobierno que integro.

***

EC – Esta semana Uruguay llegó a un acuerdo con Venezuela para cancelar por adelantado la deuda por compras de petróleo, que estaba pactada a 15 años, a cambio de una quita de 38 %, lo que implica que el monto de la deuda se reduce de 400 millones de dólares a 260.

Paralelamente, Venezuela se compromete a pagar la deuda que tiene con Conaprole y con Tres Arroyos, una exportadora de carne aviar, por 38 millones de dólares, y anuncia que también va a cancelar a la brevedad otros 15 millones de dólares que adeuda a otras empresas uruguayas.

Por otro lado, y como parte del mismo convenio, Uruguay confirma la venta a Venezuela de arroz, pollo, soja, leche en polvo y queso, de aquí a fin de año, por 300 millones de dólares. Se introduce un mecanismo de cobro que asegura que las exportaciones se van a pagar ágilmente y no como venía ocurriendo en los últimos tiempos, que era difícil cobrar. Es un sistema a través del Bandes, un dinero que se va depositando en el Bandes filial Uruguay.

Parece un acuerdo interesante, sobre el cual queda una serie de preguntas. Una de ellas es cómo se obtiene el dinero para que Ancap cancele al contado esa deuda con Pdvsa.

DA – Estamos analizando el tema, todavía no tenemos una definición. Digo “estamos”, primera persona del plural, porque nuestro equipo de deuda, a pedido de la propia empresa, está colaborando con los gerentes financieros de Ancap en la búsqueda de un reperfilamiento de su deuda. Una deuda que es muy alta y está muy dolarizada, con el consiguiente peso para la empresa por la evolución del tipo de cambio, que ha entrado en un proceso de aceleración de la depreciación de la moneda uruguaya, o de apreciación del dólar, que es lo mismo dicho de otra manera. Por eso digo que esta operación que está vinculada al reperfilamiento de la deuda de Ancap tiene que resolver lo que está planteado en la pregunta, cómo se van a obtener los recursos para que Ancap pueda pagar. Estamos estudiando esa respuesta y en los próximos días también vamos a poder hacer un comentario preciso acerca del camino que se va a seguir.

EC – Lo cierto es que Ancap va a contraer otro crédito, va a necesitar de otro crédito.

DA – Va a cambiar un pasivo por otro. Se trata de que el pasivo nuevo que va a sustituir al actual sea mucho mejor en materia de duración, de plazo, ojalá en materia de monedas, para que el peso sobre los resultados de Ancap se alivie. Esa es la búsqueda que estamos haciendo ahora. Sin duda, Ancap necesita una inyección de recursos para pagarle a Venezuela.

EC – ¿Qué va a ser? ¿Un préstamo del MEF a Ancap?, ¿préstamos bancarios?

DA – Estamos pensando, acabo de señalar que en los próximos días podemos dar una respuesta, todavía no la tenemos.

EC – Por otra parte, quería consultarlo acerca de la posibilidad, en este contexto que hemos venido analizando con usted, de que se emplee parte de las reservas. En el día de ayer el vicepresidente Raúl Sendic dijo en Radio Carve:

“Si no hay inversión privada, debe ser el Estado el que tenga que cumplir esa tarea anticíclica. Se necesita allí una batería prevista por las dudas de que las cosas se compliquen aún más de lo que están marcando los números de hoy”. De esa batería, Sendic señaló un elemento que considera necesario poner sobre la mesa: “Hay que empezar a analizar la posibilidad de comenzar gradualmente y responsablemente a deshacer posición con relación a las reservas internacionales. Una de las fortalezas que tiene el país para afrontar situaciones difíciles es el volumen importante de esas reservas, 18.000 millones de dólares, que hoy financian proyectos en Europa y en Estados Unidos. Quizás sea hora de que esos recursos vengan a financiar parte de lo que necesitamos”.

DA – Una elevada proporción de esos 18.000 millones de dólares no es propiedad del Estado uruguayo, para empezar.

EC – De ese monto, 7.700 son encajes.

DA – Y no son de libre disponibilidad, así que ahí tenemos una primera reducción de posibilidades. Y la segunda es una reducción de conveniencia. Recién dije que una de las fortalezas que construyó el Uruguay para atravesar este momento mundial y regional difícil es precisamente la fortaleza financiera. Es lo que le ha valido a Uruguay no solamente el grado inversor, sino al mismo tiempo la mejora de la calificación dentro del grado inversor. Es lo que le permite a Uruguay hoy emitir deuda al año 2050 al 5 % de interés tasa fija. Muy pocos países en el mundo pueden hacer esto en este momento. Uruguay lo puede hacer. Y lo puede hacer, entre otras cosas, por la solidez de su posición financiera. Creo que lo peor que puede hacer Uruguay es debilitar esa fortaleza utilizando reservas para fines que deben ser atendidos tanto desde el punto de vista fiscal como financiero por otras vías.

EC – Ni siquiera se está pesando en usar parcialmente esas reservas.

DA – Estamos buscando esas otras vías, y no estamos incluyendo en el menú de opciones la utilización de reservas. Eso es una fortaleza que el país tiene que cuidar mucho porque de ella dependen la confianza de los inversores, el crecimiento, la política de avance ante las dificultades, el empleo, los salarios y en definitiva las condiciones de vida de la gente.

Vea el video de la entrevista

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Transcripción: María Lila Ltaif

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