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El diario del lunes
Murió el gran titiritero

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Licio Gelli. Crédito: Leemage/AFP Photo.

Por Fernando Butazzoni ///

Ha muerto en Italia Licio Gelli, una de las figuras más oscuras de la ultraderecha fascista europea, un hombre que hizo durante su larga vida todos los méritos para ser considerado como el personaje dañino y funesto por excelencia. Terminó por ser casi una caricatura de los clásicos villanos de Marvel. Para colmo, le decían “el gran titiritero”.

Falleció rodeado de misterio en su mansión de Arezzo, a los 96 años. Según los especialistas en historia europea contemporánea, seguro que se llevó a la tumba algunos secretos escandalosos, tanto de la Iglesia católica romana como de varias “democracias ejemplares”, de esas que adornaron al viejo continente al calor de la guerra fría.

También guardaba memoria, dicen, de sus contubernios en Argentina (con Perón y López Rega primero, y con el almirante Massera después), y en Uruguay con Gregorio Álvarez y algunos de sus secuaces cívico militares. Aquí manejó importantes intereses financieros, para los que en general se apoyaba en su mano derecha, el también banquero Umberto Ortolani, quien fuera en su momento el principal accionista del Banco Financiero Sudamericano (Bafisud), vaciado y vuelto a vaciar vía Banco Ambrosiano.

Hay quienes aseguran que esos secretos no fueron sepultados con Licio Gelli, y que están a buen recaudo, listos para estallar en la cara de los investigadores en cuanto alguien asome la nariz. El gran titiritero fue, en ese sentido, un tipo de cuidado. Defendió sus intereses fascistas en Italia y en la España de Franco, junto a cuyas tropas combatió a su manera (esto es: sin arriesgar el pellejo). Luego de la guerra, con su país en ruinas por culpa de su amigo Benito Mussolini, se las ingenió para ocupar prominentes cargos, siempre apalancado por poderosas billeteras, algunas de ellas sustraídas al voleo.

Creó un imperio de secretismo y conspiración, el que se destapó recién en los años 90, cuando el senado italiano culminó una detallada investigación sobre un grupo clandestino cuyo nombre de fantasía era “Red Gladio”, que tenía a Gelli como su más importante directivo. Esa red se dedicaba a las finanzas poco rectas, pero también a actuar como brazo armado (e ilegal, por supuesto), de organizaciones tales como la OTAN y la CIA. Son bien conocidas las relaciones de Gelli con el príncipe Valerio Borghese, terrorista contumaz y prófugo hasta su muerte, autor de un rocambolesco intento del golpe de Estado en Italia en 1970, y con Jesús Angleton, quien fuera el jefe supremo de contrainteligencia de la CIA en aquellos años.

La Red Gladio y el propio Gelli fueron acusados y juzgados por múltiples asesinatos, los que casi siempre tuvieron la particularidad de ser enmascarados en lo que se conoce, en el argot de los espías, como “atentados de falsa bandera”: básicamente se proclama como autores del crimen a quienes nada tuvieron que ver con ello. Entre esos asesinatos muchos ubican al del coronel del ejército uruguayo Ramón Trabal, ejecutado en París a fines de 1974 por un fantasmal “Comando Raúl Sendic” del que nunca se tuvo ninguna noticia, ni antes ni después del crimen.

En Uruguay Gelli estuvo escondido de las justicias italiana y suiza durante por lo menos dos años. En 1980, cuando aún todo era misterio y su logia masónica “Propaganda 2” seguía creciendo en las sombras, el inspector uruguayo Víctor Castiglioni dio un golpe de suerte y encontró, durante un allanamiento en una casa de Carrasco, un impresionante archivo con datos referidos a esa logia, cuyo máximo jefe era Licio Gelli.

Según la prensa de la época, ese archivo fue, años después, motivo de tratativas incluso entre el flamante Gobierno de Julio María Sanguinetti y el de su par italiano Bettino Craxi, allá por 1985. Pero esos papeles no eran todos los papeles. Siempre se dijo que había más. Mucho más. Ahora, la tardía muerte de Licio Gelli en Italia quizá permita por fin acceder a cierta papelería que permanece guardada bajo siete llaves en Montevideo. En ella, según cuenta la leyenda, hay nombres y fechas y cifras, hay descripción de negocios y maniobras fraudulentas, una especie de ajuste de cuentas post mortem pergeñado por alguien que terminará hundido en el olvido, aunque tal vez antes de ello nos depare a los uruguayos una última sorpresa.

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El diario del lunes es el blog de Fernando Butazzoni en EnPerspectiva.net. Como no podía ser de otra manera, actualiza todos los lunes.

Foto: Licio Gelli en su residencia Villa Wanda en Arezzo, Italia (Archivo). Crédito: Leemage/AFP Photo.

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