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El diario del lunes
La estafa de Venezuela

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Por Fernando Butazzoni ///

La situación en Venezuela ha merecido de manera reiterada la preocupación de los uruguayos. Muchos, que en su momento vimos esperanzados cómo Hugo Chávez se despegaba de viejos moldes ideológicos para proponer, mediante el voto, alternativas novedosas y viables en América Latina, comprobamos hace ya mucho tiempo la vía muerta que suponía el llamado socialismo del siglo XXI, manchado por la corrupción y el desatino.

Algunos hemos sufrido en carne propia los exabruptos y disparates que se generan de continuo en la siempre inerte y acrítica dirigencia bolivariana. Otros, poco a poco, se han ido informando de lo que allá sucede. Muchas son las versiones de primera mano que resultan por demás agobiantes: violencia, autoritarismo, corrupción, desabastecimiento, inflación, descontrol, maniobras represivas, declaraciones disparatadas y gestos soberbios de un gobierno que ha perdido todo rumbo, pero que se empeña en conservar el poder a cualquier precio.

Los propios chavistas revelan los entretelones del proceso que vive aquel país, y son destacados miembros del Partido Socialista Unido de Venezuela los que denuncian a diario la situación. Unos hablan de “perversos privilegios para proteger intereses personales y grupales”, otros de “tragedia del proyecto chavista” y otros van más lejos y señalan con el dedo al presidente Maduro, quien “convirtió a Chávez en una imagen vacía y falsificó su legado”, dicen. Las citas pertenecen a ensayistas y periodistas que han publicado sus trabajos en Aporrea, un medio de gran predicamento que se define como un sitio “de divulgación de noticias y opinión socio-política y cultural, identificado con el proceso de transformación revolucionaria y democrática de Venezuela”.

El viernes pasado se realizó en Caracas una movilización “contra la corrupción y el desfalco a la Nación” y para exigir auditorías en el Banco Central de Venezuela y en todos los ministerios. ¿Quiénes la organizaron? No fue la oposición, ni la CIA, ni el presidente colombiano Juan Manuel Santos, ni Rajoy, ni Almagro. La marcha y las denuncias fueron impulsadas por sectores que hasta hace poco eran parte integrante del gobierno bolivariano.

En una foto de la convocatoria se ve a un joven militante del grupo Marea Socialista con un cartel: “¿Dónde están los 260 mil millones de dólares?” El pie de foto agrega “que se robaron”. Hasta los famosos Círculos Bolivarianos anunciaron su adhesión a la convocatoria “contra la corrupción y el desfalco al patrimonio público”.

En Uruguay, la oposición propuso la semana pasada en el Parlamento un debate a raíz de la durísima pena impuesta a Leopoldo López, un político venezolano preso en una cárcel militar desde hace más de un año. La oposición propuso pero el Frente Amplio no aceptó el debate. Es una lástima, porque de allí podría haber salido un poco de dignidad para compartir.

Leopoldo López fue condenado a una pena de “13 años, 9 meses, 7 días y 12 horas de prisión”. Uno de los delitos que le imputaron, el más grave, fue “asociación para delinquir”. Muchos y muy queridos compañeros murieron en la tortura, aquí en Uruguay, antes y durante la dictadura, cuando estaban detenidos y acusados de cometer ese mismo delito. El detallismo judicial para fijar la duración de la pena en el caso de López es siniestro, y tiene un toque de escarnio que resulta vergonzoso. Y es vergüenza lo que deberíamos sentir los latinoamericanos, en especial los que soñamos desde la izquierda con sociedades más justas y más libres.

Creo que no hemos hecho todo lo posible para impedir que un grupo de sátrapas nos arrebataran las banderas, ni para evitar que algunos sueños se convirtieran en pesadillas. No lo hicimos en el pasado ni lo hacemos en el presente. Una autocrítica no vendría mal, pues lo cierto es que hoy la sociedad venezolana no es ni más justa ni más libre ni más próspera que hace quince años. Es una sociedad empobrecida y atravesada por la corrupción, la postración económica, el robo de los fondos públicos, la escasez y la violencia. Es menos justa, menos próspera y menos libre.

Por cierto que esos problemas deberán ser resueltos por los venezolanos. Pero nada nos impide que como latinoamericanos, o como simples ciudadanos del siglo XXI, levantemos nuestra voz para denunciar esa gigantesca estafa ideológica, política y económica que es el llamado “proceso bolivariano”.

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El diario del lunes es el blog de Fernando Butazzoni en EnPerspectiva.net. Como no podía ser de otra manera, actualiza todos los lunes.

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