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China confirma desaceleración económica: ¿Qué perspectivas tiene en 2019?

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En el discurso inaugural de la Asamblea Nacional Popular, el parlamento chino, se adelantó que la meta de crecimiento será menor, y se ubicaría dentro del rango más bajo en tres décadas

EMILIANO COTELO (EC) – Esta semana el primer ministro chino, Li Keqiang, comunicó una rebaja en la meta de crecimiento para la economía china este año a un rango de entre 6% y 6,5%. Este anuncio no sólo se da un contexto de menor crecimiento económico mundial, sino también en medio de las negociaciones con el gobierno de Trump para poner un fin a la “guerra comercial”.

A partir de esta noticia y con lo importante que es China en la matriz de exportaciones uruguayas, nos pareció oportuno dedicar nuestro espacio de análisis económico de hoy a repasar qué dicen las cifras más recientes de actividad económica en ese país y qué perspectivas se están manejando para los próximos meses. Para eso, estamos en diálogo con la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.

ROMINA ANDRIOLI (RA) – Tamara, si te parece comencemos por repasar estos anuncios del martes a los que hacía referencia Emiliano recién…

TAMARA SCHANDY (TS) – Bien. Estamos hablando del discurso inaugural de la reunión anual del parlamento chino (la “Asamblea Nacional Popular”). En esa oportunidad, el primer ministro fue intercalando una serie de anuncios y, como mencionaba Emiliano recién, dentro de ellos se destacó la explicitación de una meta de crecimiento económico para este año de entre 6% y 6,5%.

Los comentarios de los analistas en la prensa internacional se centraron en dos puntos. Por un lado, en que esta vez el gobierno chino fijó un intervalo como objetivo en lugar de una tasa puntual. Se entiende que esto busca otorgar una mayor flexibilidad a las autoridades en materia de política económica. Por otro lado (y esto es lo que más repercutió en prensa) se señaló que, si el crecimiento efectivo del PBI chino termina ubicándose dentro de este rango, estaríamos con las tasas de expansión en China más lentas de las últimas tres décadas (desde los 90s). Igual ése es el titular, porque en realidad la economía se ha venido desacelerando en forma paulatina… y ese rango de 6% a 6,5% es perfectamente consistente con lo que vienen pautando las últimas cifras. No podríamos decir que hubo sorpresas.

RA – Justamente por eso quería preguntarte. ¿Qué están mostrando los últimos datos de actividad económica en China?

TS – Las cifras de PBI que se publicaron en febrero mostraron que en el último trimestre de 2018 el crecimiento fue de 6,4% interanual y que así la economía china terminó creciendo un 6,6% en el promedio del año. Esto ya marcó la menor tasa de expansión desde 1989-1990, pero no fue abrupto… se fue dando en forma progresiva en los últimos años. Y lo que se plantea ahora para 2019 sería un nuevo paso en esa misma dirección.

RA – Está claro, Tamara. ¿Cuáles están siendo los principales factores detrás de esta desaceleración? ¿Por qué es que China dejó de crecer al 10% como lo hacía hasta hace algunos años?

TS – Si miramos el corto plazo, en 2018 tenemos el impacto puntual del conflicto comercial con Estados Unidos. También la inversión se vio resentida el año pasado.

Pero bajo una mirada más estructural, buena parte de la explicación está en el hecho de que China viene transitando un cambio en su patrón de crecimiento… Primero fue un cambio desde un crecimiento exportador a uno más basado en la demanda interna, y ahora estamos viendo una migración desde una economía muy dependiente de la inversión hacia una economía más basada en el consumo… y ese tránsito implica también un crecimiento menos acelerado.

RA – Sé que otras veces hemos hablado de esto en el programa, pero me parece interesante detenernos en esta migración… ¿Por qué se busca un patrón de crecimiento más basado en el consumo? En estas latitudes solemos tener siempre la discusión exactamente inversa, de cómo estimular más la inversión.

TS – Sí, es un tema de sostenibilidad esencialmente. El boom económico de China desde los ’80 estuvo apoyado en un modelo fuertemente exportador, con las exportaciones subiendo hasta representar casi el 40% del PIB a mediados de los años 2000s. Sin embargo, luego de la crisis internacional de 2008 y ante la debilidad de la demanda de los países desarrollados (que estaban en recesión), quedó claro que ese modelo no tendría continuidad. En ese momento la inversión local (que también venía mostrando un crecimiento muy intenso) tuvo un salto adicional y hubo un shock de inversiones en construcción y en infraestructura… aunque en muchos casos con dudosa capacidad de repago y financiadas generalmente con deuda.

Así, con tasas de inversión cercanas a 50% del PIB, fueron surgiendo temores de sobre-inversión e incluso acerca de posibles burbujas… Particularmente, se empezó a ver con mucha preocupación que el crédito al sector no financiero subiera hasta niveles muy superiores a los que se observan en el resto de las principales economías mundiales… Hoy por hoy el ratio de crédito sobre PIB ronda el 300%. Por eso, es que vuelven a surgir temores sobre la sostenibilidad del crecimiento de esta economía, esencialmente por el riesgo de que pueda desencadenarse una potencial crisis financiera. Es en este marco que las autoridades en China buscan migrar hacia un crecimiento más apoyado en el consumo que en más inversión.

Estas preocupaciones no han desaparecido, pero en general hoy las expectativas apuntan a que China va a ir logrando hacer esta transición de manera más o menos suave… y que la desaceleración va a notarse pero no va a haber sobresaltos.

RA – ¿Las proyecciones de PIB de los organismos internacionales están en línea con ese rango de 6% a 6,5% que anunció ahora el gobierno?

TS – Sí, en general apuntan a tasas de crecimiento del PBI de entre 6,2% y 6,3% para este año… Eso implicaría que la economía China efectivamente iría estabilizando su ritmo de crecimiento en tasas algo más bajas que las de los últimos años.

En general no ha habido en forma reciente grandes revisiones de los pronósticos para China, pero igual los analistas internacionales siguen enfatizando que hay riesgos de un posible freno más fuerte. Y en general hay cierta preocupación del giro expansivo que está teniendo la política económica. En ese plano también hubo anuncios el martes, porque se aumentó en dos décimas del PIB el déficit fiscal para este año, hasta un 2,8% del PBI. Se anunció un aumento en los gastos de infraestructura, rebajas de impuestos y reducción de algunos aportes a la seguridad social.

Y, por otro lado, aunque no hubo anuncios concretos en este discurso del martes, los analistas en general contemplan cierta flexibilización monetaria a lo largo del año (por ejemplo, a través de nuevos recortes en los requerimientos de capital de los bancos o inyecciones de liquidez en otras instituciones financieras, tal como se hizo en 2018).

Esta tónica más bien expansiva en la política económica es un elemento de cierta preocupación, porque puede exacerbar algunos de los desequilibrios y riesgos a los que antes me refería.

RA – Para ir cerrando, Tamara, ¿qué novedades ha habido en torno a la “guerra comercial”?

TS – La verdad es que hay pocas cosas concretas. En general en los mercados se ve un clima de relativo optimismo, sobre todo luego de que Trump anunciara que suspendería en forma indefinida la entrada en vigencia de nuevos aranceles sobre productos chinos, precisamente por el “avance” en las negociaciones comerciales entre ambos países.

De hecho, trascendió que China se comprometería a aumentar sus compras de algunos bienes desde Estados Unidos (entre ellos productos agrícolas), a reducir las restricciones a empresas norteamericanas del sector financiero y automotriz y a subir la protección sobre la propiedad intelectual. A cambio, Estados Unidos estaría dispuesto a desmantelar los aranceles impuestos durante el año pasado. Se habla incluso de una posible reunión entre los líderes de ambos países para fines de marzo…

La bolsa china viene acumulando una valorización de más de 20% en lo que va de este año, luego de una caída también enorme el año pasado. Naturalmente esto es un algo positivo, pero todavía no hay nada definitivo en relación a cómo va a terminar este conflicto.

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Foto: Ministro de Finanzas chino Liu Kun. Crédito: Greg Baker / AFP

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