A. Económico

¿Cómo ve el FMI el panorama de crecimiento para la economía mundial?

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Como todos los eneros, el Fondo Monetario Internacional acaba de publicar una nueva edición de su informe “Panorama Económico Mundial”. Es un informe que contiene la visión del FMI sobre la economía mundial y en el que se divulgan proyecciones de crecimiento económico a nivel global.

Romina Andrioli (RA): En esta ocasión, el FMI volvió reafirmar para el año que comienza un panorama de crecimiento del PIB mundial algo mayor que el que vimos en los últimos años, pero también marcó que hay un nivel de incertidumbre particularmente alto. En el espacio de análisis económico de hoy les proponemos repasar las principales conclusiones de ese informe en diálogo con la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.

Tamara, comencemos por los grandes números. ¿Cuánto creció la economía mundial en 2016 y qué proyecciones maneja el FMI para este año y el próximo?

Tamara Schandy (TS): Según las estimaciones del FMI, el PIB mundial creció 3,1%, que es una tasa apenas más baja que la que había mostrado en 2015… En realidad, marcó el menor ritmo de crecimiento desde la crisis de 2008-2009…

Ese menor crecimiento estuvo dado esencialmente por una performance bastante pobre de las economías desarrolladas, creciendo 1,6% en términos agregados frente a un 2,1% el año anterior y un promedio de 1,9% en los cinco años previos. En los emergentes el panorama fue bastante dispar, pero en forma agregada el desempeño fue muy similar al de 2015 (con una tasa promedio de expansión de 4,1%).

Como tú adelantabas, para 2017 y 2018 el Fondo tiene proyecciones de crecimiento algo más acelerado. En su escenario base, el PIB mundial pasaría de crecer 3,1% en 2016 a hacerlo a tasas de 3,4% en 2017 y 3,6% en 2018.

RA  –  Tamara, ¿cuáles son los principales destaques cuando se miran esas proyecciones de crecimiento por región?

TS  –  Hubo una revisión al alza de la proyección de crecimiento para los países desarrollados. En particular, la perspectiva para Estados Unidos se mejoró a raíz de la expectativa de una política fiscal más expansiva en la administración de Trump, que como hemos comentado en otras oportunidades daría un impulso adicional a esa economía, al menos en el corto plazo. Concretamente, las proyecciones de PIB para Estados Unidos indican que luego de un crecimiento de 1,6% en 2016, veríamos tasas de 2,3% en 2017 y de 2,5% en 2018. Tomando ambas proyecciones conjuntamente, se trata de un pronóstico de PIB aproximadamente medio punto porcentual mejor del que el FMI manejaba para esa economía en su último informe, que se publicó en octubre.

Las perspectivas para este año también se revisaron al alza en otras economías desarrolladas, como por ejemplo Alemania, Japón o el Reino Unido. En esos casos, la explicación de la revisión está mayormente dada por el hecho de que estos países ya mostraron en los últimos meses del 2016 un mejor desempeño del que el FMI anticipaba.

En el caso de las economías emergentes, en general se prevé para este año y el que viene una mayor contribución al PIB mundial… pero igual la proyección es ligeramente peor que la que se manejaba hasta el reporte de octubre y cuando uno mira las cifras país a país hay situaciones muy dispares.

RA  –  Tamara, ¿quiénes empujarían un mejor desempeño emergente en 2017? Te lo pregunto porque para China siempre suele enfatizarse que viene en un proceso de desaceleración y por otro lado nuestra región, América Latina, tampoco está teniendo un muy buen desempeño…

TS  –  Es cierto. Empecemos por China. Los pronósticos en ese caso fueron mejorados respecto al último informe y de forma bastante significativa: la proyección 2017 pasó de 6,2% a 6,5% debido a anuncios de políticas algo más expansivas. Pero eso no quita que la perspectiva sigue siendo de desaceleración. Recordemos que no hace tanto tiempo veíamos cifras en torno de 10% anual y que en los últimos años ese ritmo viene bajando de forma sistemática: fue aproximadamente 8% en 2012 y 2013, bajó a 7,3% en 2014, luego a 6,9% en 2015, 6,7% el año pasado y –como decía recién- volvería a aflojarse para crecer 6,5% el año que viene y 6% en 2018.

Pero en otros países sucede lo contrario… En algunos casos la revisión de pronósticos es a la baja respecto al último informe, pero igual se sigue esperando un mejor desempeño. Por ejemplo, India pasaría de crecer 6,6% el año pasado a crecer más de 7% tanto este año como el próximo. Rusia, luego de dos años de recesión, crecería 1,1% y 1,2% según el FMI. También se proyecta un mejor panorama para África, con mejores desempeños en las grandes economías como Nigeria o Sudáfrica…

RA  –  ¿Y América Latina?

TS  –  Allí iba. Para nuestra región el pronóstico del FMI se revisó a la baja respecto a lo que se manejaba en el informe de octubre (de 1,6% a 1,2% para 2016), pero sigue siendo un mejor panorama de lo que fue el 2015 o el 2016.

Esto está alineado con lo que está pasando con las proyecciones de analistas locales en las grandes economías de la región. Pensemos en Brasil, por ejemplo… Las proyecciones se vienen revisando a la baja porque la economía viene “decepcionando” en los últimos meses, pero lo cierto es que todavía hay una expectativa de que durante 2017 la economía se reactive y Brasil deje de mostrar caídas de PIB.

En Argentina también se viene demorando la ansiada recuperación, pero las proyecciones de los economistas argentinos en general apuntan a un mejor 2017.

En México, en cambio, la lógica es un poco distinta, porque se espera un peor 2017 y 2018 luego de las elecciones en Estados Unidos y la actitud “hostil” de Trump en las relaciones bilaterales con ese país. Allí el FMI revisó a la baja las proyecciones en más de medio punto porcentual para cada año, y actualmente espera que la economía crezca menos que en años anteriores.

RA  –  ¿Hay proyecciones para Uruguay en este informe?

TS  –  En realidad este informe es una actualización del informe completo que se divulgó por última vez en octubre. En esta actualización no se publican proyecciones para todos los países, sino que se revisan las de las distintas zonas y los principales países… Por lo tanto, no se explicita un número para Uruguay… La última referencia es la de informe de octubre y allí el FMI proyectaba tasas de 1,2% y 3,2% en 2017 y 2018 respectivamente.

RA  –  Para terminar, Tamara, el prólogo de este informe del FMI destaca que la incertidumbre en los pronósticos es particularmente alta y marca algunos sesgos en las proyecciones. ¿Podemos repasar brevemente cuáles son los principales elementos de riesgo que está señalando el FMI?

TS  –  Sí, claro. El FMI enfatizó, al igual que hacen muchos bancos de inversión y analistas a nivel internacional, que hay mucha incertidumbre asociada al cambio de gobierno en Estados Unidos. Recién me refería a que el FMI revisó al alza la proyección de PIB de ese país, pero en realidad todavía no hay anuncios concretos para cuantificar el impulso fiscal… y por otro lado hay riesgos de mediano plazo, que se relacionan con una postura más proteccionista y con incertidumbres que se han generado sobre todo a partir de las declaraciones de Trump en áreas de política exterior… Hablábamos de eso justamente en este espacio la semana pasada.

Entonces esencialmente el FMI está advirtiendo dos cosas. Por un lado, que el crecimiento de corto plazo puede terminar siendo mayor al que puso en su pronóstico para 2017 porque el estímulo fiscal de Trump puede ser más grande que el supuesto. También marca la posibilidad de que la política económica se torne más expansiva en China.  Pero por otro lado advierte que el sesgo de mediano plazo es para un menor crecimiento mundial. Por lo que decía recién, ese sesgo se deriva de lo que pueda pasar en Estados Unidos tras el impulso fiscal inicial (sobre todo si hay una reacción monetaria más restrictiva o si además Estados Unidos tiene un giro mucho más proteccionista)… Pero en este sentido el reporte del FMI tampoco deja de mencionar otros riesgos que han estado latentes en los últimos años y que a su juicio siguen siendo relevantes, como la posibilidad de un freno más abrupto de la economía China o un contexto financiero más restrictivo, que impacte de manera particularmente adversa en una Zona Euro que todavía sigue presentando debilidades o en algunas economías emergentes que tampoco tienen fundamentos demasiado sólidos.

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