A. Económico

Negociación salarial: Evolución y perspectivas

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La sexta ronda de negociación salarial se ha ido desarrollando con varios retrasos. De acuerdo a un informe presentado esta semana por el Instituto de Relaciones Laborales de la Universidad Católica, hasta el 15 de diciembre se habían cerrado oficialmente unos 140 convenios y restaban por cerrase poco más de 60 (incluyendo allí los que vencen el próximo 31 de diciembre, que aún no comenzaron a negociarse).

Emiliano Cotelo (EC): En este marco y llegando ya a fin de año, parece un buen momento para analizar los avances de esta sexta ronda de negociación salarial hasta el momento y conversar acerca de la evolución que han tenido los salarios este año y de las perspectivas que se manejan para 2017. Lo charlamos con la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte.

Florencia, para empezar, quizás valga la pena repasar las principales cifras… ¿Cómo ha sido la evolución de los salarios en 2016?

Florenacia Carriquiry (FC): Tenemos cifras hasta octubre, que marcan que en el acumulado de los primeros diez meses del año el salario medio privado aumentó 11,2% en la comparación con el mismo período de 2015, lo que deja un incremento del salario real de poco más de 1%.

Si comparamos con años anteriores, esto supone una moderación adicional a la ya vista en 2015, cuando el salario real aumentó 1,9% en el promedio del año. De todos modos, no podemos perder de vista que en años de negociación salarial las estadísticas se ven distorsionadas por los atrasos que se van dando en las negociaciones.

Romina Andrioli – ¿Cómo es eso, Florencia?

FC – El tema es que en la medida que van venciendo convenios y hasta tanto no se cierra un nuevo acuerdo, en la estadística de salarios de ese sector no se computa ningún aumento y eso se refleja en una moderación (transitoria y podríamos decir “artificial”) de la dinámica salarial. Esta sexta ronda comenzó en el segundo semestre de 2015 y cuando uno mira la evolución del Índice Medio de Salarios en los últimos dos años se ve claramente este efecto del retraso en las negociaciones. Por ejemplo, en el segundo semestre de este año vencieron unos 90 convenios y de ese total hasta el 15 de diciembre se habían cerrado sólo 43. Eso explica que el Índice Medio de Salarios privados, que venía subiendo a un ritmo interanual cercano a 12% hasta junio, esté mostrando en los últimos meses incrementos menores a 10% anual. Cuando se vayan cerrando los convenios aún pendientes seguramente vamos a volver a ver un repunte en el ritmo de aumento de los salarios.

RA – Está claro el punto. Ahora, más allá de ese efecto estadístico que explicás, ¿Cómo se analizan los resultados vistos hasta el momento en esta sexta ronda de negociación? ¿Los acuerdos están dejando efectivamente ajustes menores que en rondas previas?

FC – Más allá de este efecto, sí parece ser cierto que los nuevos convenios plantearon cambios relevantes respecto al esquema de ajustes que se venía manejando en rondas previas, que van a ir derivando en cierta moderación salarial.

RA – ¿A qué cambios en concreto te estás refiriendo?

FC – Me refiero a que en general los convenios que se han ido cerrando están bastante ajustados a las pautas oficiales, con lo cual en la mayoría de los casos se acordaron aumentos nominales fijos y con ajustes semestrales. Eso supone un cambio relevante frente a rondas previas, cuando se acordaban ajustes que partían de inflación pasada y desde allí se negociaba un incremento real (dejando salarios 100% indexados a la inflación) y cuando además tendían a primar los ajustes anuales.

En donde hubo más resistencia por parte de los trabajadores fue en aceptar la postergación de los correctivos por inflación hasta el fin del segundo año de convenio y de hecho en esta última etapa de la ronda de negociación el Poder Ejecutivo flexibilizó las pautas, aceptando correctivos más tempranos. En los hechos, en la mayoría de los convenios el primer correctivo se estaría haciendo a los 12 o a los 18 meses, es decir, más tempranamente de lo que aspiraban las pautas oficiales originalmente

RA – Florencia, en relación a estas negociaciones en curso, esta semana el Instituto de Relaciones Laborales presentó algunos resultados obtenidos hasta el momento en esta sexta ronda de negociación… ¿Qué conclusiones pueden extraerse de esta información?

FC – Básicamente en ese informe se presentó un detalle de la forma en que se cerraron los acuerdos alcanzados hasta el 15 de diciembre. Según esa información, entre las tres etapas de la ronda se habían cerrado a esa fecha unos 140 convenios y, como mencionaba Emiliano al inicio, aún restaban algo más de 60 por cerrarse, incluyendo unos 20 que vencen recién al cierre de este año.

De los 140 que ya acordaron, el 64% se cerraron con acuerdos tripartitos, el 21% se acordaron de forma bipartita entre empresas y trabajadores, 11% se cerraron con votación conjunta del Poder Ejecutivo y los empresarios, sólo el 2% se acordó con voto del Poder Ejecutivo y los trabajadores y el 2% restante se hizo por decreto del Poder Ejecutivo.

RA – ¿Cómo se comparan estos resultados con rondas anteriores?

FC – Estos datos marcan algunos cambios relevantes frente a rondas previas… En particular, al comparar con la quinta ronda, bajó mucho el porcentaje de convenios cerrados por consenso de las tres partes. En la quinta ronda en más de 90% de los casos se había alcanzado consenso, frente a un 64% en lo que va de esta sexta ronda, como mencionaba recién. Y, además, los empresarios tendieron a votar con los trabajadores o con el Poder Ejecutivo, reduciéndose mucho los acuerdos entre el Ejecutivo y los trabajadores. Esto refleja un movimiento sindical que mantuvo una postura mucho más opositora al gobierno que en rondas previas, rechazando las pautas oficiales que se presentaron para esta última ronda.

RA – Entonces, la luz de los resultados obtenidos en esta sexta ronda de negociación salarial, ¿qué perspectivas están manejando en Deloitte en materia de salarios?

FC – A ver… Es claro que el hecho de pasar a aumentos nominales (en general además menores a lo que veníamos resultando de convenios anteriores) combinado con el pasaje a ajustes de frecuencia semestral supone una moderación del ritmo de aumento de los salarios respecto a lo que veníamos viendo con los convenios previos. Pensemos que incluso para una misma suba nominal a lo largo del año, el sólo hecho de pasar de un ajuste anual (que era la opción mayoritaria en la quinta ronda) a uno semestral (que lo divide en dos cuotas), deja un aumento promedio del año significativamente más bajo. Sin embargo, probablemente el efecto de moderación de la dinámica nominal de los salarios se va a reflejar en las estadísticas con algún rezago…

RA – ¿Por qué decís eso?

FC – Por dos motivos… Por un lado, porque junto con los primeros ajustes derivados del convenio nuevo se debe aplicar el correctivo final de inflación acordado en el convenio que vence, que en la mayoría de los sectores supone un ajuste de entre 3% y 4% sólo por ese concepto. Y, por otro lado, porque el hecho de que las negociaciones se retrasen hace que en muchos sectores los ajustes estén entrando en las estadísticas recién sobre el cierre del año. Eso hace que el efecto del aumento termine impactando en un mayor incremento promedio anual en 2017…

Y a estos efectos que tienden a generar mayores subas del salario nominal para el año que viene, se agrega una baja de la inflación que está siendo mayor también a lo que se anticipaba algunos meses atrás y que va a contribuir a una suba del salario real mayor a la esperada. La trayectoria de precios que hoy por hoy estamos proyectando para 2017 supone una inflación de cierre de año similar a la de este año (en torno a 8%) pero implica una baja significativa de la inflación promedio anual… que pasaría de más de 9% este año a poco más de 7% el año que viene.

RA – Con esos elementos, en definitiva, ¿qué proyecciones tienen para el salario real en 2017?

FC – Nuestras últimas estimaciones apuntan a una suba del salario real privado de más de 2% en el promedio de 2017… Es un incremento sensiblemente mayor al que esperábamos algunos meses atrás y resulta nuevamente superior al crecimiento que prevemos para la actividad económica. Eso a nuestro juicio puede suponer mayores riesgos para el mercado de trabajo el año que viene.

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