A. Económico

Persisten los problemas en el sector lácteo

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El sector lácteo uruguayo está enfrentando varios problemas últimamente. Por un lado, algunas empresas presentan dificultades financieras serias, que derivaron, por ejemplo, en el concurso de acreedores de Pili algunos meses atrás. A eso se suma en Conaprole una conflictividad sindical alta, que ha alentado incluso que una parte de los productores remitentes comenzaran a manejar la posibilidad de vender la cooperativa.

EMILIANO COTELO (EC):
En este contexto, el martes varias gremiales de productores lecheros fueron recibidas por el Presidente de la República, Tabaré Vázquez, a quien manifestaron su preocupación por una situación que ellos entienden es “muy comprometida”.

Frente a este panorama, nos pareció oportuno dedicar nuestro análisis económico de hoy nuevamente al sector lácteo… Y para eso, estamos en línea con la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte.

WILMAR AMARAL (WA): Florencia, como decía Emiliano antes, algunas empresas del sector muestran una situación financiera realmente complicada. Pili, el caso más claro, se terminó presentando a concurso de acreedores, pero no es la única empresa con problemas. ¿Cómo se llega a esta situación?

FC – A ver… cada caso tiene sus particularidades, pero cómo mencionaba Pablo algunas semanas atrás, el sector recibió dos shocks fuertes en los últimos años… Por un lado, en 2014 se produjo una caída fuerte de los precios de las materias primas en el mundo y los productos lácteos en particular sufrieron ajustes muy marcados… con caídas en torno al 50% en los principales productos. Y a eso se agregó la crisis en Venezuela que fue un golpe muy duro para este sector, porque además de las ventas que quedaron impagas, se perdió un mercado que estaba pagando precios muy altos… significativamente superiores a los de mercado…

Con lo cual, con el cierre del mercado venezolano, las empresas (sobre todo las empresas queseras chicas, que habían concentrado sus ventas allí, atraídas por esos valores altos) debieron reorientar sus exportaciones a mercados de menores precios, en un momento en el que justamente los precios del mercado se estaban ajustando a la baja.

WA – Y ese cambio en el contexto externo y comercial tuvo impactos en toda la cadena ¿No?… Me refiero a que allí también nacieron los problemas a nivel de los tambos, ¿es así?

FC – Sí. En ese contexto de ajuste fuerte de los precios de venta, los precios pagados al productor por la leche cruda cayeron de más de 45 centavos de dólar por litro a menos de 25 centavos de dólar por litro y la producción de leche cayó de forma importante… desde algo más de 2.000 millones de litros anuales en 2014 a menos de 1.800 millones de litros en 2016…

Allí se generaron buena parte de los problemas financieros en el sector… porque tanto productores como industrias habían dimensionado su negocio para una situación muy diferente… en algunos casos se realizaron inversiones muy fuertes y se acumularon deudas, que terminaron resultando excesivamente pesadas para la nueva realidad.

Desde el año pasado venimos viendo una paulatina recuperación de la producción y los precios también mejoraron desde los registros mínimos de 2015-2016, pero no volvieron a los niveles vistos hasta 2014.

WA – Justamente eso iba a preguntarte. ¿Cómo está siendo el desempeño más reciente del sector? ¿Qué está pasando con la producción y los precios en los últimos meses?

FC – Los precios internacionales de los productos lácteos mostraron una recuperación importante en 2017 y se mantuvieron firmes al inicio de 2018, pero en los últimos meses, desde mediados de año, estamos viendo ajustes bajistas en las referencias de Oceanía. De todas maneras, se mantienen valores bastante superiores a los mínimos alcanzados en 2015-2016 y los futuros más recientes apuntan a una relativa estabilidad… Por ejemplo, la leche en polvo entera cotiza actualmente en torno de los US$ 2.700 por tonelada, lo que supone una baja significativa respecto de los más de US$ 3.200 la tonelada de la primera parte del año pero que igualmente se mantiene muy por encima de los valores de US$ 2.000 la tonelada que llegaron a verse entre 2015 y 2016. Y algo similar ocurre en los quesos, los valores han bajado en los últimos meses, pero seguimos con precios más de 20% superiores a los de 2015-2016.

En ese marco, los precios de la leche al productor también se han ajustado a la baja en los últimos meses, pero procesaron una mejora significativa respecto a los mínimos alcanzados dos años atrás y la remisión de leche está recuperándose. Después de tocar un piso de menos de 1.800 millones de litros en 2016, la remisión de leche a industrias está en los últimos doce meses a julio en unos 1.950 millones de litros… Aún no alcanza los picos de más de 2.000 millones de litros que llegaron a verse en 2013 y 2014, pero viene en una senda de recuperación sostenida desde finales de 2016.

WA – En ese contexto, entonces, ¿cómo es la situación económica del negocio lechero? Emiliano adelantaba que el martes el Presidente Vázquez se reunión con un grupo de gremiales de productores lecheros que pintaron un panorama complicado… ¿Qué dicen las cifras?

FC – Sin dudas la ecuación de los productores se vio fuertemente resentida por la caída de los precios que se procesó en 2014… porque como marcaba antes el precio de la leche al productor bajó significativamente en dólares y los costos locales medidos en dólares (salarios, precios del consumo y otros insumos) no bajaron o lo hicieron en mucha menor magnitud. Entonces, esa evolución de los precios relativos, junto con la contracción de la remisión afectó de modo importante la situación económico-financiera de los establecimientos lecheros, que en el ejercicio 2015-2016 tuvieron números realmente muy malos…en la mayoría de los casos se habrían registrado pérdidas.

De todas maneras, desde esos niveles, los resultados económicos de la producción lechera están mejorando… La suba de los precios y la mayor producción que comentaba antes se están reflejando en una mejora de los márgenes, incluso cuando los costos se mantienen firmes… Seguramente hay situaciones muy variadas, pero en promedio, el EBITDA de un establecimiento lechero tipo habría cerrado el último ejercicio cerca de los US$ 300 por hectárea… Eso supone una mejora fuerte frente a los niveles de 2015-2016… aunque aún está por debajo de los niveles vistos entre 2011 y 2014…

WA – US$ 300 por hectárea no parece un mal resultado…

FC – No. A nivel promedio implica, como decía, una mejora relevante de los márgenes operativos. El problema, Wilmar, es que no podemos perder de vista que ese número está construido en base a niveles de productividad promedio, una estructura de costos tipo, para un productor representativo y los precios promedio de la leche que publica INALE (que terminan reflejando esencialmente lo que paga Conaprole)… las cifras pueden ser bastante peores en productores de menor escala y peores niveles de eficiencia o aquellos que remitían a industrias con dificultades, que sufrieron problemas de incobrabilidad o incluso de recibo de su leche por momentos.

Y, por otro lado, ese margen de EBITDA estimado es previo al pago de la renta de la tierra (que según datos del Ministerio está en torno a los US$ 180 por hectárea al año en la lechería) y es previo también a costos financieros… que en productores con mayores niveles de endeudamiento son pesados… De allí que en términos del resultado final seguramente hay todavía situaciones complejas al interior del sector.

WA – Está claro. ¿Y cómo es la situación a nivel de la industria? Mencionabas que estamos viendo una recuperación de la remisión y de los precios… eso debería estar suponiendo un escenario más favorable para las empresas de la fase industrial también ¿no es así?

FC – Es cierto. Esa recuperación de la remisión y de los precios está contribuyendo a una paulatina mejora de los ingresos del sector. Y la suba del dólar que empezamos a ver este año también debería ayudar a una moderación de los costos internos medidos en dólares. Será clave para poder capturar esta mejora de las condiciones, que la conflictividad sindical ceda prontamente.

Pero, más allá de eso y tal como marcaba para la fase primaria del complejo, dentro de la industria láctea hay mucha heterogeneidad y el panorama sigue siendo muy complejo para algunas empresas que conjugan una menor eficiencia relativa, una peor inserción comercial y alto endeudamiento.

Nuestra sensación, es que, si bien los resultados económicos en el sector lácteo están tendiendo a mejorar, al mismo tiempo estamos asistiendo a un ajuste estructural en el sector y probablemente este proceso va a terminar con menos empresas y menos productores también.

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