A. Económico

La sorpresa electoral en Argentina y sus posibles repercusiones en Uruguay

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La situación que está viviendo Argentina es para Uruguay un shock externo muy adverso.

EMILIANO COTELO (EC): Como ustedes saben, las elecciones primarias en Argentina tuvieron un resultado totalmente inesperado. La fórmula Fernández-Fernandez del Kirchnerismo obtuvo el 47,7 % de los votos, frente a un 32 % de la fórmula Macri-Pichetto. Con ese resultado, parece un hecho que Alberto Fernández ganará las próximas elecciones en octubre y que será el próximo presidente de Argentina.

Ante esa sorpresa, los mercados financieros reaccionaron de un modo extremadamente adverso: el dólar saltó más de 20 % el lunes y continuó subiendo en los días posteriores (situándose en torno a AR$ 60) y el riesgo país superó los 1.900 puntos básicos.

Con este escenario, surgen varias preguntas: ¿Cómo se produce un resultado tan adverso para el gobierno y tan inesperado? ¿Qué tanto se puede responsabilizar a la administración de Macri por el desempeño de la economía, que a todas luces ha tenido consecuencias electorales importantes? ¿Cómo debemos analizar el contexto argentino desde nuestra perspectiva? Con esas preguntas sobre la mesa, el diálogo será con el economista Pablo Rosselli, socio de la consultora Deloitte.

ROMINA ANDRIOLI (RA): Pablo, ¿cómo analizan este resultado en Argentina? Se trata de un triunfo de la oposición por una diferencia completamente inesperada.¿Qué tan grave es la situación económica? ¿Qué tanto pesó la economía en la decisión de los votantes?

PABLO ROSSELLI (PR): Sin dudas el resultado fue totalmente inesperado. Las encuestas pautaban, con diferencias, escenarios competitivos. Seguramente, hay mucho análisis para realizar desde la perspectiva de los analistas políticos. El fallo de las encuestas fue muy muy grande.

¿Qué tanto pesó la situación económica? Probablemente mucho. No somos analistas políticos, pero es un hecho muy documentado que en las democracias occidentales la situación económica ejerce una influencia significativa en los resultados electorales, sobre todo cuando la economía está muy bien o, como es el caso actual de Argentina, cuando la economía está muy mal.

RA: ¿Qué tan mal está la economía argentina?

PR: La economía argentina lleva varios años de un desempeño muy malo. Como hemos comentado otras veces, desde 2011 para acá Argentina se encuentra en una situación de estancamiento con inflación alta.

Pero dentro de ese contexto de mediano plazo de estanflación, se han alternado situaciones de recesión con situaciones de recuperación económica y se han alternado momentos de más inflación con momentos de menos inflación.

Y la verdad es que el gobierno de Macri llegó a esta instancia electoral con un desempeño económico extraordinariamente malo.

RA: ¿Podemos ver algunas cifras, Pablo?

PR: Desde que el gobierno perdió control del tipo de cambio en abril de 2018, el dólar había acumulado una suba de más de 100 %, pasando de 20 pesos en marzo de 2018 a 45 pesos en julio. La inflación había subido de 25 % a más de 50 % anual, la actividad económica cayó 2,5 % el año pasado y los analistas aguardaban antes de las elecciones una contracción adicional de al menos 2 % para este año… Los salarios reales acumulan un descenso de 11 % en el último año. El desempleo pasó de 8,5 % en el primer año de gobierno de Macri a 10 % actualmente. Y con este contexto de recesión, pérdida de empleos y del salario real, la pobreza también subió sensiblemente.

Es cierto que no podemos saber con precisión cuánto subió la pobreza en lo que va del gobierno de Macri porque el gobierno anterior falseaba las estadísticas,pero está claro que la gente percibe un deterioro notorio y real de la situación económica y seguramente muchos votantes responsabilizan a Macri y su gobierno por esa situación.

RA – ¿Y cómo hay que analizar ese punto, Pablo? Te lo pregunto porque si uno mira las redes sociales en nuestro país, se advierte una división tajante. Por un lado, están los que responsabilizan a Macri de lo sucedido y por otro los que ponen el énfasis en la herencia recibida de los gobiernos krichneristas.

PR: Y esas discusiones se pueden poner muy apasionadas. Sin embargo, a nuestro juicio, los uruguayos haríamos mal en sucumbir a la tentación de los razonamientos simples porque nos perderíamos de la posibilidad de sacar algunas lecciones de lo que está pasando en Argentina.

A nuestro juicio, es innegable que el gobierno de Macri recibió una situación económica de extrema gravedad y muy insostenible. Cuando Macri asume a fines de 2014 la economía argentina llevaba varios años de estancamiento; no contaba con reservas internacionales y el dólar estaba siendo “aguantado” a toda costa y por lo tanto la inflación (que ya era alta – en 25 % anual) también estaba siendo reprimida. El gasto público se encontraba en un valor absurdamente elevado – de más de 40 % del PIB – y el déficit fiscal bien medido entre gobierno nacional y provincias alcanzaba el 6 % del PIB. La cuenta corriente también mostraba un déficit importante – de casi 3 % del PIB. En suma, el país estaba viviendo muy por encima de sus posibilidades y un ajuste recesivo parecía inevitable. Los precios de las tarifas públicas estaban en valores insosteniblemente bajos. En todo eso, no le cabe responsabilidad a la administración de Macri.

RA: Pero por lo que venís diciendo también hay responsabilidades del lado de Macri ¿es verdad?

PR: A nuestro juicio, definitivamente.Es cierto que desactivar los problemas que heredaba Macri era extremadamente difícil, desde el punto de vista económico, pero también desde el punto de vista político, con un Congreso en el cual no contaba con mayorías al inicio de su mandato.

Sin embargo, a nuestro juicio el gobierno de Macri cometió una serie de errores importantes. Pensó que tenía mucho tiempo para corregir las cuentas públicas, porque al inicio se le abrió cierto financiamiento externo. Y entonces estuvo poco enfocado en bajar el déficit y estuvo demasiado preocupado por bajar la inflación con tasas de interés demasiado altas que conducían a un atraso cambiario que no permitió generar un suficiente dinamismo exportador. De hecho, aplicó una política fiscal expansiva en el año de las elecciones de mitad de período, que agravó la situación fiscal y que agravó mucho el déficit en cuenta corriente (que llegó en 2017 a 6 % del PIB). Luego implementó un ajuste fiscal importante, pero tardío y probablemente lo hizo con poca atención a los efectos regresivos del ajuste.

La principal lección que deberíamos sacar los uruguayos es que, una vez más, cuando los gobiernos no ajustan los desequilibrios macroeconómicos en el frente fiscal, de competitividad y de cuenta corriente, al final los ajustes los hacen los mercados, con más virulencia.

RA: Ese comentario suena, si entiendo bien, a una suerte de advertencia para Uruguay ¿es así?

PR: Sin dudas,pero seamos cuidadosos. La situación económica en Argentina al momento de asumir Macri o en el momento actual, es notoriamente más compleja que los problemas que tenemos en Uruguay. En nuestro país tenemos un déficit fiscal muy importante; insostenible. Pero Uruguay tiene un perfil de endeudamiento sólido; tiene reservas internacionales y no tiene un déficit de cuenta corriente como el de Argentina.

La situación no es la misma pero como hemos marcado varias veces, el frente fiscal y de competitividad demandan ajustes que el próximo gobierno no debería demorar en llevar acabo.

RA: Pablo, ¿cómo va a repercutir la situación económica y política en Argentina sobre nuestro país?

PR:  Más allá de las simpatías que cada uno pueda o no tener sobre la contienda electoral en Argentina, lo que está sucediendo en el país vecino es para Uruguay un shock externo muy adverso. Ya vimos una devaluación muy grande del peso argentino post-elecciones. Obviamente que estamos en un contexto de mucha incertidumbre y el dólar podría seguir subiendo o bajar, pero difícilmente volvamos a los valores previos al domingo en términos reales.

Por otra parte, la reacción de las variables financieras en Argentina da cuenta de un contexto donde los agentes asignan mucho más incertidumbre al futuro argentino y eso vendrá de la mano, muy probablemente, de una nueva contracción de la inversión y de la actividad económica.

Entonces, una recesión más prolongada y un dólar más alto en Argentina, son dos efectos negativos para Uruguay. Razonablemente debemos esperar que la temporada turística próxima resulte peor que la que tuvimos en 2019, que en términos de gasto de turistas fue la más baja desde 2014. Probablemente veamos consecuencias negativas para la actividad comercial en nuestro país, sobre todo si aumentara el gasto de los uruguayos en Argentina, como ha ocurrido en otros episodios devaluatorios en el país vecino.

También podremos ver efectos adversos en el mercado inmobiliario de Punta del Este y seguramente veamos una mayor competencia de los productos argentinos en los mercados internacionales.

Por lo tanto, se trata sin dudas a nuestro juicio, de un shock negativo para Uruguay.

RA: Por último, ¿cómo quedan las perspectivas de tipo de cambio y de inflación para Uruguay?

PR: Estamos siguiendo con atención lo que sucede en Argentina. El dólar en Uruguay registró una suba el lunes de 1,6 %. Estamos pensando que, en este contexto, las presiones de depreciación de la moneda uruguaya van a ser más intensas. Concretamente, estamos revisando nuestra proyección de tipo de cambio a diciembre desde 36 a 37 pesos. A su vez, es posible que la inflación termine siendo un poco más alta este año, probablemente situándose en diciembre en torno de 8,5 %.

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