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Primarias en EEUU: Resultados en Iowa obligan a Hillary Clinton y Donald Trump a cambiar sus discursos de campaña

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La carrera para elegir al sucesor del presidente Barack Obama se inició el lunes con las primarias realizadas en el estado de Iowa. La colaboradora de En Perspectiva en EEUU, Silvia Pisani, indicó que los resultados de esa instancia abrieron un escenario de mayor competencia tanto en la interna republicana como demócrata.

EN PERSPECTIVA
Jueves 04.02.2016, hora 10.26

EMILIANO COTELO (EC) —En EEUU la carrera para designar al sucesor del presidente Barack Obama tuvo este lunes su primer mojón electoral: las primarias que se realizaron en el estado de Iowa y que depararon varias sorpresas.

[Audio de Ted Cruz]

“God bless the great state of Iowa! Let me first of all say, to God be the glory”.

[Fin audio]

Del lado republicano el senador Ted Cruz derrotó al empresario Donald Trump, que ayer reaccionó tildando a esa elección de fraudulenta. A través de su cuenta de Twitter, Trump pidió que se anulen los resultados y se repita la votación.

Del lado demócrata, en tanto, la nota la dio el senador Bernie Sanders.

[Audio de Bernie Sanders]

Iowa, thank you!

[La gente grita ‘Bernie, Bernie!’]

[Fin audio]

Si bien aparecía abajo en las encuestas y era una figura política poco conocida hasta hace algunos meses, Sanders arañó un “empate técnico” con la ex secretaria de Estado, Hillary Clinton, hasta ahora clara favorita en esa contienda.

¿Qué escenario se abre después de esta primera instancia? ¿Se puede seguir hablando de favoritismos en la carrera hacia la Casa Blanca? Vamos a conversarlo con Silvia Pisani, corresponsal de La Nación en Washington y colaboradora de En Perspectiva.

¿Cómo viste estas primarias en Iowa, cuánto dicen de lo que puede venir de ahora en adelante?

SILVIA PISANI (SP) —Se pone interesante. Siempre ocurre lo mismo: uno entra en esta carrera electoral en EEUU diciendo “Uy, otra vez esta maquinaria feroz”, pero ni bien empieza aparecen las sorpresas también. Yo lo primero que diría es que ganaron los perdedores, en este primer capítulo las grandes figuras son las que no ganaron. Diría también que es un muy mal momento para pertenecer al establishment, a la clase política tradicional. Esas son las dos primeras lecturas que yo haría de lo que sucedió.

NICOLÁS BATALLA (NB) —Empecemos a repasar lo que ocurrió por partidos. Las encuestas marcaban que en los republicanos Trump tenía una clara ventaja en Iowa, sin embargo quedó segundo y ahora incluso acusa a Cruz de fraude. ¿Qué fue lo que pasó allí?

SP —Cruz es un senador de origen hispano, es un hombre muy batallador, muy peleador –se lo conoce entre otras cosas por haber aguantado 21 horas hablando en el Senado para demorar la sanción de una ley–, es ultraconservador, viene del Tea Party, es profundamente religioso… ¿Qué fue lo que hizo este hombre que, si es tan religioso tendría que hacer gala de la buena conducta? Hizo trampa, abiertamente. Deslizó el rumor de que otro contendiente, Ben Carson –que es otra figura republicana que da mucho que hablar–, iba a retirarse de la carrera, con lo cual muchos votantes se inclinaron por él, porque tiene un perfil de alguna manera parecido, sobre todo en lo religioso, entonces mucha gente lo votó. Trump, que aparecía como favorito en las encuestas, dice que eso fue trampa, y lo fue, en realidad fue una trampa de campaña. Ahora Cruz está tratando de explicar lo inexplicable diciendo que en realidad fue un periodista de la CNN que dijo lo de Carson… hay un gran lío con eso, pero las elecciones ahí están.

NB —A propósito de eso me surgen dos preguntas: primero qué posibilidades hay de que se concrete lo que solicita Trump, que es que esa elección no tenga efecto, y segundo cómo puede afectar esto a Cruz, que ahora tiene que salir a dar explicaciones.

SP —Creo que Cruz minó su propio camino, se le hace muy difícil ahora repechar esta cuesta. Hay muchas que se pueden hacer mal en EEUU, pero una de las que más se sancionan es la mentira. Siempre digo lo mismo: a [el ex presidente Bill] Clinton lo condenaron no tanto por lo que hizo adentro del despacho sino por haber dicho que no lo había hecho. Ese es el primer punto: creo que Cruz acaba de minar mucho su propio camino.

En cuanto a lo otro, es una situación inédita, creo que es muy difícil que los caucus se vuelvan a hacer.

EC —En su primer tuit de reacción, Trump dijo: “Ted Cruz no ganó Iowa, las [primarias las] robó ilegalmente. Por eso todas las encuestas estaban tan equivocadas y por eso obtuvo más votos de lo esperado. ¡Mal!”. Ahí él menciona a las encuestas, una pregunta que estaba flotando desde el lunes era por qué se habían equivocado tanto. ¿Qué análisis hacés tú sobre ese factor?

SP —Las encuestas a veces se equivocan, lo hemos visto tantas veces en la historia, pero lo cierto es que en el caso de Trump no se habían equivocado: Trump habría ganado de no haber mediado esta campaña desleal. No es ilegal, creo que ahí está la palabra que usó Trump y que luego debió corregir…

EC —Sí, ese tuit fue borrado y el que vino a continuación ya no tiene la palabra “ilegal”.

SP —Él hace mucho eso: “donde dije digo, digo Diego”, borra con el codo mucho de lo que dice. No es ilegal, fue una trampa, de campaña. Tampoco es tan claro que haya sido Cruz el que dijo que se retiraba Carson, sino que fue su gente, con lo cual… la trampa de campaña hay que ir a buscarla…

EC —La otra posibilidad era la de que el discurso de Trump estuviera perdiendo simpatizantes, ¿no?

SP —Ese es el otro punto, no hay que echarle toda la culpa a Cruz, de ninguna manera. Lo que hizo Cruz fue una avivada, mal, que aquí se sanciona mucho. Pero además las primarias –Iowa y New Hampshire, que es la que viene el martes próximo, sobre todo– sirven para medir conductas, y lo primero que surge, más allá de esta trampa de Cruz,  es que lo de Trump alcanza para la televisión, para el rating, para el show, pero no sé si para ganar elecciones. Creo que Trump tiene que trabajar personalmente en eso y dejar de acusar afuera, porque básicamente el loser [perdedor], que es la palabra que a él no le gusta, fue él: más allá de lo que haya hecho Cruz, lo de él no alcanzó.

NB —Claro, por ahí viene en realidad otra de las sorpresas que tuvo la primaria republicana de Iowa: el buen desempeño que tuvo el senador Marco Rubio, que quedó tercero, a muy poquito de Trump. ¿Cómo queda entonces la interna republicana a partir de eso?

SP —Hasta ahora la interna republicana era de uno, cuando hablábamos de republicanos hablábamos automáticamente de Trump. Ahora hablamos de tres personas. Ese es el gran cambio que dejó Iowa para el lado republicano: ya no es uno y ya no es tan claro, ahora hay tres.

El tercero es Rubio, de quien hace rato que venimos hablando como un corredor de fondo que viene muy bien, quedó pisándole los talones a Trump, muy cerquita de él. Yo diría que lo que tiene que hacer Rubio ahora es no equivocarse y básicamente dejar que Trump y Cruz, que son dos personajes fuera de sistema y muy particulares, se destrocen uno al otro. No equivocarse, quedarse firme, mantener su discurso de campaña con propuestas y dejar que los otros dos sigan cometiendo errores, porque claramente, más allá de que hayan salido primero y segundo, lo que demuestran el resultado de Iowa y sus consecuencias es que las campañas de Cruz y Trump están bastante lejos de estar afianzadas.

NB —Ahora miremos al otro lado, al demócrata. Allí el senador Sanders, que unos meses atrás era prácticamente un desconocido, le pisó los talones a Hillary Clinton, quedó a décimas en la votación. Sería bueno explicar primero quién es Sanders y cómo logró posicionarse hasta estar en este nivel.

SP —Esa es una de las sorpresas lindísimas que tienen estas primarias. Sanders es un hippie, fue hippie en su juventud y yo diría que el principal mérito que tiene este senador por Vermont, hoy de 74 años, es que es el hombre que despojó del miedo a la palabra “socialista” en EEUU. Eso es mucho que decir.

NB —¿Cómo es eso?

SP —Acá vos decís socialismo y suena mal, suena a Cuba, a la vieja Europa. La idea del socialismo no es un valor muy en alza en este país individualista totalmente. Sanders se declara socialista, abiertamente, entonces es un hombre que le hizo perder el miedo a una palabra o un concepto político que en este país es resistido. Eso es lo primero que destaco de él y lo que me parece más interesante.

Lo segundo es cómo ganó: sin estructura, conquistando sobre todo a los jóvenes –lo votó sobre todo la gente de entre 19 y 32 años, lo cual es heroico– y con donaciones de no más de US$ 30, muy parecido a como empezó la campaña de [el presidente Barack] Obama en su momento, en 2008. ¿Cómo hizo para quedar a la sombra, ahí no más, del aparato feroz de los Clinton?, esto te da la pauta de lo que ha hecho este hombre, que ha sido extraordinario.

NB —Me imagino que en el comando de campaña de Clinton están con una sensación de déjà vu con respecto a lo que le pasó con Obama cuando compitieron entre ellos, ¿no?

SP —Yo creo que fue una noche de muchísimos calmantes. Ganaron, el alivio de Clinton es que ganó y evitó repetir la situación de 2008 cuando efectivamente Obama arrancó primero y le ganó en Iowa. Si bien es cierto que por poco se infarta, la verdad es que superó la crisis y ganó, por eso el discurso de Hillary es: muchísimas gracias, qué aliviada estoy. Aliviada, pero es como un recién salido del hospital, tiene que cuidarse mucho. Ganó, pero lo que demuestra esto es que Hillary tiene que corregir su discurso porque los jóvenes no están con ella, están con Sanders, y le cuesta muchísimo quebrar esa barrera. Es muy divertido porque ahora esto la obliga a posicionarse más a la izquierda, más en el progresismo.

EC —Tú decías que el resultado, y sobre todo la votación que tuvo Sanders, la obligan a cambiar el discurso. Ya había cambiado su actitud, ¿no?, los analistas dicen que esta no es la misma Clinton que en 2008, que esta es mucho más cercana a la gente, simpática y directa en el trato.

SP —Eso dicen, y a mí me sorprende, evidentemente tengo otra mirada en eso, porque te aseguro que es una mujer cercana y es simpática, sabe reírse, es espontánea… yo creo que lo que no gusta, y es muy difícil de quebrar, es que lleva 30 años en política en un país donde la política…

EC —Es el establishment.

SP —Exacto, es la estructura, esa pertenencia a la clase política en un país donde pese a que las cosas no van tan mal como en otros lugares del mundo no hay entusiasmo, es una elección triste esta, sin ilusión.

NB —Con esta primera foto de Iowa, ¿qué podemos esperar para el próximo 9 de febrero en las primarias de New Hampshire?

SP —Ahí vamos a estar con el pop, como decimos en el Río de la Plata, viendo cómo se desarrolla la elección. Está muy difícil para Hillary porque New Hampshire –donde vamos a ver por primera vez votación primaria y no, como vimos en Iowa, caucus, estas asambleas vecinales– viene muy favorable a Sanders. Posiblemente Hillary tenga que transpirar, y mucho, para convertirse en ganadora nuevamente. Por el lado demócrata Sanders viene, como decimos en fútbol, con la pelota dominada.

NB —¿Cuánto puede influir lo que vaya pasando en la interna republicana en la demócrata?

SP —Influye mucho, los dos se miran permanentemente porque el votante analiza mucho también qué posibilidad tiene su candidato de ganar según quién es el contendiente. Eso también influye muchísimo. Si el candidato demócrata fuera Sanders es muy posible que algunos republicanos se convencieran de que pueden votar a alguien que también es de fuera del sistema; es más difícil si la candidata es Hillary, ahí tienen que demostrar que tienen un candidato moderado y capaz de contrarrestar ese perfil.

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Transcripción: Andrea Martínez

Foto en Home: Hillary Clinton durante un evento en Derry, New Hampshire, EEUU, 3 de febrero de 2016. Crédito: Justin Sullivan/Getty Images/AFP Photo.

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