Columnas

Una semblanza de María Auxiliadora Delgado

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Lo que ocurrió ayer fue un hecho sin precedentes en la historia política reciente. Hemos asistido a la muerte de líderes políticos (por ejemplo, Wilson Ferreira Aldunate y Líber Seregni), de ex presidentes (fue el caso de Jorge Batlle) y también de ministros y ex ministros. Pero nunca había ocurrido, por lo menos desde el regreso de la democracia, el fallecimiento de la esposa de un presidente en funciones.

Seguramente por eso el Uruguay entero amaneció conmovido por el comunicado que se había publicado en la pagina web de Presidencia de la Republica a la hora 1:58 de la madrugada.

María Auxiliadora Delgado había elegido siempre la discreción. En sus dos períodos como "primera dama" se había caracterizado por un perfil muy bajo. Prácticamente no dio entrevistas; nosotros mismos lo intentamos varias veces, sin suerte.

De repente, su deceso nos llevó a hablar de ella como nunca lo habíamos hecho.

Los periodistas comenzamos a trazar pinceladas de su vida y de su personalidad, rescatando lo poco que se ha escrito, lo poco que ella misma ha declarado y los testimonios de quienes la conocieron y la trataron directamente. Y la población se fue apasionando detrás de esos detalles.

La jornada derivó, entonces, en una situación extraña, de gran contraste, porque aquella figura discreta pasó del silencio y del tercer plano a un primer lugar de la atención. Por una única vez María Auxiliadora Delgado fue ayer protagonista.

Emiliano Cotelo recopiló algunas de sus facetas, en base a notas de prensa y un libro.

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Foto: María Auxiliadora Delgado. Crédito: Presidencia de la República.

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