Editorial

Perros, multas y la conciencia sobre los espacios públicos

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Por Rosario Castellanos ///

Hace algunos días en el diario El Observador informó que la Intendencia de Montevideo [IM] se preparaba para controlar el cumplimiento de la ordenanza para los ciudadanos que establece los términos de la tenencia responsable de sus mascotas cuando salen a pasear por Montevideo.

La campaña comenzaría con una advertencia y continuaría con la fiscalización del no uso de correa o bozal, el no retiro de los residuos o la invasión de espacios públicos destinados a juegos infantiles. Los primeros 10 días, que ya están corriendo, serían para enseñar y comunicar, y a partir del mes de noviembre ya se aplicarían multas por incumplimiento.

Se trata de una norma que está plenamente vigente. No hay más que leer el Digesto Departamental, que en el Volumen X, De los espacios públicos y de acceso público, establece claramente: “a) En la vía pública [los animales domésticos] deberán ser conducidos en forma responsable”, empleando collar o bozal de acuerdo a lo que la reglamentación establezca; “b) […] en las plazas, parques y demás espacios públicos habrá lugares reservados para la permanencia y paseo de animales domésticos, los que siempre estarán bajo el cuidado y control” de sus responsables; y “c) Las personas responsables de la tenencia de animales deberán retirar los residuos o materias dejados por éstos”.

Esta previsto que el control se iniciara en los municipios B y CH, que son las zonas desde las cuales la comuna recibe mayor cantidad de denuncias. Primero, la fiscalización se realizaría en veredas y luego, durante los fines de semana, llegaría a los espacios públicos dedicados al esparcimiento. Según la IM, se dispone para estas tareas de 15 equipos de dos operadores ambientales cada uno y los montos de la multa serán de $ 1.661 hasta $ 4.153, dependiendo de la falta cometida.

Yo pregunto: ¿Cómo se le cobra multa a una persona? ¿Cómo se la identifica como responsable de tal o cual animal? ¿Qué ocurre si esa persona no lleva el dinero encima? ¿Tiene obligación de identificarse y dar su domicilio a un inspector municipal? Yo trasladé estas dudas a varios abogados y ninguno de ellos supo decirme cómo se instrumentaría el cobro de una multa, a menos que se pudiera identificar al infractor con su automóvil o su domicilio. Yo no tengo perro, así que no podré pasar por esta experiencia. Espero que a algún oyente me haga saber cómo transcurren estas acciones en la realidad.

Creo que la efectividad de una medida está en relación directa con la capacidad de aplicarla; de lo contrario es simplemente un gesto para la tribuna que no sirve de nada.

Estoy, obviamente, en un todo de acuerdo con una campaña de concientización sobre este tema porque, por más que me digan que trae suerte, realmente me resulta muy desagradable pisar caca de perro y, peor aún, sufrir el ataque de uno de ellos. Algunas actividades en esa dirección ya se han hecho y justo es admitir que barrio de Pocitos (municipio CH), donde vivo, las cosas han mejorado sensiblemente. Muchos vecinos que salen a pasear sus perros llevan bolsitas y cada vez es más frecuente encontrar al frente de las casas esos dispensadores caseros, mantenidos por gente del lugar, para ayudar a los que se olvidaron de las bolsas en sus casas.

Insisto en que lo importante es crear conciencia cívica y respeto por el derecho de los demás, porque sigo creyendo que la promoción de pactos de ciudadanía, como declara una autoridad en ese mismo artículo de El Observador, es el camino que puede obtener mejores resultados.

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Emitido en el espacio Tiene la palabra de En Perspectiva, jueves 29.10.2015, hora 08.10

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