Editorial

La lección de los maestros

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Por Ricardo Pascale ///

¿Por qué los países emergentes no pueden tener los niveles de productividad de los países avanzados, y así alcanzar mayores niveles de bienestar social?

La causa está en la falta de aplicación de conocimiento en el proceso productivo.

Me introduzco al tema con una historia que me resultó inspiradora.  Una tarde asistí a la narración que el Prof. José J. Estable hacía de un caso que giraba en torno a una clase del brillante Julio García Otero, entonces Profesor Emérito de Clínica Médica.   

Un día -continuó Estable- el citado profesor vino a dictar su clase. El paciente, según parecía, padecía de una dolencia pulmonar. Le acercan las placas radiográficas, análisis de sangre y otros estudios. Comienza a realizar su análisis clínico y a estructurar su diagnóstico. Mira los estudios y continúa con la clínica. Y profundiza su diagnóstico.

El profesor titular de entonces -a su lado- estaba nervioso. Las placas mostraban una enfermedad distinta del diagnóstico que el profesor invitado venía elaborando. La clase comenzó a percibir que algo raro sucedía. El invitado proseguía y afirmaba su diagnóstico. El Grado 5 le pide de nuevo que mire las placas. García Otero mira de nuevo las placas. Las deja a un costado y confirma su diagnóstico. La tensión ya era notoria. A un cierto punto, detiene la clase y dice: “me señalan que mire de nuevo las placas. Las he mirado dos veces. La clínica me indica que tiene la enfermedad que termino de diagnosticar.”

Y continúa: “revisemos estas placas, ellas no pueden ser de este enfermo”.

Los encargados de cátedra van a comprobar si había un error, y efectivamente lo había. Las placas no eran de ese enfermo.

García Otero, mostró tener un enorme arsenal de conocimiento propio, personal.

La historia ejemplifica un tipo especial de conocimiento, que cuando se extiende en los países a las distintas actividades promueve su desarrollo. Este conocimiento se llama tácito o implícito. Es subjetivo, informal, internalizado, relacionado con nuestras experiencias y habilidades cognitivas y perceptivas. Es el saber cómo (las habilidades propias de un trabajo especializado) y el saber quién (o sea, conocer el entorno humano). Es además difícil de reproducir y distribuir.

Y es vital para el desarrollo. Tiene imbuido conocimiento, que crea ventajas competitivas sustentables para la innovación, elemento central para elevar la productividad.

Existe otro conocimiento, diferente del tácito, que es el codificable o explícito, que es general, convencional y fácil de expresar en un lenguaje comprensible y se puede convertir en principios, algoritmos, procesos e información. Tal el caso de libros y videos. Este es fácil de reproducir y distribuir. Trata del saber qué (como es la aplicación de un software) y el saber porqué (utilizando un algoritmo de programación).        

 Este conocimiento, el codificable, es importante para la innovación y creación de valor, y es protegido por patentes o derechos de autor. Pero es imitado por competidores y así las ventajas competitivas obtenidas con el conocimiento codificable pueden tener una vida más corta.

Dada la importancia del conocimiento tácito en el desarrollo de los países, este se ha buscado codificar para poder expandirlo. Esto se logra en casos simples, como hacer un video de la clase de un experto. Pero no se ha podido codificar cuando el conocimiento tácito se basa en la improvisación y las emociones, como los dones de un artista.

La respuesta a la pregunta inicial, de por qué los países emergentes tienen bajos niveles de productividad, está en la limitada expansión que tiene el conocimiento tácito. Este está latente, no codificado en libros, sino almacenado en los cerebros.

Para transmitir efectivamente el conocimiento tácito no es suficiente mayor instrucción, formación y acceso a Internet. Y esa insuficiencia es causa de nuestro alejamiento progresivo, en cuanto a los niveles de vida, de los países más avanzados.   

Frente a esta situación, ¿cuál sería el camino a seguir?

En un comienzo de la revolución del conocimiento, es más eficaz mover cerebros, como sería  invitar a trabajar a reconocidos expertos, que mover conocimiento tácito a los cerebros. Este fue, por otra parte, el camino que han recorrido históricamente nuestros países para nutrirse de conocimiento tácito.

 


 

Notas Complementarias

  1. El episodio con que comienza la columna se desarrolló en la Comisión Honoraria de Contralor de Medicamentos en su sede de Colonia y Minas. Esta comisión orbitaba en el Ministerio de Salud Pública y estaba presidida por el Prof. Estable e integrada por representantes de la Facultad de Medicina, de Química, de Ciencias Económicas, el Colegio Médico, los laboratorios entre otros organismos. Por Medicina conocí a profesores de la talla de Raúl Rodríguez Barrios o Pablo Purriel. Mi facultad estaba representada por un distinguido Grado 5. Un día me encuentro en el patio de la Facultad con el decano, el Prof. Wonsewer y me dice: “Ah, Pascale ya que lo veo le comento que va a ir a la Comisión de Medicamentos representándonos”. Y le comento: “Decano, yo soy un grado 1 y entiendo que la comisión está integrada por gente de un alto nivel académico”. Me miró y me dijo: “El profesor Slinger, hace mucho tiempo que está en la comisión y tiene otras ocupaciones y sugirió su nombre” y continuó amablemente: “El jueves lo designamos en el Consejo”. Nunca podré agradecer la cantidad y calidad de conocimiento tácito que adquirí entre gigantes de la ciencia uruguaya, en mis 15 siguientes años en esa comisión.
  1. El nombre de conocimiento tácito fue acuñado el científico húngaro británico Michael Polanyi, quien desarrolló el concepto en “The Personal Knowledge” de 1958 y en “The Tacit Dimension” de 1966.

  2. El aspecto de saber como en el conocimiento tácito lo ubica como un bien no rival, un bien de experiencia y de baja exclusión. Tiene rendimientos crecientes medios, utilidad marginal decreciente, pocas barreras de salida y tiene externalidades red de uso.

  3. El saber quien en el conocimiento tácito, lo ubica como un bien no rival, un bien de experiencia, de baja exclusión y externalidades de red. Tiene rendimientos crecientes medios, utilidad marginal creciente, pocas barreras de salida y tiene externalidades red de uso.

  4. El saber que en el conocimiento codificable lo sitúa como un bien no rival, un bien de experiencia y con capacidad de exclusión. Acusa rendimientos crecientes altos, utilidad marginal decreciente, fuertes barreras de salida y externalidades-red de uso.

  5. El saber porque en el conocimiento codificable, lo ubica como un bien no rival, un bien de experiencia y con capacidad de exclusión media. Acusa rendimientos crecientes altos y utilidad marginal decreciente.

 

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Emitido en el espacio Tiene la palabra de En Perspectiva, miércoles 21.11.2018

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