Entrevistas

Senador Álvaro Delgado (P. Nacional): El escenario energético hace “repensar el diseño original de la regasificadora”

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La ministra de Industria, Carolina Cosse, concurrió ayer a la comisión de Industria del Senado para explicar el estado de las obras de la regasificadora en Puntas de Sayago. En diálogo con En Perspectiva, el senador nacionalista Álvaro Delgado sostuvo que lo único claro es que el nivel de avance del proyecto "está muy por debajo de lo previsto en el contrato" con la firma GNLS. El legislador agregó que las condiciones económicas iniciales que hacían viables el proyecto original cambiarán en la medida que se mantenga el bajo precio del petróleo, Argentina empiece a explotar sus yacimientos de gas en Vaca Muerta, y Uruguay concrete la explotación de yacimientos en tierra y mar. Según Delgado, estos cambios hacen repensar el tamaño y la capacidad de producción prevista originalmente.

EN PERSPECTIVA

Jueves 04.06.2015, hora 10.37

EMILIANO COTELO:

Si bien en el gobierno sigue predominando el ánimo de cumplir el contrato de construcción de la planta regasificadora, como ratificó hace unos pocos días la propia empresa y como lo suscribió el presidente Tabaré Vázquez, en la oposición ya no hay un convencimiento de que tal emprendimiento sea lo mejor para el país.

“Estamos amparados en el cumplimiento del contrato con la empresa” sostuvo ayer ante la Comisión de Industria del Senado la ministra Carolina Cosse, que concurrió invitada por la oposición.

En base a la información que diera la ministra a los senadores, desde el Partido Nacional Álvaro Delgado concluyó que en el próximo mes de octubre quedará confirmado que hay un nivel mucho menor de avance de obra que el previsto por lo cual, para él, en ese momento se abrirá la posibilidad de rediscutir el tamaño de la obra.

Llama la atención esta observación, por eso vamos a conversar justamente con el senador Álvaro Delgado, del sector Todos, Partido Nacional.

ROMINA ANDRIOLI:

¿A qué se debe este planteo de que habría que reconsiderar nuevamente la regasificadora?

ÁLVARO DELGADO:

Este es un contrato que se firmó a fines de 2013, recordemos, que era parte de generar una regasificadora y utilizar gas natural, como parte un acuerdo multipartidario de energía. El gobierno basó en un proyecto de licitación en un modelo de negocio especial, hubo discrepancias entre el gobierno y la oposición sobre el modelo de negocios, si era el mejor o no, si era lo mejor hacer una regasificadora de este tamaño, de 10 millones de metros cúbicos por día. Teniendo en cuenta que Uruguay, en el mejor de los casos, generando fundamentalmente energía eléctrica para vender iba a consumir 3.5 o 4 millones de metros cúbicos por día, o sea que había un excedente por el que necesariamente había que pagar 14 millones de dólares por mes y que hay que buscar mecanismos de venta del excedente a otros países de la región, como gas o como energía eléctrica.

En su momento fue discutido ese tema y el gobierno avanzó con este modelo de negocio: una regasificadora con un barco de almacenamiento y una escollera en la zona de Puntas de Sayago.

RA – Estaba repasando una entrevista que le hiciéramos entonces al director de Energía del Ministerio de Industria, Ramón Méndez, y en su momento lo que argumentaba era que más allá de la capacidad se planteaba ese volumen porque era una inversión a largo plazo y no se consideraba solo la necesidad que podía tener hoy Uruguay sino que también se pensaba hacia más años. Por otro lado, decía que haber planteado una regasificadora que permitiera regasificar 10 millones de metros cúbicos y no cinco significaba simplemente aumentar en 3% el monto total de la inversión, lo que consideraba que no era significativo.

AD – Nosotros tenemos otra visión del tema, en su momento discutimos el tamaño. Estamos hablando de una obra que, contando el canon y los intereses, va a salir 2.000 y pico de millones de dólares al final del período. Estamos hablando de 15 años con la posibilidad de una prórroga por cinco años más, más una cantidad de obras laterales que no están presupuestadas en el contrato original -dragados, acceso, gasoductos- que cuestan cerca de 3.000 millones de dólares. Es quizás una de las obras más importantes de Uruguay, en materia energética la más importante después de la represa de Salto Grande.

Se da la circunstancia de que Gas Sayago que es la empresa contratante, de la cual son dueños Ancap y UTE, hizo un llamado a licitación, adjudicó la obra de la regasificadora (todo lo que es el muelle, la escollera, y el gasoducto subfluvial) a GNLS, de Gaz de France-Suez, que después se asoció con la empresa [japonesa] Marubeni. Esa empresa a su vez contrató a una contratista secundaria para ejecutar parte de la obra, y esa contratista secundaria a su vez subcontrató otras partes de la obra. En el medio de todo eso la contratista principal, no la adjudicataria, que es la empresa OAS brasileña, tuvo problemas financieros. Se declaró en concurso en Uruguay, envió a la gente al seguro de paro.

Hoy estamos en un escenario en el que GNLS rescindió el contrato que tenía con esta empresa, que era la constructora de la escollera y del muelle. Tenemos una empresa a la cual se le adjudicó la obra y que no tiene hoy quién la ejecute, quién la haga. Estamos en esta situación. El gobierno está negociando con GNLS la posibilidad de que ésta contrate otro tipo de empresas constructoras y todavía, fue parte de lo que le consultamos a la ministra, no hay novedades al respecto. Había algunas propuestas de algunos interesados que plantearon más plazo y más canon ante lo cual el gobierno ya ratificó, la ministra dijo que no. Hoy estamos en un nivel de incertidumbre sobre qué es lo que va a pasar en la obra.

Lo que está claro es que el nivel de avance de la obra no es el previsto en el contrato, está muy por debajo. Es más, Gas Sayago, con mucha razonabilidad, contrató a una certificadora para ir determinando el avance de la obra, la consistencia técnica de una cantidad de decisiones, y ni siquiera ha aprobado el modelo de la escollera que había presentado OAS en su momento. Esta empresa está certificando que el avance de obra es mucho menor y que hay una fecha clave en el medio, que es octubre, en la cual si no están los avances correspondientes en el cronograma previsto en el contrato la empresa que adjudica, Gas Sayago, puede rescindir contrato con la empresa constructora y cobrar una garantía a primera demanda, que en estos casos es de 100 millones de dólares.

RA – Eso es lo que ha resaltado el gobierno, que en caso de incumplimiento puede cobrar esa garantía de 100 millones de dólares. Pero ante esta situación que está planteada…

AD – No es tan sencillo, porque pueden haber demandas cruzadas, en el medio hay todo un tema laboral con una cantidad de empresas que quedan por el camino, trabajadores que quedan en seguro de desempleo, algunos que ni siquiera tenían la causal de seguro de desempleo: Gas Sayago la adelantó y ayer GNLS le reembolsó la plata.

Es una situación muy complicada y en octubre hay que tomar una decisión. Una opción es avanzar en tratar de contratar por parte de GNLS a una nueva empresa para que ejecute la obra y retomar el proyecto original, que obviamente tiene que ser aprobado por Gas Sayago y tendría un atraso importante. Segunda opción: se rescinde el contrato, se cobra la garantía, se transfieren los activos y se sale a buscar un proceso licitatorio de nuevas empresas para ejecutar el mismo proyecto de obra. O tercera opción: se rediseña la obra y se hace a una escala un poco menor, más acorde a las necesidades de Uruguay, con inversiones un poco menores.

RA – Eso es por lo que usted se inclina.

AD – Puede ser una de las opciones, hoy las estamos estudiando a todas. Ayer lo que queríamos era, primero, que la ministra informe al parlamento y, segundo, decir: “Bueno, vamos a hacer un seguimiento de este tema”. Yo creo que esta tiene que ser de esas obras que trascienden a los gobiernos y generan una política de Estado de ir generando información, transparencia, vínculo entre el gobierno y la oposición. Es una obra de muchísimo dinero que va a comprometer por 20 años a Uruguay en un escenario a futuro, que además algunos indicadores con los cuales nosotros queríamos hacer la regasificadora para usar como insumo para producir energía eléctrica con un consumo más barato y más limpio, empiezan a tener algunas amenazas.

RA – ¿Qué cambió respecto a las condiciones iniciales?

AD – Empiezan a entrar al sistema cada vez más energías renovables, el precio del petróleo bajó en forma consistente y las perspectivas son que se mantendrá, Argentina empezará a explotar en poco tiempo unas reservas inmensas que tiene de gas natural en el reservorio de Vaca Muerta; hay que ver cómo interactúa con el Puerto de Montevideo, donde la Administración Nacional de Puertos [ANP] tuvo una acción bastante secundaria en el modelo de la regasificadora y puede alterar algún tema de circulación con el Puerto de Montevideo y con las obras que se piensan hacer. Esas cosas hay que ponerlas arriba de la mesa y creo que el momento es en octubre, cuando haya que tomar una decisión.

RA – ¿Usted le planteó a la ministra esta opinión o el PN tiene previsto decirle: “Han cambiado las condiciones, dada esta situación por otro lado de paralización de la obra es preferible que caiga el contrato y repensarlo”?

AD – No, lo que le planteamos es que queremos seguir en el tema y que estas son las opciones, que obviamente la ministra coincide en que son las opciones que hay. Lo que queremos es estar cerca del tema.

Si a esto le sumamos además la posibilidad de exploración y explotación de petróleo y gas eventualmente en la plataforma marítima o en el resto del territorio de Uruguay, son condicionamientos también que hacen repensar el diseño original de la obra. Sobre todo en lo que tiene que ver con su tamaño y su capacidad de producción, porque produce una cantidad que Uruguay no va a consumir, va a consumir menos de la mitad, quizás un poco más de un tercio, y hay que pagar por todo, se use o no. Por eso hay que buscar mecanismos de exportación y quizás dentro de tres o cuatro años los mecanismos de exportación, a raíz de la producción argentina, y es obvio que sería nuestro principal cliente, no están tan claros.

RA – Con el contrato vigente, ¿se puede plantear este cambio de escenario?

AD – No, con el contrato vigente no, hay temas jurídicos y entramos en un gran problema jurídico de reclamos. Obviamente con este contrato no, hay que pre-constituir el incumplimiento del contrato para poder rescindirlo y tener las cartas libres para poder tomar cualquiera de las tres opciones que mencionaba al principio. Hoy hay un contrato vigente y hasta que en la fecha estipulada no se constate el incumplimiento de las obras esto no se puede hacer. Todos quienes estamos vinculados al tema energético o hemos visitado las obras sabemos que el nivel de atraso es muy importante y aunque seguramente tengan un nuevo contratista para la construcción de la obra en los próximos días, aprobado y con todas las garantías, es muy difícil que en el poco tiempo que queda hasta octubre se pongan a tiro con el cronograma previsto en el contrato.

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