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Entrevista central, jueves 18 de mayo: Daniel Radío

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EC —Hubo algún otro disparo en dirección al NE en su planteo. Por ejemplo, me parece, cuando preguntó: “¿Por qué hay dirigentes políticos de este país que concurren a foros internacionales a decir la verdad, que en Venezuela hay una dictadura que no respeta los derechos humanos, pero que aquí, en esta casa, con su voto negativo no han permitido que este Parlamento pueda expresar su solidaridad con nuestros pares venezolanos?”.

DR —Sí, claro. La Internacional Socialista notoriamente llama a las cosas por su nombre, pero resulta que cuando venimos al Uruguay no decimos las mismas cosas. A mí no me gusta eso. Hace pocos días escuchaba un reportaje que le hacían a Rafael y decía “no podemos decir que es una dictadura porque a los dos minutos se termina el diálogo, no hay posibilidades de diálogo”. Y yo digo una cosa, en Uruguay, ¿nosotros no decíamos que era una dictadura? ¿Y no terminamos saliendo en una negociación? Podemos decir que es una dictadura es después negociar, por supuesto. ¿Por qué no podemos llamar a las cosas por su nombre?

EC —Y ahora vuelvo sobre otra frase que escuchamos en el fragmento anterior. Pregunta usted: “¿Cuáles son los intereses que nos impiden llamar a las cosas por su nombre? ¿Son solamente intereses políticos? Y si es así, ¿por qué?”. ¿A quién alude ahí? ¿Está aludiendo al gobierno?, ¿está aludiendo o a la mayoría del FA? ¿Adónde va eso?

DR —No sé, a que en la Cámara no pudimos investigar por ejemplo negocios con Venezuela, no se nos permitió. A mí me gustaría saber más sobre los negocios con Venezuela, y me gustaría saber por qué no se quiere que se investigue eso.

EC —¿Está respondiendo entonces sus propias preguntas?

DR —A lo mejor hay otros intereses.

EC —Usted dice: “¿Cuáles son los intereses?”. ¿Cuál es su respuesta?

DR —A lo mejor hay otros intereses, no puedo asegurarlo, puede ser que los haya. Me parece que esa pregunta no la tengo que contestar yo. Y hay una cosa más, creo que hay dirigentes políticos en el Frente, muchos, probablemente la mayoría, que son gente honesta, que escuchan esto y que no salen a escupirme, a la que le llega. Y yo quiero llegarle.

EC —¿A usted lo “escupen”?

DR —Alguna gente sí, por supuesto. Alguna gente me detesta, tengo esos trolls en las redes que me buscan; por supuesto que yo no contesto esos agravios permanentes. No me gusta, porque además tengo que encontrarme con mi almohada, y con mis hijos y con mi señora; con ellos tengo que estar tranquilo, lo otro no me importa. Pero me parece que hay gente que sabe en el FA, que siente las cosas como yo, y que lamentablemente está condicionada por cuestiones vinculadas a la disciplina partidaria, a la unidad de acción y todas esas cosas que dicen ellos, que me parece que determina esta cosa que termina falseando la voluntad popular. Porque si hoy midiéramos la correlación real, sin disciplina partidaria, de lo que pensamos de Venezuela, muy otra sería la realidad.

EC —En su intervención usted señaló la contradicción entre la postura de Uruguay ahora ante la crisis venezolana y la que tuvo nuestro país con Paraguay, en junio de 2012, cuando el Parlamento removió de su cargo al presidente Fernando Lugo. En aquel caso Uruguay votó con Argentina y Brasil la suspensión inmediata de Paraguay en el Mercosur.

DR —La Triple Alianza.

EC —¿Por qué cree que se da esa diferencia de criterios?

DR —Uruguay tiene un problema con Paraguay. Yo digo ahí: ¿no será que no le perdonamos que Artigas eligió Paraguay y no quiso venir nunca acá?, porque acá lo trajimos muerto, vivo no quiso venir. No sé por qué tenemos ese problema con Paraguay. Fuimos tan ingratos que cuando acá había democracia y allá todavía estaba Stroessner, les mandamos de embajador a Pacheco. Flaco favor, con todo el respeto que me merezca Pacheco, pero no ayudaba a la apertura democrática eso. Además integramos la Triple Alianza. Los uruguayos tenemos un problema con Paraguay, ¿cuándo vamos a asumir eso? Votamos Ushuaia 2 acá en la Cámara.

EC —El Tratado de Ushuaia 2.

DR —El Tratado Ushuaia 2, que no está en vigencia porque Paraguay no lo ratificó, que es claramente intervencionista y que dice que a los países donde se quiebre la democracia hasta se les puede bloquear la frontera. Imaginate que en Brasil se quiebre la democracia, ¿le vamos a bloquear la frontera nosotros? A Uruguay se la bloqueamos si bloqueamos la frontera con Brasil, no a Brasil. Eso vale solo para Paraguay, esas cosas valen solo para Paraguay. Uruguay tiene un problema con Paraguay. ¿Será que les tenemos envidia de que tienen nombre guaraní también? No sé cuál es el tema, pero tenemos un problema con Paraguay muy serio.

EC —Ahora, cuando usted compara 2012 con 2017, en realidad está comparando dos gobiernos del FA con diferencias, el de José Mujica y el de Tabaré Vázquez. ¿Cómo entra ese factor en su análisis?

DR —Sí, es verdad, no son lo mismo, absolutamente no son lo mismo. El gobierno aquel era muy raro de entender, porque el canciller era Almagro, que hoy para con Venezuela tiene muy otra actitud que la que tenía por aquel entonces. Y para mí Rodolfo Nin Novoa es un hombre honorable, un hombre de bien, un hombre con el que seguramente tengo afinidad. Muy probablemente si no fuera por la interna del FA Nin Novoa diría muy otras cosas, supongo yo. Es una cuestión que tienen que resolver ellos, por qué en aquel momento el FA hizo aquello que hizo y paralelamente el vicepresidente de la República decía que era la mayor herida institucional al Mercosur, que la estaba infligiendo el propio presidente de la República junto con el club de los presidentes, como digo yo, en la lógica de boliche que tenía el Mercosur.

EC —Fueron un par de decisiones, la suspensión de Paraguay y la incorporación de Venezuela a continuación.

DR —Es que la suspensión de Paraguay era un pretexto para la entrada de Venezuela. Ya no podían encontrar otra cosa e hicieron eso.

***

EC —En su cuenta de Twitter tiene como foto principal una imagen que no es cualquiera, me llama la atención. Es una foto que, intuyo, pertenece al año 1971, y en ella se ve, de izquierda a derecha, a Zelmar Michelini, Líber Seregni, Rodney Arismendi y Juan Pablo Terra. ¿Por qué usted, que es un hombre del PI, usa esta imagen como identificación de su cuenta?

DR —Como te decía hace un rato, yo soy un tipo que reivindica la historia de estos dirigentes. Juan Pablo Terra fue mi maestro. En el 84 yo voté en contra de él, en una convención en la cual los que en aquel momento teníamos más vocación frentista derrotamos a Juan Pablo, que estaba en la línea de tratar de armar un espacio progresista sin participación de algunos sectores del Frente. En el 89, cuando Juan Pablo vuelve, tuve tiempo para reivindicarme con él, para encontrarme, fuimos dos veces al interior juntos, conversé mucho con él. Yo tenía mucha admiración, cuando leí Mística, desarrollo y revolución pensé “¿cómo puede haber alguien que haya escrito esto que me representa a mí en todo y no me conocía?”, me parecía que nadie podía haber escrito algo con lo que yo me sintiera tan identificado. Pero en realidad yo reivindico a todos estos dirigentes de la izquierda, creo que el Uruguay vivía una polarización muy grande y estos dirigentes trabajaban para enfrentar esa polarización. El Frente Amplio era el Frente Amplio, y era una cuestión que pretendía meterse como una cuña dentro de la polarización. Mientras otros, que hoy son mayoría en el FA, no creían en esto.

EC —¿A quién está aludiendo?

DR —Al MLN. Creían que esto se jugaba en las calles, a los tiros, a lo cowboy, de otra manera. Cuando en este país había un gobierno elegido por el pueblo también, porque cuando reivindican que a Chávez lo eligió el pueblo, acá al gobierno de Pacheco también.

EC —Eso señalan varios mensajes de la audiencia que han estado llegando.

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