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Entrevista central, jueves 18 de mayo: Daniel Radío

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DR —Esos gobiernos de esos que a mí no me gustaban, de los partidos tradicionales, esos gobiernos los había elegido el pueblo. A Juan María Bordaberry lo había elegido el pueblo. Eso no te hace demócrata, no te da sello de demócrata perenne, tenés que ser consecuente después. Juan María Bordaberry no lo fue.

EC —En esa intervención de la semana pasada en la interpelación usted fue muy frontal. Entre otras cosas, calificó a Maduro como un “dictador”, y a quienes lo acompañan en el poder como “los tiranos que hoy desgobiernan Venezuela”.

(Audio Daniel Radío)

Nosotros estamos convencidos, señora presidente, de que Venezuela tiene un gobierno dictatorial, y por lo tanto hace rato que venimos reclamando que nuestro país tenga conductas consecuentes. Señalando con la relevancia que corresponde las violaciones a los derechos humanos, que ya no necesitan ser demostradas porque son evidentes y porque el silencio mantenido al respecto supera los límites de lo políticamente aceptable.

(Fin audio)

EC —¿Cuál es la actitud que usted pretende que tenga el gobierno uruguayo frente al caso de Venezuela, a partir de ese diagnóstico que hace?

DR —Confieso que yo separo cosas. Una cosa es el gobierno, otra cosa es el FA y otra cosa es lo que yo me puedo permitir decir en la Cámara, distingo eso. Me parece que tengo un margen de actuación mucho mayor que el que tiene el gobierno en esto. Y lo uso, y estoy claro en eso. Yo tengo diferencias con el gobierno de Venezuela, algunas que son ideológicas, otras que son políticas y otras que tienen que ver con lo humanitario que referíamos al principio. Las diferencias ideológicas me las tendría que bancar, porque no me gusta que haya un régimen que quiera hacer una asamblea constituyente con presencia corporativa, que haya una perspectiva cuasi nazi de la conformación de la sociedad, pero si es lo que la sociedad venezolana se banca, vamo’arriba. Pero además tengo diferencias políticas sustantivas, porque creo que en Venezuela la democracia hace rato que está vulnerada, en la medida en que las decisiones del Poder Legislativo no mandatan a nadie, las leyes no obligan al gobierno, o que el Poder Judicial no es independiente.

Pero creo que el gobierno ha dicho algunas cosas serias, y de hecho la declaración que le propusimos a la Cámara de Representantes el otro día quería respaldar muchas de las cosas que el gobierno había dicho, y el FA votó en contra. Uno de los puntos de la declaración nuestra –que pedimos que se votara punto a punto para ver si el FA votaba alguna, una iniciativa de Iván Posada– era expresar nuestra solidaridad con las agresiones que había recibido el ministro Nin Novoa del gobierno venezolano, y el FA votó en contra. No quiso expresar su solidaridad con el ministro Nin Novoa, una cosa insólita. Pero además todas las cosas que propusimos, todas, las cinco cosas que propusimos, eran manifestaciones de solidaridad con algunas cosas que el gobierno había hecho, y el FA no las votó. Creo que el gobierno ha hecho algunas cosas bien en esto, en tren de reconocer, otras no. Y quiero respaldar eso, porque hay una tensión a la que está sometido el ministro, a la que están sometidos la Cancillería y el gobierno, que es que el FA en algunos aspectos… Esa cosa que pasó en este país, que vino la ministra de Relaciones Exteriores de Venezuela al Uruguay y se fue a reunir con el PIT-CNT y con el FA y no se reunió con el ministro de Relaciones Exteriores. Creo que una manera de colaborar con el ministro en esto es presionar para decir la verdad.

EC —Usted dice que respaldan pasos que ha dado el gobierno. Por ejemplo, la declaración del mes de marzo firmada con otros países de América Latina en la que se sostiene: “Consideramos urgente que se atienda de manera prioritaria la liberación de presos políticos, se reconozca la legitimidad de las decisiones de la Asamblea Nacional, según la Constitución, y se establezca un calendario electoral, que incluya las elecciones pospuestas”. ¿Eso está bien?

DR —Sí, claro, por supuesto.

EC —¿Qué falta?

DR —Hay que presionar para seguir en esta línea, creo que el camino es seguir en esta línea.

EC —Por ejemplo, ¿ustedes entienden que Uruguay debió haber promovido la suspensión de Venezuela en el Mercosur?

DR —Ah, creo que sí. Creo que hay que aplicar la cláusula democrática, Venezuela no es un régimen democrático. Si fuimos tan rápido a aplicársela a Paraguay, que tuvo un quiebre que algunos podrán decir que fue un quiebre institucional, otros dicen que se estableció dentro del ordenamiento territorial paraguayo, ¿por qué ahora nos cuesta tanto trabajo? Más allá de que se reconozca o no que las leyes no rigen en Venezuela, porque las leyes no rigen en Venezuela, porque si el Poder Legislativo dicta una ley, mañana el gobierno no la reconoce. Pero además de eso, hubo un intento directo de usurpar las funciones de la Asamblea Nacional. Y no pasó nada, no le aplicamos la cláusula democrática. Y además, Maduro le dice al Poder Judicial “epa, no, no se meta con la Asamblea Nacional”, y el Poder Judicial da marcha atrás, lo cual habla de que no hay independencia del Poder Judicial, en 24 horas revirtieron la decisión. ¿Eso es un régimen democrático? ¿No le vamos a aplicar la cláusula democrática a Venezuela?

EC —Venezuela hoy de hecho está suspendida, pero no por la cláusula democrática, sino por no haber internalizado a tiempo la normativa Mercosur, según lo que establecen los reglamentos del bloque.

DR —Con la abstención de Uruguay.

EC —Esa suspensión no tuvo el voto de Uruguay, Uruguay se abstuvo.

DR —¿Qué estamos esperando? ¿Qué precisamos que pase en Venezuela para que digamos que ese régimen no es democrático?

EC —¿Uruguay debió haber promovido la aplicación de la Carta Democrática de la OEA a Venezuela?

DR —Ojalá Uruguay también. A veces dicen “si Argentina y Brasil no lo promueven…”.

EC —Ese es uno de los razonamientos: por qué se le exige a Uruguay, cuando por lo visto en la región no hay ambiente para terminar dando ese paso.

DR —Punto uno, yo soy uruguayo, yo le tengo que pedir a mi gobierno. Y punto dos, a mí no me dan la línea el gobierno de Brasil y el de Argentina, a los que les da la línea Temer que se hagan cargo, a mí no me la da Temmer, ni Macri. Entonces yo echo para adelante.

EC —¿Y las consecuencias de ir por ese camino? Se ha hablado de que no es sano, no es saludable aislar a Venezuela.

DR —¿Entonces era saludable aislar a Paraguay en su momento? Porque, entre otras cosas, cuando se pretendió usurpar las funciones de la Asamblea Nacional se dio vuelta atrás por la presión internacional. Todos estamos claros de eso, hubo una reacción internacional inmediata y echaron para atrás. A ver, la política es la política, los dirigentes políticos saben cómo funcionan estas cosas. Me parece que hay que ejercer mecanismos de presión, por supuesto, sobre todo porque hay razones humanitarias además de políticas, por lo que está pasando en Venezuela. A esta altura hay razones humanitarias, tenemos un muerto por día en las manifestaciones, tenemos 62 muertos cada 100.000 habitantes por homicidio en Venezuela, un país que se nos fue de las manos en eso, es una situación tremenda. Tenemos razones.

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