EC —¿Qué hacer? Esa es la discusión. Durante la interpelación, el ministro Nin Novoa confirmó que, a partir de una invitación del presidente Nicolás Maduro, Uruguay aceptó formar parte de un grupo de países “amigos” de Venezuela, para acompañar un diálogo entre el gobierno y la oposición. Esos países son Bolivia, Ecuador, Nicaragua, República Dominicana, San Vicente y las Granadinas y Uruguay. ¿Qué expectativa le genera ese paso que el gobierno de Tabaré Vázquez da, para lo cual deja a un lado los agravios que el propio Maduro lanzó hace pocas semanas contra la Cancillería a cargo de Nin Novoa?
DR —La primera cosa es que creo que esas medidas se tendrían que dar en consulta con la oposición venezolana. ¿A la oposición venezolana le gusta que Uruguay forme parte de ese penoso grupo? No estoy seguro de eso. Me parece que una medida tendría que ser, en medio de este conflicto, saber eso. Porque si uno quiere hacer, como dicen, un rol de mediador, etcétera, tiene que saber qué piensan las dos partes. Si yo voy a ser un alcahuete del gobierno venezolano, no.
EC —¿Uruguay está siendo alcahuete del gobierno venezolano?
DR —No estoy seguro, hay que ver. Hasta ahora el gobierno uruguayo en algunos aspectos ha tenido una actitud digna, y en otros le falta. Yo no condeno hasta las últimas consecuencias, pero me parece que le ha faltado. Y por eso me parece que nosotros tenemos un rol para jugar, porque la política se juega en todos los escenarios. El otro día tuvimos un franco retroceso, el coordinador de bancada del FA en un momento dijo “Venezuela no es una dictadura”. Que no definan eso como una dictadura es un problema, es un problema diagnóstico, pero de fondo, si vos rascás y decís dejemos de lado la disciplina partidaria, ¿de verdad no es una dictadura? ¿Vos creés que un país donde no hay independencia del Poder Judicial, donde no rigen las leyes no es una dictadura? ¿Y qué se precisa para que sea una dictadura? Porque por definición no es una dictadura, pero decía Ope Pasquet, que fue el miembro interpelante: cuando uno cuenta todos los hechos nadie los niega, no rigen las leyes, no hay independencia del Poder Judicial, pero después la conclusión es “no hay dictadura”. Por definición, no porque se analicen los datos objetivos de la realidad. Con esas cosas en cualquier lugar del mundo es una dictadura. Sumémosle a eso la represión en las calles, los presos políticos… Es una dictadura. Los presos políticos que el gobierno uruguayo ha reconocido que existen, a pesar de que el FA no reconozca y diga “políticos presos”.
EC —¿Qué hay que hacer? En su discurso, usted incluyó un punto que no figura habitualmente en el debate.
DR —Telesur.
EC —Que nuestro país deje de formar parte del proyecto Telesur.
DR —¡Por favor! Nadie lo dice.
EC —Es un hecho, Uruguay forma parte. Ya casi nos hemos olvidado de eso. ¿Cómo lo argumenta? ¿Entiende que es lo mínimo que Uruguay tendría que hacer?
DR —Sí. ¿Viste Telesur? Es una cosa vergonzosa. Yo no puedo creer, porque aparte de que está tan escorado políticamente, es una cosa horrible, no es inteligente. Porque un medio de prensa que pretende… introduciría algunos matices, pero es una cosa vergonzosa. ¿Te acordás de la Dinarp? Es la Dinarp.
EC —Ahí remite a la dictadura uruguaya, la Dirección Nacional de Relaciones Públicas en los años del proceso.
DR —Ni siquiera hay la capacidad de introducir algunos matices. En todos los países sobre los que informa Telesur es la única visión. ¿Por qué seguimos en eso? ¿Qué tenemos que ver con eso? ¿Cuál es el interés nuestro de participar de eso? ¿Por qué lo tenemos en la grilla de Vera TV? ¡Vuele eso de acá! Que el que lo quiera lo vea, pero nosotros no tenemos por qué participar en eso. Se puede ver igual, entrás en internet y lo ves. Yo no digo que se censure nada, pero que nosotros no tengamos oficialmente que ver con eso, que no nos involucremos con eso. Porque eso degrada, nos degrada como país.
EC —Telesur es una cadena internacional, en cuyo capital accionario aparecen varios países de la región, y uno de ellos es Uruguay.
DR —Yo no quiero que se censure nada, vamo’arriba, el que quiera decir toda esa sarta de disparates que los diga, pero que no seamos nosotros los que los digamos.
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Transcripción: María Lila Ltaif
