Entrevistas

Héctor Florit (consejero de Primaria): la política es mantener la escuela rural abierta aunque haya un alumno

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El senador nacionalista Luis Lacalle Pou realizó un pedido de informes al Ministerio de Educación y Cultura sobre el cierre de escuelas rurales. En diálogo con En Perspectiva, el consejero de Primaria Héctor Florit confirmó que existe una tendencia hacia el cierre de esos centros que está vinculada al descenso de la población rural.  De todas maneras, el jerarca aseguró que la política de la ANEP es dejar las escuelas rurales abiertas mientras haya al menos un alumno. Según explicó Florit, si no hay estudiantes la escuela se cede en comodato a algún vecino para que la mantenga hasta que aparezcan nuevos alumnos. El consejero aclaró que no hay ningún caso en el medio rural en que se esté solicitando atención escolar y Primaria no la esté brindando.

EN PERSPECTIVA

Martes 19.05.2015, hora 10.18

El senador Luis Lacalle Pou cursó un pedido de informes al Ministerio de Educación y Cultura centrado en el cierre de escuelas rurales durante los gobiernos del Frente Amplio.

¿Cuántas escuelas rurales han cerrado en ese período? ¿Qué escuelas lo han hecho y en qué departamentos? ¿Qué soluciones ha propuesto la Administración Nacional de Educación Pública [ANEP] para atender y mantener la formación educativa de los niños afectados? Esas son algunas de las preguntas que deja planteadas el legislador nacionalista, según recoge esta mañana el diario El País.

Vale la pena adelantarnos a la respuesta formal que redactará el Poder Ejecutivo, y para eso estamos en contacto con el maestro Héctor Florit, consejero de Primaria.

NICOLÁS BATALLA:

Para empezar vale la pena un comentario general: ¿cuántas escuelas rurales hay en este momento funcionando en Uruguay?

HÉCTOR FLORIT:

Tengo la cifra de diciembre de 2014, al comienzo de este año cerraron algunas más, teníamos 1.105 escuelas comunes y seis internados rurales, una modalidad que radica en pagos muy aislados en los cuales los niños se trasladan a comienzo de la semana (en general el lunes), hay algún medio de transporte que los recoge, y sobre el viernes al mediodía nuevamente vuelven a sus hogares. Están fundamentalmente ubicados en el norte del Río Negro y existe también uno en Flores.

En total son estos 1.111 centros, en muchos de los cuales se dicta también séptimo, octavo y noveno, que concentran una matrícula de casi 9.000 alumnos. El promedio por escuela rural anda en el orden de los 16, 17 o 18 alumnos; en muchos casos, diría más de 500, tenemos una matrícula que está por debajo de los diez; seguramente debemos tener por lo menos 200 o 300 escuelas que tienen menos de cinco alumnos. La política del Consejo de Primaria, y ya avanzo en la pregunta concreta del senador, es mantener la escuela rural abierta mientras haya al menos un alumno. Esta es una política que se mantiene desde hace muchos años.

NB – Entonces en este momento 19.000 alumnos están yendo a escuelas rurales en todo el país.

HF – Exactamente, a partir de los cuatro años, en inicial hay 4.000 alumnos. Los otros 14.900 son alumnos de primero a sexto [de escuela] y alrededor de 2.000 que están cursando educación media -séptimo, octavo y noveno-, en escuelas rurales a partir de una innovación que se hizo en la segunda mitad de 1990 y que se mantiene teniendo en algunos casos muy buenos resultados.

NB – Esa tendencia que quedaba explícita en el pedido del senador Luis Lacalle Pou es real, el número ha venido disminuyendo año a año.

HF – Si, yo no diría tanto de escuelas sino de matrícula. Para tener una referencia: a principios de la década de 1960 había aproximadamente 50.000 alumnos en escuelas rurales con muy poca presencia de iniciales, prácticamente la escuela rural se concentraba de primero a sexto; en la década de 1990 había aproximadamente la mitad, 27.000 o 28.000; y actualmente hay menos de 19.000, incluidos niños de cuatro y cinco años. Es decir: a pesar de que la cobertura es más amplia desde el punto de vista de las edades, el total de la población estudiantil en el medio rural ha disminuido drásticamente. La política es mantener la escuela rural así tenga un solo alumno, pero eso no modifica una tendencia demográfica: no hay familias, la población es muy baja en el medio rural y consecuentemente no hay alumnos.

NB – ¿Cómo observan ustedes este fenómeno?, ¿les resulta preocupante que esto esté sucediendo o simplemente es una tendencia demográfica natural y ustedes actúan en consecuencia?

HF – Es una tendencia demográfica que se produce a nivel de América Latina, el proceso de urbanización no es exclusivo de Uruguay, está vinculado a las formas de producción, a la tenencia de la tierra, a la caminería, a las posibilidades de trasladarse a los centros poblados. Hay un conjunto de factores al cual se agrega, en el caso uruguayo, la caída de la natalidad, que tampoco es exclusiva del medio rural pero también impacta, donde se cae de familias tradicionalmente extendidas y con muchos hijos a familias con un número reducido de hijos. Pensemos que en general Primaria pasó de una matrícula de 410.000 alumnos en 2003 a una de 342.000 en 2015 a pesar, insisto, de que se amplía la cobertura a edades más tempranas.

NB – Usted lo mencionaba: la política es que mientras haya un alumno yendo al centro la escuela se mantiene abierta.

HF – Si, tenemos muchas escuelas con un alumno, es más, paradójicamente en algún caso tenemos una escuela donde aún no se finalizó el trámite de cierre del local escolar que está absolutamente protocolizado, y el único alumno o la única familia que había en el pago ya se fue. Es decir, podríamos hasta señalar algún caso donde, estando en proceso el cierre de la escuela, hoy está abierta pero ya no tiene alumnos. Esta es una política que se ha instalado desde hace muchos años que primaria la sigue en forma permanente aunque hoy la orientación sería, en caso de ser posible, nuclearlos, porque hay algún tipo de servicios que hacen a la calidad educativa que solamente es factible si hay un número mínimo de alumnos.

El más obvio de esos servicios es la capacidad de interacción entre grupos de pares. Es muy difícil hablar de la socialización secundaria cuando hay un niño y su hermanito con un alumno y el auxiliar, la educación institucional tiene como lógica el que haya un grupo de niños que puedan interactuar. En este marco conceptual reconocemos que hay realidades demográficas, poblacionales, que impiden que ese ideal de interacción entre grupos de pares se produzca, admitimos como un hecho irreversible que hay muchas escuelas que atienden a un niño o a un grupo de niños que son hermanos entre sí o hermanos y primos, es una realidad bien compleja que hace a la función educativa. Pero también es verdad que la escuela rural cumple otros cometidos: es el centro de referencia para la visita de un médico, para las tareas de actores sociales, del Ministerio de Agricultura… Múltiples acciones que se desarrollan en el medio rural toman como referencia la escuela, entonces también es previsible que haya una demanda permanente por parte de vecinos de mantenerlas, apoyarlas y solicitar que en todos los casos esa escuela se mantenga.

NB – ¿Qué soluciones ofrece la ANEP para atender la situación de los niños que quedan en esa zona donde ya no hay escuelas?, porque puede darse el caso…

HF – No hay, no hay.

NB – …en el que un centro cierre porque no hay más niños en edad escolar pero luego sí aparezcan niños.

HF – No, se reabre inmediatamente. El local se mantiene en posesión del Consejo de Primaria durante un período prudencial y luego pasa al Consejo Directivo Central de la ANEP. Solamente se procede al remate del local escolar en situaciones muy excepcionales cuando hay años, diría décadas, sin que haya población en la zona. No tenemos ningún caso en el que se esté solicitando atención escolar y que Primaria no la esté brindando.

NB – ¿Se puede decir que las escuelas rurales no es que estén cerrando sino que están suspendiendo su funcionamiento, eso es lo que usted quiere decir?

HF – No, formalmente la escuela como centro educativo se cierra, se entregan todos los libros, la documentación, las llaves, etcétera, se entrega en comodato en general a un vecino que se encarga del cuidado y el mantenimiento. Si llega una nueva familia a esa zona, se reabre la escuela, insisto: todos los años hay ejemplos de escuelas que se cierran y que se reabren. Solamente cuando pasan años, diría que en general no menos de diez años, en los que se mantiene la falta de población, o hay población pero opta por otra escuela de las cercanías porque se mejoró la caminería, por ejemplo, o porque hay una línea de transporte que antes no existía y se prefiere una institución distinta a la que originalmente iban los niños, se procede al remate. Tengo para ejemplificar las escuelas que se cerraron este año: la 98 de Cerro Largo, la 9 y la 26 en Flores, dos en Florida, cuatro (las escuelas 50, 56, 84, 116) en Lavalleja -que es el único departamento que en los operativos censales desde 1963 hasta hoy da cuenta de una caída de la población-, dos en Río Negro, dos en Tacuarembó y una en Treinta y Tres. Esas fueron las últimas que se cerraron, e insisto: no hay una sola situación de un niño o de una familia que haya quedado sin escuela, sino que la escuela se quedó sin niños.

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