Entrevistas

Gerardo Amarilla, el evangelista que preside la Cámara de Diputados, responde a quienes lo critican por “falta de neutralidad” y asegura que no “hace gala de sus creencias”

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El diputado nacionalista Gerardo Amarilla fue elegido ayer como presidente de la Cámara de Diputados para la segunda legislatura. A diferencia de otras ocasiones, la sesión de investidura estuvo marcada por la polémica, ya que el legislador colorado Fernando Amado cuestionó si podía ejercer su rol con "neutralidad", ya que Amarilla había declarado que "la ley de dios está por encima de los hombres".

En diálogo con En Perspectiva, Amarilla respondió a Amado y dijo que fundamenta sus decisiones “en cuestiones jurídicas o sociales”.

EN PERSPECTIVA
Miércoles 02.03.2016, hora 7.57

EMILIANO COTELO (EC) —El diputado del Partido Nacional Gerardo Amarilla fue elegido, ayer, presidente de la Cámara de Representantes para el segundo período de esta legislatura.

A diferencia de lo que ha ocurrido muchas veces en estas votaciones del presidente de la cámara baja, en esta ocasión el debate previo a la designación estuvo pautado por la polémica.

El diputado del Partido Colorado Fernando Amado, así como algunos legisladores del Frente Amplio, cuestionaron la neutralidad que podría llegar a tener, en su nuevo rol, Amarilla, quien es integrante de la Iglesia Evangélica Bautista. Las dudas tuvieron como disparador declaraciones que Amarilla realizó en los últimos meses cuando, por ejemplo, afirmó que la ley de Dios está por encima de la de los hombres.

Finalmente, Amarilla fue designado de todos modos. Solo dos votos faltaron: el de Amado, que optó por un compañero de su bancada para el cargo, y el del propio Amarilla, que no se votó a sí mismo. Más allá del resultado final, de que asume efectivamente como presidente de la cámara baja, ¿cómo observó lo ocurrido, cómo afronta el desafío? Vamos a conversar con el diputado Amarilla.

NICOLÁS BATALLA (NB) —¿Usted esperaba que se diera una discusión como la que tuvo lugar ayer, cuando se votó para elegirlo presidente de la cámara baja?

GERARDO AMARILLA (GA) —Presumía que podía haber algunas posiciones, en función del debate en algunos medios de prensa en los días previos, pero nunca pensé que iba a llegar a tanto. De alguna manera creo que dejé claro en mi exposición cuál era, fundamentalmente, mi forma de proceder. Despejé, espero, algunas dudas que algún legislador podía tener.

NB —El País recuerda esta mañana que fue usted mismo el que dio pie a la polémica, cuando dijo en más de una entrevista, en febrero, que a nivel personal la ley de Dios está por encima de la de los hombres. Hubo también otros comentarios, como que se proponía respetar la ley siempre y cuando no contradijera la palabra de Dios. Opinó, además, que se tiene el derecho a la desobediencia civil y a abstenerse a las consecuencias. Son opiniones que llaman la atención de alguien cuyo rol, precisamente, es legislar. ¿Cuál es el alcance de ese tipo de expresiones?

GA —A veces habría que profundizar, a veces el conocimiento del derecho, cuando se habla así, ligeramente… La propia Constitución de la República reconoce que hay principios superiores y anteriores a ella misma. En definitiva, la ley no establece el derecho a la vida sino que lo reconoce, porque sabe que preexiste a la propia Constitución, son valores que vienen de una civilización que están, de alguna forma, primando. El artículo 72 de la Constitución, que es una referencia para los que conocen derecho de un […], establece que se compromete a respetar aún los derechos que no están reconocidos en ella misma pero que son “inherentes a la personalidad humana” y a la “forma republicana de gobierno”. O sea: de alguna manera hay un reconocimiento de la propia Constitución, que es un contrato social que nos hemos puestos los uruguayos -y que obviamente estamos comprometidos a respetar y a defender en todos sus términos-, de que hay valores y principios que son anteriores, a la Constitución y al Estado uruguayo mismo, que en definitiva lo que hace es reconocerlos y plasmarlos.

NB —Repasando los cuestionamientos que aparecían ayer estaba, por ejemplo, el del diputado Amado, quien había anticipado que no lo iba a votar, pero además decía que para ejercer ese cargo se necesita neutralidad y que usted no la tiene. De todos modos, Amado no fue el único que lo cuestionó, también vinieron críticas o salvedades por el  lado del Partido Socialista. El diputado Roberto Chiazzaro advirtió durante la sesión que el Parlamento debe mantener la tradición laica del Estado y agregó que este espacio, republicano por excelencia, no puede transformarse en un ámbito para el proselitismo religioso. ¿En qué medida esto está en juego con usted al frente de la Cámara de Representantes?

GA —Intentaremos demostrar con la conducta que tal vez no tenían razón, que lo que ellos pensaban que yo iba a hacer se refería a lo que ellos piensan que creo o lo que han recogido medios de prensa, de alguna forma no del todo clara, sobre cuáles son mis convicciones y mis creencias. En definitiva: en función de lo que ellos piensan que yo creo y no de lo que yo hago o he hecho, cuando me parece que uno tiene que votar por la conducta y no por las creencias. Está dentro del juego de la democracia, y lo respeto mucho, la expresión de los legisladores que me criticaron, incluso del que no me votó [en referencia a Amado], que está en todo su derecho a no cumplir los acuerdos y compromisos asumidos en la cámara por parte de los partidos. Está en todo su derecho y tiene toda la libertad de hacerlo.

NB —Está bien la precisión: No es que se sabe ahora que usted va a ser el presidente de la Cámara de Representantes, este es un acuerdo que se hizo al comienzo de la legislatura anterior.

GA —Sí, exacto. Cuando los partidos establecen qué partido va a presidir cada año y luego ofrecen nombres para ese cargo el no votarlo, el no cumplir el acuerdo, como en este caso, no es algo que me afecte a mí directamente, es un tema con el Partido Colorado.

NB —Volviendo al punto anterior, ¿cuál va a ser su actitud al frente de la cámara baja con respecto a esos temas que aparecen cuestionados?

GA —Mire, yo he tenido la posibilidad incluso de presidir algunas comisiones del Parlamento, he viajado con compañeros y mantengo relación con legisladores de todos los partidos. Algunos legisladores que hicieron uso de la palabra [ayer] capaz que nunca tuvieron la oportunidad de trabajar conmigo. En definitiva: en la actividad política y parlamentaria nunca he hecho gala de mis creencias, nunca he hecho referencias permanentes a mi religiosidad ni a mi fe. La tengo, no la reniego ni la escondo, pero no es un tema de diálogo permanente y en los debates políticos fundamento mis decisiones en cuestiones jurídicas o sociales del país. Los temas en los cuales he militado, como la batalla del medio ambiente o la familia, los fundamento en los términos de lo que creo que es mejor para la sociedad. Estoy inspirado en una fe y una concepción de vida, pero no hago permanentemente gala de eso, ni ofendo la neutralidad, ni afecto las creencias de los demás legisladores.

NB —¿Cómo comienza su actividad al frente de la Cámara de Representantes?, ¿cómo tiene el día de hoy?

GA —Lo tengo bastante lleno de actividades, tengo varias reuniones. Mañana tenemos reuniones con la Secretaría de la Cámara para practicar un poco el trabajo interno, ver la agenda parlamentaria y también algunas disposiciones que son de trámite, que tienen que ver con temas funcionales. Más al mediodía tenemos la Asamblea General, donde vamos a votar la venia de un miembro del Tribunal de lo Contencioso Administrativo que asciende al Tribunal de Apelaciones. Luego tengo reunión con la bancada de legisladores del Partido Nacional. A las 15.00 tenemos coordinación con los representantes de todos los partidos, previa a la sesión de cámara de las 16.00.

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Transcripción: Andrea Martínez

 

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