Entrevistas

Javier García (PN): El sector Todos mira hacia adelante porque gana poco indagando sobre el resultado de las elecciones

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El sector que lidera el senador nacionalista, Luis Lacalle Pou, realizó el fin de semana un Congreso en Flores en donde se delineó su estrategia opositora por los próximos cinco años. En diálogo con En Perspectiva, el senador Javier García reivindicó el trabajo de la oposición en estos primeros meses de gobierno y llamó a mirar hacia adelante porque -agregó- “el resultado de las elecciones no se cambia ni aunque estemos reunidos 24 horas, los 365 días del año".

EN PERSPECTIVA
Lunes 27.07.2015, hora 7.49

EMILIANO COTELO (EC) —El sector Todos que lidera Luis Lacalle Pou, cerró ayer el congreso que desarrolló durante el fin de semana en Trinidad, la capital de Flores.

En su discurso, Lacalle Pou insistió en que el Frente Amplio [FA] es responsable de una “década perdida”. Además agregó que la administración presidida por Tabaré Vázquez “pierde el tiempo en discusiones y se amputa la acción por tener problemas internos”.

Lacalle Pou incluso se preguntó si después de la presentación de las pautas salariales el PIT-CNT va a defender los intereses de los trabajadores o se va a alinear con el gobierno, como hizo durante la campaña.

Durante el encuentro se discutió un documento que traza la estrategia de Todos con vistas a los próximos cinco años.

¿Qué dejó esta deliberación? Vamos a conversarlo con el senador Javier García, del Espacio 40, una de las agrupaciones que conforman el movimiento Todos.

ROMINA ANDRIOLI (RA) —¿Cuál era el objetivo de este congreso del sector?

JAVIER GARCÍA (JG) —La consolidación del sector y su organización, porque nosotros como sector no sé si llegamos a dos años, nos creamos para enfrentar una elección interna, no existía el sector Todos. Es un grupo político que se conformó con la agrupación de diferentes sectores del Partido Nacional [PN] provenientes de orígenes diferentes para enfrentar la interna de junio de 2014, respaldando la candidatura de Lacalle Pou. Salimos de una elección y entramos en otra, no habíamos tenido el tiempo de darnos la organización, de nombrar autoridades nacionales, que lo hicimos ayer, con la creación de la Junta Nacional del sector. El proceso electoral duró casi dos años, terminó hace dos meses –los intendentes asumieron hace 20 días– y a dos meses de haber terminado un proceso electoral de dos años 500 compañeros y compañeras de todo el país nos reunimos durante un fin de semana en Trinidad para mirar para adelante y organizarnos.

Un detalle no menor: en la tarde del sábado hablaron 54 compañeros para analizar un documento que nos fue remitido 15 días antes, en el que se recibieron aportes vía electrónica, y se puso en común hablando medio centenar de compañeros, haciendo aportes, críticas, agregados, una cosa muy participativa para todos muy importante.

EC —¿Cuánto hubo en este congreso de análisis a propósito del resultado electoral, de la derrota frente al FA?

JG —Le diría que el análisis político fue desde el comienzo del sector hasta el proceso de mayo. Sin títulos pomposos aquellos de “autocrítica”, nada, analizando un documento, diciendo las cosas que creemos que hicimos bastante bien y las cosas que no hicimos bien, con absoluta transparencia, con todos los compañeros del sector de todo el país, y con un grado de respeto y fraternidad muy interesante. Yo lo decía el sábado: creo que después de tantos años en los que la vida política se inundó de insultos, en los que la calidad de debate político cayó tanto, en los que la mala palabra y la ordinariez muchas veces –desgraciadamente desde lo más alto del poder– era cosa común para descalificar al otro, poder tener la posibilidad de devolverle al debate político un tono constructivo, de debate, de ideas, la verdad que está bueno.

Yo me formé en la política con Wilson Ferreira, y él siempre decía: “La vida política es debate de ideas, no pelea de personas”. Me parece que eso es lo que enriquece. Todo ese proceso fue analizado con un agregado: un documento arriba de la mesa, y mirando para adelante, los temas demográficos, el cambio climático, la competitividad de nuestros productos, obviamente que la seguridad, la educación… todo esto a dos meses de haber terminado el proceso electoral.

EC —Se lo preguntaba teniendo en cuenta este comienzo que tiene la crónica de El Observador de hoy: “Lo que pasó, pasó; de poco vale ‘flagelarse’, preguntándose una y otra vez cuáles fueron las razones por las que el PN quedó 400.000 votos debajo del FA en las elecciones de octubre; y no se gana nada señalando a los responsables más o menos directos de la derrota del PN en el balotaje”. Es una síntesis de lo que habría sido el espíritu de muchos de los participantes del congreso.

JG —Seguramente sí, pero el resultado de las elecciones no lo cambiamos ni aunque estemos reunidos 365 días 24 horas, eso no se cambia más. Lo que podemos construir ahora es nuestro trabajo de estos cinco años y lo que viene, no quiere decir no ver las cosas que podemos hacer mejor. Tengamos en cuenta que nosotros nos enfrentamos no solo a un partido político, sino a un aparato de poder que manejó un volumen de recursos económicos, muchos de ellos de origen estatal, puestos al servicio de una candidatura. Fue un partido político, fue el movimiento sindical, fue el dinero del Estado, todo puesto a favor de una candidatura política que fue la del doctor Tabaré Vázquez. Nosotros iniciamos una campaña electoral un poco antes, con todo esto en contra, y con un dato que no es menor: tuvimos un poco más de una década –11, 12 años– de bonanza económica como no se recuerda en el último siglo. Son factores objetivos, no hay que enojarse con ellos, hay que analizarlos y saber que existieron.

También es verdad que cuando nadie pensaba que podía ser así renovamos al PN, pusimos una agenda de trabajo arriba de la mesa… Creo que sembramos mucho para el futuro cercano.

RA —Usted insiste en el tema de mirar hacia adelante. ¿Cómo se parará concretamente el sector en estos próximos cinco años? ¿Qué es lo que acordaron en cuanto a cuál será la estrategia, el camino a seguir?

JG —Insisto mucho en mirar para adelante porque si miramos para atrás mucho no vamos a ganar. A nadie le interesa mucho que nos detengamos en la tortícolis política, por eso es que miramos para adelante, nosotros tenemos una responsabilidad.

En el proceso electoral pasado nuestro sector político, Todos hacia adelante, se constituyó, no por decisión propia sino por respaldo popular, por votos, el sector más grande de todo el sistema político. Es un dato que realmente nosotros repetimos poco y ustedes los medios también. Siempre se decía: “el sector del senador [y ex presidente José] Mujica es el más grande”, bueno, eso sucedió durante tres elecciones de corrido, a unos pocos meses de haber constituido nuestro grupo en octubre del año pasado, el sector Todos hacia adelante se constituyó por voto popular en el sector político más grande, con más respaldo electoral, superando al sector de Mujica [el Movimiento de Participación Popular], que había tenido esta característica años atrás.

Por lo tanto ahora tenemos una responsabilidad: somos el sector mayoritario del partido mayoritario de la oposición, tenemos la responsabilidad de representar, en la porción que nos corresponde, a una porción de Uruguay que no votó al gobierno y nos dice: “Bueno, muy bien, ustedes representan otra visión pero también una alternativa”, porque cuando esa visión oficial se agote hay que tener una visión que la supla, que abra una esperanza diferente.

Esas dos tareas son las que hicimos el fin de semana: empezamos a marcar un rumbo, porque elaboramos un documento con temas de agenda que para nosotros son importantes. Uno cuando habla de cambio climático está hablando de trabajo de los uruguayos, vaya si ahora el cambio climático está afectando duramente al trabajo de los uruguayos, nuestros productos, nuestra productividad, nuestro trabajo. Cuando enfrentamos esos temas es porque estamos diciendo que hay que tener soluciones para ellos, para el estancamiento demográfico, para nuestra competitividad, es parte de nuestra responsabilidad de futuro. También, al lado de eso, es parte de nuestra responsabilidad enfrentar políticamente a un gobierno que se equivoca, que está inactivo…

RA —A eso iba mi pregunta: ¿cómo van a combinar esa apuesta a plantear los grandes temas para el país, que se señalan en ese documento, y por otro lado ejercer la oposición? Lacalle Pou, por ejemplo, insistió mucho en rechazar esa idea que hay de que en el gobierno está la propia oposición.

JG —Y bueno, porque ha sido una letanía, una fábula, construida políticamente. Voy a hacer una crítica, no a usted personalmente sino a algunos periodistas, que la han repetido sin analizar la realidad.

¿Desde cuándo el oficialismo es oficialismo y oposición? ¿Hay un solo antecedente de que el gobierno haya votado dividido?

RA —No, pero sí se menciona siempre el hecho de que los temas en la agenda de alguna forma los plantea el gobierno y la oposición surge también allí [en el FA].

JG —No, yo creo que es un error, con el mayor de los respetos. Esa ha sido una fábula que se ha repetido tantas veces que se ha convertido en realidad. Al fin de cuentas lo que importa es el resultado final: el gobierno siempre vota unido. ¿Sería concebible una oposición que fuera oficialista?, no, porque está en la naturaleza de las cosas. El oficialismo tiene tanta discusión como puede tener la oposición, lo que importa es el resultado final, que dice que votan todos juntos. En las interpelaciones se ha respaldado a los ministros, no importa lo que se diga. Va a pasar esta tarde: ¿o usted piensa que el oficialismo va a votar dividido hoy cuando ya todos saben que se robaron casi 20.000 balas en un cuartel?

Lo que pasa es que se ha montado eso y se ha repetido tantas veces que al final parece que, como tristemente recuerda la historia, una mentira puede transformarse en verdad. Vamos a ver qué se hace con la comisión investigadora, independientemente de lo que escriban algunos senadores en Facebook, ¿usted tiene alguna duda de que el oficialismo va a votar lo mismo?

Entonces, nuestro papel es el de ejercer el papel que nos dieron, la de contralor, y también la de propuesta. Como hicimos en estos pocos meses, le paso un dato no menor, matemático: nuestro sector político –son los datos de los que dispongo, seguramente nuestros compañeros de Alianza Nacional otro tanto más, y el Partido Colorado y el Partido Independiente también– en estos cuatro meses de gestión parlamentaria presentó 114 proyectos de ley, prácticamente uno por día; 71 pedidos de informe, lo que revela una de las partes más características de la actividad de contralor, uno cada dos días prácticamente; seis llamados a ministros a comisión solo en el Senado, donde somos seis senadores; dos comisiones investigadoras en cuatro meses, la del Fondo Nacional para el Desarrollo [Fondes], propuesta por el diputado Rodrigo Goñi, que obviamente el oficialismo votó en contra unánimemente en Diputados, y la que se trata hoy de ANCAP, propuesta por el senador Álvaro Delgado –ya veremos cuál es el resultado de la votación–; y dos interpelaciones en cuatro meses: el ministro de Economía [Danilo Astori] entra en comisión general [convocado] por Lacalle Pou y la que se va a realizar esta tarde por parte del diputado Jaime Trobo al ministro de Defensa [Eleuterio Fernández Huidobro].

Entonces: ¿dónde está, en este cuento repetido tantas veces, la oposición? La pregunta no es dónde está la oposición, sino dónde está el gobierno, que es el que no aparece.

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Transcripción: Andrea Martínez

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