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Nin Novoa: “No aspirábamos a tanto” con la visita a Brasil

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En entrevista con En Perspectiva, el canciller Rodolfo Nin Novoa dijo que las expectativas de Uruguay en el viaje a Brasil fueron “felizmente superadas” por la actitud del gobierno de Dilma Rousseff, que dijo que es prioritario para el Mercosur firmar el Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea.

EN PERSPECTIVA
Viernes 22.05.2015, hora 7.41

EMILIANO COTELO (EC) —“Antes de saludar a la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, en la rampa del Palacio de Planalto -sede del gobierno norteño­-, Tabaré Vázquez, se tocó el pecho a la altura del corazón con la mano derecha y sonrió. Sabía que ayer en Brasilia se jugaba una parada clave en busca de sumar a la principal potencia de la región como aliado para presionar a Argentina a legitimar la apertura del Mercosur”.

“Sin nombrar al vecino, los presidentes de Uruguay y de Brasil enviaron ayer sobre el mediodía una nueva señal al gobierno argentino de que avanzarán en el Tratado de Libre Comercio [TLC] entre el Mercosur y la Unión Europea [UE] a pesar de las resistencias del kirchnerismo. Tras la reunión de una hora que mantuvieron, la presidenta Rousseff afirmó que el acuerdo es una ‘prioridad’ en la agenda del bloque y Vázquez informó que hubo consenso bilateral para establecer ‘ritmos y velocidades de negociación’ para los socios que no quieran entrar en el corto plazo.”

Así empieza la crónica del periodista Gonzalo Charquero, enviado de El Observador a Brasilia, pero el tema está en las tapas de todos los diarios de esta mañana con grandes despliegues. Es, evidentemente, una de las novedades más fuertes de las últimas horas, tiene que ver con un asunto que hace tiempo que se discute en la región, una postura que Uruguay viene esgrimiendo, y para la cual hasta ahora no contaba con apoyo explícito de los grandes.

En línea está el canciller de la república, Rodolfo Nin Novoa. Ayer su colega Danilo Astori, que también participó en esta misión a Brasilia, dijo que había ocurrido un “hito histórico”, ¿usted comparte esa visión?

RODOLFO NIN NOVOA (RN) —Si, exactamente, la comparto. En realidad yo lo había dicho antes porque yo abrí la conferencia de prensa en el Aeropuerto de Carrasco. Allí dijimos, precisamente, que para nosotros era un hecho de suma relevancia e importancia lo que había ocurrido en Brasilia porque en realidad nosotros, en nuestro fuero íntimo, no aspirábamos a tanto. Nosotros íbamos a Brasil con la expectativita de fijar una fecha para el intercambio conjunto de ofertas y la presidenta Rousseff -y el gobierno de Brasil- dijo algo más que eso, dijo que era prioritario para el Mercosur fijar para este año firmar un TLC con la UE. Usted se puede imaginar que nuestras expectativas fueron, felizmente, superadas ampliamente.

EC —Había habido alguna señal ya. Lo habíamos comentado con usted mismo en una entrevista corta: el ministro de industria de Brasil, Armando Monteiro, había dicho a principios de mayo en el Parlamento de su país que el gobierno de Dilma Rousseff estaba dispuesto a revisar las normas del Mercosur que obstaculizan la negociación con otros países o bloques en forma bilateral.

RN —Si, en realidad quizás no haya que revisar nada en la medida en que podamos acordar el criterio de ritmos y velocidades diferentes. Ese criterio se viene aplicando en algunos casos especiales en algunos países de otros bloques que están en negociación con otros bloques. Por ejemplo la Confederación Andina de Naciones con la UE ha permitido adoptar estos ritmos, estas velocidades de manera diferencial, lo que ha permitido que Ecuador haya firmado hace poco, por último, este acuerdo con la UE. Como le decía, si adoptamos este criterio no debemos revisar nada. Me parece que lo que hay que hacer es aplicar ese criterio. Por las noticias que tenemos y por las listas de intercambio que se han hecho -porque ya hay listas de intercambio, sobre todo de bienes-, Argentina también está dispuesta a tener un TLC con la UE, lo único que al plantear, como lo está haciendo, una moratoria de ocho años para la aplicación del acuerdo está ya implícitamente plantado que quiere un ritmo y una velocidad distinta. Por lo tanto, yo veo muy auspicioso todo esto, me parece que la madurez de estos países, de estos gobiernos, ha llegado a un punto tal que nos permite ser ampliamente optimistas en materia de conseguir un resultado adecuado en beneficio de todos los países que nos permita acceder con nuestros productos a estos mercados que son exigentes y demandantes.

EC —A ese punto quería ir ahora. Pensando justamente en Uruguay, ¿cuál es la importancia?, por qué tanto interés en poder concretar este año el TLC con la UE?

RN —La importancia es por el acceso al mercado, Uruguay paga cerca de 600 millones de dólares en aranceles, un acuerdo de libre comercio para los principales productos de Uruguay -carnes, lácteos, granos-, nos permitiría ingresar con muchas mejores posibilidades, pagar menos aranceles, y por lo tanto tener una posibilidad de que esos precios se trasladen en la cadena productiva hacia atrás: hacia los productores, los distribuidores y trabajadores. Esa es la importancia de hacerlo. Que lo hagamos este año me parece, por cierto, que también es muy importante porque hace 20 años que estamos negociando esto y llega un momento en el que el desinterés asoma por algún lado, si uno sigue mareando con el tema de las ofertas, y presenta uno, y presenta el otro, y “no, primero ustedes”, “no, primero nosotros”, al final el interés decae y la indiferencia es la nota fundamental en estas negociaciones.

EC —En estos 20 años de negociaciones Europa en distintas ocasiones ha insistido en preservar de la competencia a su agricultura y su ganadería, los sectores que tendrían más para perder en la competencia, por ejemplo con productores uruguayos. ¿Qué pasa con ese capítulo?

RN —Ese es quizás el capítulo más sensible e importante para nosotros. Europa nos está diciendo que tiene una oferta de 96 % de su canasta de bienes y servicios, si ese 4 % que queda afuera es la carne -bovina, aviar, porcina, ovina-, los granos -trigo, arroz-, la manteca, leche en polvo o quesos, no es una oferta buena para nosotros. A partir de ahí comenzará una negociación que tendrá que tener como final un resultado satisfactorio para ambas partes. El 4 % que la UE está diciendo que se reserva para sí no pueden ser, naturalmente, los productos agrícolas. Me supongo que ellos comprenderán que nuestro principal interés es vender esos productos y no van a poner allí una barrera insalvable que nos impida firmar el acuerdo, porque ahí no lo firmaríamos, obviamente.

EC —¿Pero hay señales de una flexibilización del otro lado en ese capítulo?

RN —Nosotros en realidad no conocemos la oferta de la UE, yo por lo menos no la conozco. Sabemos las dificultades que hay con los productores franceses, polacos, irlandeses… pero, según he conversado con algunos embajadores de esos países que están en Uruguay, sobre todo de Francia, eso no sería un impedimento para firmar un acuerdo porque ellos flexibilizarían mucho esa canasta, ese 4 %, porque en definitiva es la posibilidad de que le lleguen alimentos más baratos, porque nosotros somos más eficientes en esa producción de alimentos, a los consumidores europeos.

EC —¿Y nosotros qué estamos entregando a cambio en esa negociación?

RN —No, todavía no la empezamos…

EC —Pero más o menos hay una historia, ya se sabe por dónde vienen las flexibilizaciones que nos reclaman a nosotros.

RN —No, la historia que yo conozco es lo que nosotros hemos ofrecido. En la última oferta que se hizo fue en 2004, hace 11 años, solicitábamos 315.000 toneladas de carne bovina y ellos ofrecían 100.000, nosotros pedíamos 250.000 toneladas de carne de ave y ellos ofrecían 75.000. Esas son las cosas, no sé cuál es la oferta de la UE, la conoceremos el día que fijemos la fecha para presentar las ofertas y ahí empezaremos a discutir.

EC —¿Pero nosotros qué estamos “entregando”? ¿Qué accesos estamos habilitando a productos europeos?

RN —Vamos a ver lo que nos piden ellos, no sé qué es lo que piden ellos, si serán compras estatales, si será tratamiento igualitario para inversores extranjeros e inversiones, no lo sé… La verdad que no conozco la oferta, entonces no puedo avanzar sobre este tema.

EC —¿Pero entonces cómo es que se plantea el objetivo de que el acuerdo se firme este año? ¿Es tan sencillo pensar que se va a lograr un entendimiento?

RN —No, no sé si será sencillo, es trabajoso pero hay que sentarse y conversar. Yo quiero ver la oferta de ellos, que no la conozco, cuando la veamos, la analicemos e intercambiemos, firmaremos si es el caso firmar. Me parece que es auspicioso todo esto que ha sucedido, después los detalles comenzaremos a discutirlos el día que fijemos la fecha para decir: “bueno, estas es nuestra oferta”, “y esta es la nuestra”, dirán ellos, bueno, vamos a intercambiar. Nosotros vamos a firmar acuerdos que beneficien a Uruguay, obviamente. También hay que decir desde ya que uno en una negociación no sale con todo lo que quiere sin dejar nada, por supuesto, pasó en el Mercosur, obviamente, por eso hay período de transición, por eso hay productos sensibles, por eso no es 100 % de la oferta, es 94 %, 92 %, 80 %, 85 %. Es todo un proceso largo que los negociadores uruguayos plantearán en las discusiones que se vayan produciendo.

EC —¿Hay ya un cronograma establecido?

RN —El cronograma es que en la reunión del 11 de junio en Bruselas entre UE y Mercosur vamos a fijar una fecha para presentar las listas de ofertas. En esa fecha, me supongo que será en setiembre, nos sentaremos, miraremos las ofertas y las discutiremos en el resto del año.

EC —Las trabas argentinas al comercio, ¿estuvieron en el diálogo entre las dos delegaciones ayer en Brasilia?

RN —Estuvieron, hay una preocupación y una voluntad de mejorar el comercio intrazona, lo que nosotros llamamos un sinceramiento del Mercosur, porque además las trabas las están sufriendo todos los países de la región. Yo he hablado con Paraguay, que tiene los mismos problemas, Brasil igual y nosotros también. Es parte de las gestiones que también tenemos que hacer para conseguir que efectivamente funcione en el Mercosur uno de los principales aspectos del Tratado de Asunción que es una zona de libre comercio, si no la verdad es que poco podemos hacer para tener éxito también en la otra tarea. Estas dos cosas tienen que ir bastante de la mano: el sinceramiento del Mercosur, como lo hemos hablado tantas veces, y el establecimiento efectivo de una zona de libre comercio conjuntamente con la sensibilización para realizar acuerdos comerciales con otros bloques.

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