Entrevistas

Viaje al Valle de las Lágrimas
Una forma de acercarse a la Tragedia de Los Andes

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Luego de una cabalgata de un día y medio que se adentra en Los Andes mendocinos se llega al Valle de las Lágrimas, donde en 1972 se estrelló el avión de la Fuerza Aérea Uruguaya que llevaba al equipo de rugby de Old Christians. Ricardo Varela, oyente de En Perspectiva, que realizó esta expedición este verano, contó cómo es acercarse "tímidamente" a la magnitud de la proeza de los compatriotas que sobrevivieron a la tragedia.

EN PERSPECTIVA
Miércoles 09.03.2016

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Antes de su salida al aire, Ricardo Varela relató la travesía en un correo electrónico que envió a la casilla del programa enperspectiva@enperspectiva.net.

Sr. Emiliano Cotelo:

Me lleva a escribir estas líneas el haber escuchado ayer el relato del oyente Jorge y su experiencia de supermaratón de 80 km, ya que pensaba que compartir algunas vivencias muy personales con usted y la audiencia podía ser interpretado como un alarde individual.

A fin del pasado mes de enero realicé un viaje esperado desde hace muchos años: llegar hasta el Valle de las Lágrimas en la Cordillera de Los Andes donde tuvo lugar la tragedia aérea mas grande de la historia de nuestro país. Se arriba luego de un día y medio de cabalgar alrededor de 30 km, atravesando verdaderos mares de piedra y trepando serpenteantes senderos en empinadas laderas, cuyo fondo es un curso de agua de deshielo varios centenares de metros mas abajo.

Pero cuando uno llega al lugar se da cuenta que lo que le ha tocado sortear es un picnic veraniego comparado con lo que aquellos compatriotas debieron padecer en su calvario de 72 días. Un día soleado que permite estar en mangas de camisa, bien alimentado e hidratado, acompañado de expertos guías y baqueanos, es un paseo estival a 3.600 m sobre el nivel del mar.

Las dos horas y pico que se permanece en el lugar, viendo las múltiples demostraciones que los visitantes dejan donde esta la cruz que marca la tumba común de los fallecidos, apreciando la magnitud de esas montañas que en esta época del año aún mantienen algo de nieve, apenas nos permite imaginar lo que debe haber sido sobrevivir semanas a temperaturas muy por debajo del punto de congelamiento, sin abrigo, rodeado solo de hielo y piedras en kilómetros a la redonda.

Conociendo la historia sabemos el error que cometieron al salir hacia el oeste buscando la salvación, pero en aquella situación y viendo el paisaje hacia el este, mas cercano a la civilización, no es nada claro que esa fuera una opción mejor. Solo el hecho que en ese lugar se inicia un valle, y que por lógica el camino no tiene otro destino que continuar descendiendo, puede llevar a intuir que esa salida puede llegar a ser mas ventajosa. Pero sin conocer como atravesar ríos torrentosos de agua helada que discurren entre acantilados de piedra, la tarea tampoco hubiera sido sencilla.

En definitiva se trata de una experiencia removedora para cualquier ser humano, pero que no permite llegar a dimensionar la descomunal hazaña humana que Canessa y Parrado llevaron adelante, y que desembocó en que se salvaran 16 sobrevivientes. Una experiencia recomendable para cualquiera que se haya sentido conmovido por lo que esos jóvenes hicieron, que es motivo de admiración y estudio en todo el mundo, y que es permanentemente desconsiderada dentro de los logros que ha alcanzado un grupo de compatriotas.

Ricardo Varela Estellano, de Suárez, Canelones

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Foto en Home Cruz en el Valle de las Lágrimas en homenaje a las víctimas de la tragedia de los Andes, febrero de 2006. Crédito: BoomerKc/wikimedia 

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