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Distanciamiento físico sostenido, la nueva premisa para el reinicio de las actividades

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Producción: Alejandro Rodríguez Dopico, Emiliano Cotelo

El Grupo Asesor Científico Honorario del Poder Ejecutivo discutió ayer con el presidente Luis Lacalle Pou la situación epidemiológica del país a raíz de la pandemia por el nuevo coronavirus.

La discusión giró, además, alrededor del informe elaborado sobre el panorama de reinicio de clases en los distintos subsistemas de la educación.

El reporte había sido entregado el sábado y discutido por teleconferencia el lunes. Pero ayer era importante conversar en persona los detalles del contenido, previo a que el gobierno informara públicamente su plan de retorno gradual a las aulas.

Al término del encuentro, el coordinador del grupo, el bioquímico Rafael Radi, explicó en conferencia de prensa que la situación en Uruguay es de “relativo control” debido a la baja tasa de transmisión del virus.
Junto a los otros dos miembros del equipo, el médico Henry Cohen y el matemático e ingeniero Fernando Paganini, detalló que por primera vez se registraron 12 días consecutivos con menos de 10 casos nuevos y que ello demuestra que las medidas de contención de la enfermedad han sido positivas.

De todos modos, advirtió que la situación puede cambiar si se abandonan los hábitos de prevención e higiene.

“Esto es como jugar en La Paz, a 4.000 metros, y estamos aguantando el 0 a 0. Estamos bastante contentos, pero nos pueden golear en tres minutos", graficó.

Para el grupo asesor, Uruguay puede continuar retomando otras actividades, pero siempre bajo un “estricto seguimiento”, “controles aleatorios” de Covid 19 y con “movimientos predictivos”, lo que constituye una “estrategia potente”.

En ese sentido, explicó que la educación está condiciones de retomar la presencialidad de manera gradual, de acuerdo a lo que resuelva el Poder Ejecutivo.

Suspensión de clases

¿Pero fue efectiva la suspensión de clases en las aulas?

Al detallar las consecuencias epidemiológicas que podría traer el reinicio de la actividad, Cohen sostuvo lo siguiente en la conferencia de prensa en Torre Ejecutiva.

Tenemos un intercambio científico muy importante con colegas del exterior y con el grupo que colabora con nosotros. Sabemos ahora que los niños enferman poco, se enferman levemente y transmiten poco la enfermedad. Si a eso le sumamos que las experiencias internacionales no demostraron que el cierre de clases fuera eficiente para disminuir el número de casos y quienes siguieron las clases no pudieron demostrar que fuera contraproducente, hoy tenemos la pregunta que contestar que es qué es lo que hay que hacer para volver a comenzar las clases”.

Desde el inicio de la emergencia sanitaria, el 13 de marzo, sólo 15 niños contrajeron el virus. Ninguno de ellos atravesó problemas graves de salud.

De todos modos, queda abierta la interrogante sobre si esto es suficiente para justificar el reinicio de las clases presenciales en las escuelas. ¿Por qué? Porque los niños y adolescentes están en permanente contacto con adultos, ya sea docentes, funcionarios y otras personas que forman parte de la comunidad educativa.

Pero Radi profundizó en el concepto que manejó Cohen:

La mejor evidencia que tenemos disponible hasta la fecha es que el impacto del cierre de las escuelas sobre el desarrollo de la enfermedad más bien es muy bajo. Eso confrontado a los impactos que tiene desde el punto de vista educativo, social, nutricional y de salud mental. En ese balance es que el gobierno tendrá que tomar decisiones. Nosotros nos hemos focalizado en la dinámica de transmisión en niños. Y ciertamente podemos decir que no es igual que otras enfermedades altamente contagiosas en niños, como puede ser la influenza. Se ha visto que el Sars 2 no tiene la misma dinámica de transmisión y por lo tanto se abre un escenario posible y de relativa seguridad para hacer una reapertura de los espacios educativos basado en cuatro pilares: progresividad, capacidad de regulación, capacidad de monitoreo permanente y la evidencia científica.

Nuevo concepto

El reinicio de las clases presenciales y de otras actividades deben sustentarse en un nuevo concepto, el distanciamiento físico sostenido, una premisa que en las redes sociales se promoverá bajo el hashtag #DFS.

¿En qué consiste? Sencillamente en mantener la distancia entre personas y que la exposición a terceros se prolongue, en lo posible, por espacios cortos de tiempo.

En ese sentido, Radi explicó que se recomienda una distancia de dos metros entre las personas cuando ambas se encuentran detenidas, de cinco metros cuando están en movimiento, por ejemplo al caminar, y de entre 10 y 15 metros cuando se transita en bicicleta.

La mejor manera de evitar el contagio es no frecuentar lugares cerrados y la proximidad con otras personas dentro de ellos.

“La cercanía entre personas y los tiempos de exposición son los que más nos pueden determinar un control de la enfermedad. A nivel mundial sabemos que más del 99,5% de los cluster de infección se han dado en lugares cerrados. Es muy poca la infección que se da en lugares abiertos, por lo tanto estimulamos al buen uso responsable del espacio público", explicó Radi.

Pero el distanciamiento físico sostenido es todo un desafío para los meses que vienen, durante el invierno.

"El gran esfuerzo nuestro tiene que ser lo que resta de mayo, junio y julio entero, y ver cómo estamos en agosto", manifestó, por su parte Henry Cohen.

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Foto: Rafael Radi, presidente de la Academia Nacional de Ciencias, coordinador del Grupo Asesor Científico Honorario. Crédito: Presidencia de la República

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