Agro

La Mesa Agropecuaria
Crisis por exceso de lluvias, la economía y su dependencia del agro y nuevos embarques de carne rechazados por EEUU

Facebook Twitter Whatsapp Telegram

MARCELO BONOMI (MB) —Yo diría que antes de la inundación ya había alguna alerta amarilla en algunos sectores, por ejemplo en la lechería. El sector arrocero también venía trabajando un poco en el límite de los márgenes, con excelentes rendimientos, pero de porteras hacia fuera un poco limitado. Y para la soja también, una caída de precios impresionante el año pasado, lo que determina que los que quedaban plantando eran o los dueños de campo o algunos que querían aguantar un año más a ver qué pasaba.

La cuestión es que creo que va a haber un grave problema de iliquidez. O sea, todo está puesto en los cultivos, que son los que más han sufrido porque justo les toca en el momento de levantar la cosecha, entonces alguien no va a cobrar. Hay una cantidad de dinero puesto, invertido, que no se va a levantar, por pérdidas, etcétera, y van a quedar cuentas impagas. Yo lo encararía por ese lado y ya me iría planteando un paliativo de criterios de financiamiento, comprar tiempo, tener en cuenta los plazos biológicos.

RD —Priorizarías el rubro agrícola.

MB —Soy ganadero, pero el rubro agrícola es el que más va a sufrir. Y también está asociado al rubro ganadero, porque en la zona este tanto el arroz como la soja están asociados a las pasturas, entonces sufrimos todos.

NELSON LARZÁBAL (NL) —Creo que lo primero es la parte humana de todo esto, porque están todos los afectados en Dolores, con su casa volada y todos sus bienes comprometidos, y hay más de 10.000 evacuados, gente que prácticamente perdió todo también. En todo el país: en San José, Durazno, es dramática la situación, y en otros lugares como Santa Lucía y pequeñas regiones hay una cantidad de gente afectada.

Dando por supuesto que están todos los comités de emergencia y todas las instituciones del Estado tratando de solucionar y dar solución lo más rápido posible esa situación, creo que lo productivo, la agricultura, hoy está sufriendo muy fuerte por estar muy comprometido un alto porcentaje de la cosecha que no se ha levantado.

El otro sector es la lechería, que ya venía muy complicada por el tema de la baja de los precios internacionales y la falta de demanda, porque gracias a la compra que hizo Venezuela se solucionó un poco el tema de los quesos que había en stock. El negocio con Venezuela fue muy limitado, está todavía con algunas carencias de cobro, pero dio mucho respiro, y hoy los precios siguen muy deprimidos y los productores estaban produciendo por debajo de los costos. Con esta situación se encarece muchísimo, porque hay que proporcionar comida extra, etcétera, no se puede entrar a las chacras, y el pastoreo directo es casi imposible. Eso hace que los costos se aumenten todavía, y es peor todavía la situación de la lechería.

EC —En El Observador salió una nota muy descriptiva de Blasina y Asociados a propósito de todo lo que implica esta situación que se está viviendo rubro por rubro. Y hablando de la lechería el apunte era: “El barro dificulta todas las tareas, hay vacas que ni siquiera pueden ser ordeñadas, lo que por ejemplo puede traer problemas de mastitis. Y aunque sean pérdidas difíciles de evaluar, llegan a un sector que ya no las puede soportar porque viene en déficit. Bajará la remisión lechera, subirán los costos”.

RD —Sí, Daniel Laborde, que es integrante del grupo, mandó un informe que se va a adjuntar muy descriptivo en la página web: “El barro en la lechería, más allá de que la remisión de leche no se suspendió, es algo caótico, no solo desde el punto de vista sanitario, sino desde el punto de vista de que la vaca lechera tiene que dar leche todos los días y para eso precisa comer y el ingreso a la comida está siendo realmente restringido”.

GC —En el rubro agrícola habíamos arrancado esta campaña con una tentativa de rentabilidad muy baja pero era una tentativa, la duda razonable, como dicen los abogados en los juicios, y perdimos toda chance con este evento, con lo cual se complicó realmente. Adhiero a lo que dice Marcelo en cuanto a que la cadena de pagos se ve bastante comprometida, porque obviamente mucho de lo que se hace se hace con financiación, ya sea de bancos o de entidades privadas, y no va a alcanzar lo que se levante, lo que se recupere, para cubrir eso.

Creo que primero que nada el sector tiene que saber que todo lo que es producción agropecuaria, que es a cielo abierto, ya tiene inherente una situación de problema que es el convivir con la naturaleza. La naturaleza es la que determina en gran parte el éxito o el fracaso, sobre todo en estas situaciones tan adversas, tan puntuales. Sabiendo eso, hay cosas que uno puede hacer o no hacer para determinar si el éxito o el fracaso tienen más o menos probabilidad. Hay cosas para hacer. Me enfoco un poco en lo que dijo Pablo al principio, que si se te cayó la casa o se te inundó y se te llenó de humedad, lo podés solucionar, pero si te quedaste sin trabajo, hay una altísima chance de que no lo puedas hacer ni aunque tengas ganas. Creo que hay que enfocarse en eso.

EC —¿Cómo se enfoca en eso?

GC —Creo que la forma de salir de un problema de producción es produciendo, no tiene mucha vuelta. Entonces lo que no podemos es decir me entrego, dejo, largo, bajo, salgo de la agricultura, vuelvo a la ganadería de los 50, dejo que venga pasto natural en los campos. Es algo viable, hay gente que está muy de acuerdo con eso. ¿Por qué impacta tanto este evento tan adverso, que no es el primero en la historia? Siempre se escucha que la inundación del 59, que la inundación del 2007, que el tornado de no sé cuándo. Ha habido eventos de estos antes. Pero hemos acelerado tanto, hemos potenciado tanto, hemos metido tanta tecnología, tanta innovación que cualquier evento adverso hoy genera mucho más ruido, mucho más movimiento que lo que generaba hace 50, 60, 70 años. Porque hoy hay 1,5 millones de hectáreas de agricultura versus las 200.000, 300.000 que había en el 59. Entonces el impacto en sí es muy importante.

Como prioridad hay varias cosas para hacer, pero como altísima prioridad, la generación de un sistema de financiación, crediticio, que no se corte esto que estamos haciendo, porque lo peor que podemos hacer es retroceder 40, 50 años, porque ahí vamos a tratar de tomar impulso y en realidad nos vamos a meter en el charco de barro que tenemos atrás y vamos a quedar empantanados.

Comentarios