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EC —Quedaron preguntas abiertas…
RD —Sí. A raíz del comentario de Gabriel: “Lamentablemente tenemos tanta dependencia”, la consulta es si es viable que el país diversifique su dependencia del agro.
GC —No sé, desde Hernandarias a la fecha no se ha encontrado otra actividad. ¿Qué puede ser? ¿Aratirí? Se hizo un avance con el tema de la forestación, pero también está relacionada con el agro. La verdad es que no tengo mucho para decir, no sé.
EC —¿Los demás tienen algo para decir sobre esa pregunta?
PC —Es un problema que no es del agro. Vivir del agro puede ser resultado de que una de las cosas que Uruguay hace muy bien, y eso lo demuestran 300 o 400 años, es la agropecuaria. Otras cosas se deberían hacer tan bien como estas y no funcionan. El otro día tomábamos el ejemplo de la granja, por qué la granja no podía aportar más que la soja; pero no es un problema de los sectores que funcionan bien, es de los que no se han desarrollado o no los han dejado desarrollarse. Por allí había un comentario de la audiencia diciendo como que ahora le piden al Estado, y ese ellos y nosotros no existe.
EC —[…] dice: “¿Ahora la culpa es del Estado que no creó un fondo de estabilidad o que tiene un sistema impositivo injusto para el agro?”.
PC —Eso no existe porque la realidad marcó que si le va mal al agro ese señor no sé si este año, pero capaz que el año que viene pierde el empleo. Y no es porque yo me ofendí porque no me trataste bien, es porque tenemos una sola cosa o dos –porque soy un gran admirador de los que hacen el software y esa industria–, o tres, para no ser injusto, que hacemos muy bien. Vamos a fijarnos qué hacen bien estos rubros para sobrevivir todo lo que han sobrevivido y apliquémoslo a lo demás. Pero es una pregunta por tablas, no es para nosotros que sí nos portamos bien.
EC —Pero lo cierto es que tenemos una economía altamente dependiente del agro que tiene además esa condición: depende mucho del clima, y en este caso, si estamos con clima en cambio, es un sector muy expuesto a contingencias como las que hemos vivido estos días, sean ellas consecuencia o no del cambio climático, pero con el cambio climático vienen este tipo de fenómenos.
[?] —Agrego una cosita breve. Se habla mucho de los 10 años, que fue notable para el agro, que era una cosa impresionante; el tema es que de esos 10 años en los primeros cinco o seis hicimos recomposición de capital. El agro estaba muy mal, estábamos sin alambrados, sin infraestructura, con vehículos viejos, tractores viejos, maquinaria vieja. No fue que nos metimos en el bolsillo todo eso, hubo una recomposición de capital porque en la década del 90 veníamos mal.
NL —Creo que es una gran ventaja ser un país agropecuario, que ha sido lo que le ha dado la característica a este país. A mí no me preocupa seguir dependiendo del agro, sin duda que hay que encontrar algunos mecanismos que ayuden a prevenir estos grandes eventos que pueden venir, siempre han venido, siempre ha habido sequía, siempre ha habido inundaciones. Parece que se hacen cada vez más frecuentes y tenemos que ir encontrando la forma de prevenir. Pero creo que este país y todos los uruguayos nos hemos desarrollado y hemos crecido con el tema del agro. Seguramente hay algunas cuestiones que no están tan bien, muchas veces nos comparamos con Nueva Zelanda, y allá las fracciones más grandes tienen alrededor de 100, 150, 200 hectáreas. Acá hay extensiones de 20.000, 30.000, 40.000 hectáreas desde siempre.
EC —¿Por qué mencionás eso?
NL —Porque la estructura de distribución de la tierra también hace que la dependencia que tenemos de esa estructura muchas veces dependa de una persona que administra una gran cantidad de hectáreas y no las hace suficientemente productivas para que esa riqueza se distribuya de una manera mejor. La distribución de la riqueza es fundamental en este tema.
RD —Unido a lo que dice Nelson, yo hice un contacto con Walter Baethgen, en la Universidad de Columbia, y respecto a la pregunta de diversificar la dependencia del agro decía: parece claro que un país con cerca de 70 % de dependencia –porque esas son sus ventajas comparativas– debería tener en este caso tres puntos: mayor inversión en calidad de información, esto es, un Inumet profesionalizado, con inversión en mediciones, con mediciones locales, no de otros lugares, sino las características propias del país; una inclusión del riesgo climático en los sistemas de producción cada vez más intensivos que estamos manejando, que son cada vez más intensivos, por lo tanto las consecuencias de avatares climáticos son más marcadas, y por último el tema seguros como política de Estado públicos y privados. Esas eran las tres patas claves que manifestaba Baethgen, que creo que es pertinente considerar hoy acá.
EC —Es discutible que esta pregunta deban contestarla quienes integran esta mesa, que están vinculados al agro, pero seguimos escuchando respuestas a la posibilidad de diversificar la matriz productiva.
GC —Yo dije lamentablemente porque considero que es algo prioritario. Que el Uruguay dependa de la agricultura solamente no es algo malo, pero en estos malos momentos y en un país tan chiquito nos compromete. Mi hermano trabaja en software y se habló mucho del software, de la promoción, pero cuando dijeron “tenemos que aumentar los anchos de banda porque precisamos más velocidad de subida, de bajada, movimiento de información mucho más fluido”, el gremio de Antel decidió oponerse a eso. Yo qué sé, son decisiones que si las vamos a tomar las tenemos que tomar en serio. Hoy desgraciadamente dependemos de lo único que sabemos hacer bien, que es esto. Me parece que es momento de ponerse los pantalones largos y encontrar otras cosas. Una marca de celulares muy famosa nació en un país del norte de Europa que pasa tapado de nieve más de la mitad del año. Se pueden hacer cosas, es fundamental hacerlas. No le veo ninguna virtud a depender del agro, más allá de que es lo que hemos sabido hacer durante tantos años y no nos ha ido tan mal. Pero tener otra alternativa sería algo fabuloso.
