La Rendición de Cuentas que ingresó el jueves pasado a la Cámara de Diputados prevé una batería de medidas para alcanzar una mejora fiscal de 460 millones de dólares anuales.
Recordemos las principales: El “corazón” del ajuste de las cuentas públicas son las modificaciones a las tasas del IRPF y al Iass con las que el gobierno prevé recaudar unos 335 millones de dólares.
Pero además se posterga para 2018, uno unos $ 1.500 millones de pesos en incrementos del gasto previstos para la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), la Udelar, la Universidad Tecnológica (UTEC) y el INAU, entre otros organismos; se eleva el tope de endeudamiento que ya se había incrementado en el último presupuesto; se topea los salarios de los funcionarios públicos que no podrán percibir una remuneración superior al 60% de la retribución total del Presidente de la República, y se restringe la cantidad de horas extras que pueden otorgarse en el sector público.
¿El paquete de ajuste fiscal preparado por el Poder Ejecutivo es suficiente o vendrán otros en el futuro?
Para la mejora fiscal que se busca ¿es posible otro modelo de ajuste por la vía de reducción del gasto y sin aumento de la presión tributaria?
Este fue uno de los temas tratados en La Mesa de economistas con Florencia Carriquiry, Juan Manuel Rodríguez, Juan Carlos Protasi y Alfonso Capurro.
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