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Debate, viernes 12 de mayo: Daniel Martínez y Gabriel Weiss

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EC —Profesor Weiss, ¿por qué tomaron esa decisión?

GW —Consideramos que el Uruguay es un Estado laico desde 1918, ya se van a cumplir 100 años de esa Constitución. La base de la laicidad es la neutralidad del Estado ante todas las religiones y cultos, el Estado debe tratar igual a todas las religiones y cultos. Y hay religiones que veneran imágenes y religiones que no veneran imágenes. Si nosotros permitimos que las que veneran imágenes se sigan instalando en la trama urbana, por ejemplo la cruz, la estatua del papa o la estatua de Iemanjá, que son la Iglesia católica y los cultos afro, estamos generando una asimetría y estamos inclinando la balanza hacia quienes pueden estar presentes en la trama urbana y no hacia quienes no van a estar presentes en la trama urbana por su propio credo. Nos parece que el Estado no debe sostener ninguna religión, no solamente en lo económico, que sí sostiene, porque exonera de impuestos. O sea que no es un Estado antirreligioso, si no jamás exoneraría de impuestos a los templos, colegios religiosos y sus vehículos. No puede sostener desde el punto de vista de darles da presencia [a algunas religiones] en la trama urbana, mientras que otras van a quedar relegadas de esa posibilidad.

EC —Edil Martínez, en la Comisión de Nomenclatura, que usted preside, el proyecto fue aprobado 4 a 3, con el voto favorable de tres de la oposición más uno escindido del FA. ¿Una primera consideración desde su posición con respecto a por qué sí?

DM —Obviamente adherimos al Estado laico, y entendemos que esta iniciativa de vecinos no traspone ni ofende ni obstaculiza la Constitución de la República. Hoy en la rambla de Montevideo, espacio democrático, está de manifiesto la pluralidad de imágenes religiosas y no religiosas, y entendemos que no está en juego la laicidad de nuestro Estado. Y nos pareció oportuno aprobar esta iniciativa por todo lo que está manifiesto en el documento y el proyecto que envía el intendente ingeniero Daniel Martínez.

Es una iniciativa espontánea, acá se narraban los antecedentes, cómo surgió ese pedido a la administración departamental. Es un expediente que tuvo un proceso de dos años dentro de la IM, dos años fue estudiado por técnicos, jerarcas, divisiones, Departamento de Planificación, y en ninguna de esas 18 vistas que tuvo el expediente, conjuntamente con la Comisión de Patrimonio del MEC, hubo observaciones negativas hacia la instalación de la imagen. Esto sumado a que la Comisión de Nomenclatura de la Junta envió el expediente a consideración de los gobiernos locales. Y el gobierno local y el órgano social, el Concejo de Vecinos, también se expresaron favorablemente.

RA —Algunos ediles del FA estaban dispuestos a autorizar la colocación de esta imagen de la Virgen. Por ejemplo, el arquitecto Mariano Arana, exintendente de Montevideo en dos períodos. Weiss, ¿por qué la bancada del oficialismo terminó resolviendo que este era un “asunto político” en el que había que votar en bloque por la negativa y por disciplina partidaria?

GW —No es así, voy a ser categórico. La bancada discutió el tema, y es cierto que el compañero edil hoy y dos veces intendente de Montevideo, Mariano Arana, manifestó su voluntad de aprobar esta iniciativa, al igual que su compañera de bancada, la edila Adriana Barros. El proceso de la discusión determinó que una mayoría muy amplia de la bancada estaba por la otra posición, con lo cual simplemente el compañero Arana se sumó, pidiendo –lo cual fue considerado– poder expresar que era un voto por disciplina partidaria, para sumarse a la posición de la bancada. No hubo ninguna imposición, no se declaró asunto político; para declarar asunto político hay que ir a la Mesa Política del FA, nadie fue a la Mesa Política del FA. Y ayer el edil Mariano Arana habló en la sesión, dijo que la sesión había sido enaltecedora, que había sido de muy buen nivel, y en ningún momento manifestó… Además todos somos libres, las expresiones en sala se pueden desarrollar y no fue lo que sucedió. El exintendente y edil solamente se manifestó con respecto al punto en que votaba por disciplina partidaria.

EC —Edil Martínez, terminó dándose un cambio de roles: el FA discrepó con el intendente y la oposición coincidió con el intendente.

DM —Tal cual. Esa es la particularidad que tuvo la sesión de ayer. Y son las lecturas políticas que quedan. Ayer se puso fin a un largo proceso de debatte y discusión ante una iniciativa espontánea, netamente popular, que ayer particularmente llevó a un cambio de roles. Casi la totalidad de la bancada oficialista dio su voto negativo, de alguna manera enmendándole la plana al intendente, porque no olvidemos que esto era un proyecto de decreto firmado por el intendente ingeniero Daniel Martínez.

GW —Lo cual ya tiene antecedentes en la Junta, porque en 1987 el intendente del Partido Colorado envió un proyecto de decreto a la JDM con 18 vistas, todas favorables, para que la cruz quedara instalada definitivamente en su actual ubicación, y la JDM no dio la autorización. El intendente tiene todo el derecho del mundo a expresarse y a expresar su voluntad, pero el Parlamento de Montevideo, la JDM, es la que discute y la que resuelve, y se necesitan 21 votos para poder autorizar imágenes o dar nombre a calles y avenidas.

DM —Sí, tenemos una visión contraria, porque las lecturas políticas son distintas. Nosotros recalcamos: lo que vimos ayer fue una fractura, una división, una falta de coordinación, porque en este largo proceso vaya si la bancada del FA, el intendente y los jerarcas de la administración tuvieron tiempo para coordinar, para discutir, para debatir y llevar alguna propuesta alternativa. Ayer al final de sesión algún edil del oficialismo manifestaba algo que compartimos: capaz que habría que haber plebiscitado esta iniciativa ante la ciudadanía, ante la sociedad civil; habría sido una manera distinta o por lo menos más democrática de resolver este asunto.

EC —¿Se descartó esa posibilidad? ¿La discutieron dentro del FA?

GW —Dos detalles. Primero, el plebiscito es un derecho que tienen los ciudadanos. Hoy los ciudadanos pueden comenzar a juntar firmas a los efectos de concretar sus aspiraciones. Nadie se va a espantar ni va a estar en contra de una iniciativa ciudadana.

Segundo, otro elemento son los espacios públicos, el uso permanente o el uso perentorio. Misas campales, procesiones, jornadas de oración a cielo abierto, actividades en las playas rituales, sí y mil veces sí, porque eso es la libertad de cultos y la libertad de expresión. Presencia permanente, para eso están los templos y los terrenos de las religiones, que están exonerados de impuestos por la Constitución de la República, lo que demuestra a las claras que el modelo laico uruguayo no es antirreligioso y nunca lo fue. En todo caso, podríamos discutir si es antidogmático. Esa sería otra discusión, pero no es antirreligioso.

DM —Sin pretender herir sensibilidad alguna y con total respeto al culto de todas las religiones, acá vemos una clara contradicción con relación, por ejemplo, a la colocación de la imagen de la Virgen Iemanjá. La Virgen Iemanjá fue colocada con la aprobación de una administración también frenteamplista, no tiene nada que ver con lo que acabamos de escuchar.

GW —Ni la cruz ni la estatua del papa. Me hago cargo autocríticamente de eso.

DM —La permanencia de la cruz del papa la resolvió el Parlamento nacional.

GW —La Junta votó en contra, no dio la autorización.

DM —El culto a la Virgen Iemanjá todos los 2 de febrero se convoca masivamente y esa convocatoria y ese homenaje no ofenden a ningún ciudadano de nuestro país. Tenemos a la Virgen ahí y no pasa absolutamente nada.

GW —No es un tema de ofensa, porque nadie se puede ofender. Si estuviéramos hablando de que alguien se ofende porque personas, hombres y mujeres, adhieren a un culto y practican los rituales del culto, estaríamos en una situación muy compleja. No es un tema de ofensas.

Cuando se aprobó, el 26 de noviembre de 1993, instalar la imagen de Iemanjá –invito a leer las actas–, hubo 24 votos en 26. Porque hay un detalle interesante: de 1990 a 2017 el FA jamás tuvo 21 votos en la JDM, es decir que siempre y en todos los casos precisó votos de la oposición para designar calles, avenidas o emplazar monumentos en el espacio público. En aquel entonces teníamos 16 ediles. Pero además, el FA siempre se avino, como corresponde, a votar propuestas que emanaran de la oposición sobre distintos puntos y temas, que podría enumerar. O sea que es verdad, tenemos una diferencia con el Ejecutivo comunal. No es para dramatizar, la vida genera contradicciones.

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