EnPerspectiva.uy

Entrevista central, 14 de octubre: Daniel Chasquetti

Facebook Twitter Whatsapp Telegram

RA —Tú decías que habría que pensar en modificar el reglamento, por lo menos lo de la extensión. ¿En otras partes del mundo se hace de manera más ágil? ¿Hay algo previsto en ese sentido? O esto era algo habitual en otro tiempo, en sus inicios, y hoy suena […].

DC —Por ejemplo, en los sistemas parlamentarios que son los inventores de las interpelaciones los primeros ministros tienen que ir quincenalmente o semanalmente a rendir cuentas ante el Parlamento y ahí se produce un debate. Normalmente el jefe de la oposición –por ejemplo en el Reino Unido, en España– interroga al primer ministro. En España, donde hay más de un partido, los líderes de cada partido interrogan al primer ministro; es un diálogo entre pocos, entre cuatro o cinco, y los demás observan. En Uruguay en su momento se valoró un modelo de ese tipo, en la década del 20, en 1928 se discutió fuertemente reorganizar los debates. Por ejemplo, un sector del PC, el batllismo, Luis Batlle, que en ese entonces era diputado, planteaba que hubiese un líder por partido político que encabezara la discusión con los ministros. Pero el PN no aceptó porque creía que se tenían que dar las más amplias garantías para que todas las voces pudieran ser escuchadas. Desde entonces tenemos un reglamento polifónico, todos los legisladores tienen el derecho a hacerse escuchar, no hay mecanismos de intermediación ni de concentración de la opinión en los liderazgos de los partidos.

Eso se podría cambiar, pero se necesita un acuerdo político. Cambiar reglas no es simple, porque todos tienen intereses, y debería haber un convencimiento colectivo respecto del error en el que se está incurriendo, y yo no creo y no veo que ellos estén observando este problema como lo estamos viendo nosotros desde afuera.

RA —De todas formas fueron varios los legisladores que cuestionaron lo que había pasado en la sesión pasada. Pero decís que de todas formas no hay voluntad.

DC —Si estás 14 horas encerrado ahí, no hay otra conclusión que decir “esto es muy largo, deberíamos pensar en acortarlo”. Pero para modificar el reglamento se necesita un acuerdo, una mayoría especial, y primero se necesitaría una propuesta, y no he escuchado que nadie proponga modificar el esquema o las estructuras de interpelación.

***

RA —Desde 2005, el FA gobierna el país con mayoría parlamentaria. ¿Percibís que a raíz de eso se ha dado un cambio en las instancias de interpelación?

DC —Sí, absoluto; son dos mundos distintos. Yo decía hoy que desde que el FA gobierna se han producido 55 interpelaciones y las 55 terminaron con declaraciones que expresaban la satisfacción por las respuestas dadas por el ministro. Pero en el período anterior, 1985-2005, en esos 20 años se produjeron 75 interpelaciones y solamente unas poquitas, 12, terminaron con una declaración de satisfacción con las respuestas del ministro.

RA —¿Qué era lo más común en esa época?

DC —Aproximadamente la tercera parte, 27, fueron declaraciones de insatisfacción. Hubo tres interpelaciones que terminaron con mociones de censura al ministro.

Comentarios