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Entrevista central, jueves 1 de diciembre: Ernesto Talvi

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EC —En esa línea de enfrentar lo social, de trabajar para recomponer el tejido social, una de las propuestas que ustedes manejan es la creación de 135 liceos modelo a ubicarse en distintos puntos del país. ¿En qué consiste?

ET —Consiste en cambiar el paradigma de gestión con una propuesta mucho más integral para que estos liceos públicos modelo no solo sean lugares donde se imparte conocimiento, un proyecto académico o pedagógico, sino que sean un proyecto de contención, donde los jóvenes reciban educación en valores, cuidado por el lenguaje, por el aspecto personal, aprendan el respeto por los mayores, por los profesores, la sana convivencia, la prevención del bullying y de la violencia social. Lugares donde se sientan cuidados, queridos, apuntalados, donde se integre a la familia para que se comprometa con el éxito académico de los hijos, pero que además empiece a contagiarse de los valores predominantes en la sociedad en el trato con sus hijos, aprender a estimularlos, a hablarles, a quererlos, que no se trata simplemente de comprarles el último modelo de championes Nike. Integrar a la comunidad en la propuesta, de manera que esto sea un proyecto académico, pedagógico, de contención para los jóvenes, un proyecto para la familia y un proyecto para la comunidad, de manera que se empiece desde allí a irradiar luz y a proyectar esperanza y futuro desde donde no los hay.

EC —Usted está muy involucrado en el liceo Impulso, en la dirección de la fundación que lleva adelante ese liceo en particular. ¿Está pensando en replicar esa experiencia?

ET —Estoy dando una mano en el liceo Impulso, en el consejo directivo, simplemente porque esto es una vocación de siempre, pero las personas que están llevando esto adelante con gran cariño, con gran sacrificio y con gran esfuerzo son el doctor Nicolás Herrera, que es el presidente de la fundación, y el director Fabrizio Patritti y su equipo, que durante 14 horas diarias de lunes a sábado están dedicados a la tarea de salvar vidas. Porque de esto se trata, de salvar vidas. Eso es otra parte importante del modelo de gestión.

EC —¿El modelo es el liceo Impulso o esto es otra cosa? ¿Cómo concibe estos 135 liceos?

ET —Los concibo funcionando con estas características. El liceo Impulso es una variante laica, gratuita, en este caso financiada con fondos privados. Nosotros proponemos que los liceos modelo sean públicos, porque la comunidad puede mostrar el camino, pero no puede resolver el problema, si no se movilizan recursos públicos, como se hizo en su momento para universalizar la educación preescolar en cinco años… Hoy Uruguay es ejemplo en el mundo de un programa exitoso en el que los niños de cuatro y cinco años que no estaban en el sistema ingresaron a él prácticamente en un quinquenio. Un país que fue capaz de distribuir un millón de ceibalitas en un período de gobierno y hoy es ejemplo en el mundo en los programas de Una Laptop por Niño y se viene a estudiar el caso. Esto es algo parecido.

EC —Usted casualmente propone que estos 135 liceos estén en la órbita del Plan Ceibal. ¿Por qué?

ET —Proponemos que estén en la órbita del Plan Ceibal o de alguna otra plataforma. Pero el Ceibal nos parece una plataforma adecuada porque es un plan que a nuestro criterio ha sido exitoso, que es no solo el reparto de laptops, sino también el uso de la tecnología para promover mejores resultados académicos, educación a distancia, entre otras cosas. Da gusto visitarlo. Funciona como una institución pública de derecho privado, entonces tiene una flexibilidad que no tiene la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP); la ANEP aunque quisiera no podría hacer el 80 % de lo que hay que hacer en estos liceos.

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