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Entrevista central, jueves 11 de agosto: Juan Mailhos

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EC —Pero esos lineamientos vienen del año pasado, y creo que la pregunta que le hacía Romina remite a consideraciones como la que publica hoy El Observador en la página 3: “Con la flexibilización de parte de la pauta salarial para mantener los lineamientos 2015 ahora en el segundo tramo de la ronda de consejos de salarios, los ajustes planteados se alinean con las nuevas proyecciones de inflación que el equipo económico envió en el último proyecto de Rendición de Cuentas. Proyecciones que muestran correcciones importantes respecto a lo que el propio gobierno manejaba el año pasado cuando definió las pautas. Además de reducir su estimación de crecimiento económico a la mitad de lo que se había estipulado para el final del actual período de gobierno, el Ministerio de Economía elevó las proyecciones de inflación promedio para cada año y redujo la expansión del crecimiento del salario real. A modo de ejemplo, en la Ley de Presupuesto, el año pasado, se había fijado una inflación promedio para 2016 y 2017 de 7,6 % y 6,3 %, respectivamente, mientras que ahora en la Rendición de Cuentas esos guarismos pasaron a 9,9 % y 8,4 %”. ¿Qué dice de esta lectura?

JM —El tema inflacionario no es lo que está en discusión, porque en todas las pautas, en aquellas y estas, están los correctivos por inflación. En realidad la modificación esta viene a adelantar el aumento para el sector trabajador. Eso no lo compartimos y habríamos preferido que quedara tal como estaba previsto en las otras pautas. Una vez más, parecería que el Poder Ejecutivo se equivoca con sus proyecciones tanto inflacionarias como de crecimiento, y una vez más el que paga los platos rotos es el sector empresarial.

La flexibilidad sí, somos siempre partidarios de la flexibilidad, porque la realidad es muy heterogénea en los sectores. Pero no hay que olvidar que eso queda en el margen de la autonomía de la voluntad de las partes y no en este piso reglado que tenemos y que de hecho nos está subiendo la plataforma inicial de negociación, porque este no es el cerno de la negociación. La negociación de aquí en más es sobre los planteos de las plataformas reivindicativas que con seguridad el movimiento sindical nos va a presentar, como lo ha hecho siempre. Deberemos analizarlo, pero ya con un piso que se incrementa en un 1,5 % y por la diversidad y heterogeneidad de los sectores que van a negociar, a algunos no les significará mayor dificultad y a otros les agravará las dificultades que ya están padeciendo.

EC —Una lectura que se hace esta mañana en algunos análisis es que para el gobierno, en tren de flexibilizar, era mejor una medida como esta que aceptar el planteo principal del PIT-CNT, que era modificar el período en el que se aplican los correctivos por inflación. El PIT-CNT estaba reclamando que los ajustes por IPC fueran anuales, y eso no se tocó, van a ser cada dos años o eventualmente cada 18 meses.

JM —Sí, pero eso se va a tocar, porque va a ser parte de la plataforma reivindicativa del PIT-CNT, y habrá sectores empresariales que podrán adelantar el correctivo de inflación y habrá otros que no. Alguien podrá decir que un 1 %, un 1,5 %, no es nada, que es mucho, poco o regular. El problema es que no es solamente esto. Si nos planteáramos negociar un acuerdo que solamente contemplara estas pautas con un 1 % más y cerrar la negociación allí, podríamos decir que no es tanto, es mucho, poco, que respeta, no respeta las proyecciones de inflación, lo que fuere. Pero esto es el piso, de acá para adelante vamos a tener reivindicaciones como aquellas a las que ya nos tienen acostumbrados, de reducción de jornada laboral, aumento de la prima por presentismo, prima por antigüedad, cambio de categoría, licencias especiales, mayores licencias sindicales, aguinaldos extra. En fin, la plataforma va a venir bien surtida y la negociación va a arrancar con un piso superior al que estaba previsto y que les va a generar más dificultades a quienes ya las tenían incluso con los lineamientos que hoy son modificados.

RA —Es importante eso que usted plantea de este nuevo piso que se presenta con la nueva propuesta, porque hay quien podría decir que de alguna forma esta decisión del gobierno lo que hace es convalidar algo que se estaba dando en los hechos, que es que trabajadores y empresarios en muchos casos ya estaban acordando por encima de las pautas oficiales.

JM —Claro, pero no queremos que sea todo tan reglado. La verdadera flexibilidad es la que se logra en los acuerdos genuinos que hacen los actores sociales, que son los involucrados en esto, allí tenemos la más amplia flexibilidad para interpretar la realidad del sector. Lo que nos parece mal es que en esta negociación, que es tripartita, el Poder Ejecutivo meta el dedo en la balanza y aumente lo que él ya mismo había previsto como base de negociación. Y lo mismo pasa con la modificación que se hace respecto a los salarios sumergidos, cualquiera podría decir $ 14.000, $ 15.600. Exactamente, pero esto va a implicar que se sobrepasen y se empujen categorías que de repente están muy poco por encima de estos guarismos y se empiece a estrujar la estructura de categorías existente.

RA —¿Qué interpretación hicieron ustedes de lo que anunció el gobierno en torno a los salarios más sumergidos? ¿En qué medida cambia lo que estaba previsto?

JM —Entendemos que cambia porque se establece una indexación que no estaba prevista, y aun así todavía no sabemos si sobre esos salarios indexados se va a aplicar el aumento adicional que estaba previsto para las dos categorías de sumergidos, hasta $ 12.000 3,5 % y hasta $ 14.000, 2,5 %. Si a esto se le aplica el IPC, ya estamos en guarismos que se van un 10 % encima. O sea que se va a $ 13.000 y pico y $ 15.600 para las dos categorías de salarios sumergidos, y si a eso encima le aplicamos el aumento diferencial, estamos en una situación que cambia sustancialmente la estructura de categorías y de costo para las empresas.

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