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Entrevista central, jueves 11 de agosto: Juan Mailhos

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RA —Estaba mirando algunas repercusiones de este anuncio en el propio equipo económico. Ayer el ministro Astori salió a decir “esto es un acuerdo que se logró con el presidente de la República” y se manifestó en línea: “Esta decisión sigue la flexibilidad de los acuerdos a dos o tres años, sigue también lo de los incrementos nominales”, de prever estas situaciones que diferencian aquella que está creciendo de la que no está creciendo, permite adaptarse a la situación sin cambios respecto a lo que había antes. “Es lo que me lleva a decir que no comparto el juicio de que estos cambios pongan en riesgo el empleo. Es más, uno de los objetivos del gobierno es justamente no poner en riesgo el empleo”. ¿Cómo ven ustedes esto? ¿Hay posibilidades de que a raíz de esta flexibilidad, de este nuevo piso en la pauta, se pongan en riesgo puestos de trabajo?

JM —Primero, yo no voy a editorializar los dichos del ministro Astori, porque no me corresponde. Nosotros damos nuestro punto de vista, decimos que hay un cambio de las pautas, decimos que esto genera dificultades para amplios sectores del comercio de servicios, decimos que hay guarismos dados por el propio Ministerio de Economía en cuanto a la cantidad de puestos perdidos en lo que va de este año, decimos que hay mayores niveles de seguros de desempleo. Lo que vivimos como realidad empresarial es que hoy los empresarios, por lo menos del sector comercio y servicios, se cuestionan mucho a la hora de contratar un empleado más. Y eso es un problema, porque está impactando sobre la base de la generación de nuevos empleos, que es otra de las cuestiones que hay que medir y que tiene que ser preocupación de todos. Esto en definitiva modifica las pautas cuando la ronda ya está en marcha, han suspendido la convocatoria por 40 días pero la ronda ya está en marcha, con lo cual es un cambio en las reglas de juego con la ronda iniciada, y eso nos parece mal. Es un cambio que se hace exclusivamente atendiendo las posturas del sector sindical, no se consultó ni se analizó cuál era la postura del sector empresarial, y eso genera dificultades para aquellos sectores que ya las tenían y se las aumenta. Eso es lo que ayer salimos a manifestar.

No quiere decir que no vayamos a concurrir con el ánimo de generar los acuerdos, pero esto nos genera una dificultad adicional. Además también hemos dicho, a través del comunicado de ayer, que vamos a convocar a los empresarios del comercio y de los servicios para analizar con ellos cuál tiene que ser la estrategia en esta negociación. Decimos también que venimos atrasados en la convocatoria, los lineamientos establecen que las negociaciones deben culminarse en 90 días, y vamos a ser muy estrictos en la aplicación de ese lineamiento. De lo contrario vamos a estar cerrando acuerdos en diciembre o pasado diciembre, que son fechas muy complicadas para el empresario en general, porque además de tener que pagar eventualmente retroactividades, además de tener que pagar incrementos salariales, va a tener que pagar los aguinaldos. Es un período del año muy complicado.

EC —¿Qué quiere decir eso de que van a ser muy estrictos en cuanto al plazo? ¿Cómo lo van a manejar?

JM —Lo vamos a computar y vamos a pedir el plazo, y después se verá la actitud a tomar en aquellos sectores en los cuales no se cumpla ese plazo o se extienda.

EC —¿Qué puede implicar eso?

JM —Puede implicar varias cosas. Puede implicar hacer una propuesta final y de lo contrario solicitar la votación. Puede implicar algunas actitudes que en general no hemos tomado pero que de repente hoy conviene empezar a tomar.

EC —¿Avizoran mayor conflictividad, que a partir de un gesto como este que tuvo el presidente de la República se distienda efectivamente el vínculo PIT-CNT-gobierno, pero el eje de las medidas de lucha pase a darse sector por sector con las empresas?

JM —Creo que las dificultades de relacionamiento entre el PIT-CNT y el gobierno siempre se resuelven con conflictividad para el sector privado. En este caso estamos hablando de los temas salariales, con lo cual sabemos que en esto somos cartones ligadores. No es un tema que nos preocupe mayormente, porque reconocemos la identidad ideológica que hay entre el PIT-CNT y el gobierno desde hace muchos años, así que no es una cuestión que nos genere ni extrañeza ni que nos preocupe más de lo que nos ha preocupado durante todo este tiempo.

EC —Una última pregunta a partir de lo que plantean los oyentes. Juan, que manda su mensaje de texto y cuyo celular termina en 291, pregunta: “¿No puede ocurrir que las nuevas pautas, estas que ayer dio a conocer el Poder Ejecutivo, dinamicen el mercado interno, que tengan un efecto de ese tipo y que por lo tanto terminen siendo beneficiosas en definitiva también para el comercio?”.

JM —Sí, en esto no estamos en contra de nadie. Nos encantaría que todo el mundo ganara lo que quiere, que lo volcara al mercado interno, porque las empresas podrían pagar los salarios y demás. Pero esta concepción de volcar al mercado interno viene con el componente ideológico de generar mayor consumo interno, de volcar también dineros públicos a la economía interna, de fomentar el gasto público a través de obra pública, una cantidad de cosas. El soneto es más complejo. Nosotros creemos que sí hay que dinamizar el mercado interno, pero la salida del país no se puede limitar exclusivamente al mercado interno. Hoy estamos en un brete mercosuriano, estamos con análisis de estrategias que nos permitan una apertura al mundo vinculada a apertura de mercados para poder colocar nuestra producción, nuestros excedentes, lo que sea. Nosotros vemos la salida, la generación de mayor riqueza y de mayor posibilidad para todos los uruguayos, en una apertura económica y no en cerrarnos a exclusivamente un consumo interno que en definitiva es muy acotado, por sus dimensiones, y que no nos permitiría un desarrollo mayor o más adecuado o mejor para todos los uruguayos.

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Transcripción: María Lila Ltaif

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