EC —Vayamos a lo que ustedes están solicitando. ¿Cuál es la fórmula en la que piensan? ¿Qué papel debería jugar el Estado en esta situación?
RB —El planteo es reunir una delegación de las gremiales lecheras con el presidente Vázquez, plantearle la situación productiva en que estamos hoy los productores en cuanto a la sequía, en cuanto a los precios y en cuanto a […] las perspectivas, que son muy negativas, y cuál es la diferencia entre contar con estos fondos y no contar con ellos. Sobre todo las consecuencias de que aparezcan estos fondos de los productos que ya se exportaron pueden ser muy importantes.
EC —Concretamente, ¿cuál es la fórmula? ¿Qué debe hacer el Gobierno?
RB —Le vamos a plantear que haga un adelanto de los pagos.
EC —El Gobierno debe adelantar el dinero y después encontrar la forma de cobrarle al Gobierno de Venezuela.
RB —El planteamiento de las gremiales, una vez que logremos la entrevista con el presidente Vázquez, va a ser el pago a cuenta de los pagos de Venezuela, de los saldos que faltan de los productos que ya se exportaron, tanto en cuanto a leche en polvo como a queso, que ascienden a US$ 90 millones, aproximadamente. Le vamos a solicitar que nos adelanten esos pagos y después el Gobierno de Uruguay cancele con Venezuela.
EC —Algunos de los mensajes que llegan van en línea con lo de Vallcorba. Por ejemplo, dice Sergio: “Si el Estado cubre la deuda con Venezuela, otra vez pagamos todos los uruguayos. ¿No sería mejor y más serio que el dinero en todo caso lo adelantara el Banco República, que fuera un crédito a pagar cuando Venezuela a su vez saldara su compromiso? La población no puede asumir más gastos”.
RB —Es que nosotros creemos que no lo tiene que asumir la población. Si hay una desconfianza de que el Gobierno en que Venezuela no pague, cuando se hizo ese negocio eso estaba arriba de la mesa. Hicimos el negocio con una señal de tranquilidad firme del Gobierno y resulta que ahora no tenemos la seguridad de cobro. Creo que la palabra del presidente es lo que tiene validez, es importante.
EC —Está en comunicación también Rosanna Dellazoppa, coordinadora de La Mesa Agropecuaria de
ROSANNA DELLAZOPPA (RD) —Usted habló de sostener el sector funcionando. Sería interesante que comente por ejemplo cuántas familias hay detrás de todo esto.
RB —El sector hoy son casi 4.000 productores de leche, de los cuales el 70 %, 80 % son productores familiares, trabaja la familia. Hay unas 20.000 personas involucradas directamente, funcionarios que trabajan, empleados, y si uno va más allá y suma la parte de servicios, proveedores y gente involucrada indirectamente, nos vamos a 70.000, 80.000 personas. Toda esa cadena va a ser fuertemente afectada porque lo que está en juego para mucha gente es si seguir con los tambos o no. No se está solicitando que se le regale nada, solamente que se le adelante la plata de algo que se acordó que se iba a vender y se iba a cobrar. Tengo la esperanza de que el Gobierno de Uruguay, vía los presidentes, pueda cobrarle la cuenta a Venezuela. Pero hay mucha gente involucrada en esto y va a haber un problema económico y social fuerte en el sector si empiezan a caer los tambos.
EC —El expresidente José Mujica ha hecho un planteo muy similar al de ustedes, y hoy en Búsqueda dice que “la necesidad esta de que el Estado tire una piola al sector es para evitar la liquidación de tamberos, porque los fierros y las fábricas son lo de menos, todo se sustituye, pero lo único que no se sustituye es el loco que trabaja sea domingo o sean las 5 de la mañana. De esos quedan muy pocos en este mundo y hay que cuidarlos como el oro”.
RB —De eso se trata, es lo que le manifestaba al principio, acá lo importante no es la industria, sino los productores que están detrás de la industria; en realidad la industria es un par de ladrillos, sin la leche no tiene valor ninguno, y la leche se genera en el sector primario y a través de los productores. Justamente, hay mucha gente pensando en dejar la actividad porque si para producir usted necesita $ 10 pero por lo que vende recibe $ 9,50 y todavía no se lo pagan, es muy difícil soportar un período de tiempo muy prolongado. A pérdida podemos trabajar un tiempo, de hecho los productores históricamente estamos acostumbrados, porque sabemos que después se recompone la situación y lo que se perdió un tiempo se gana al siguiente. Ahora se ha resistido porque tuvimos unos años de bonanza importante en que el productor invirtió mucho y generó ahorros que han permitido soportar esto. Si no, estaríamos ya en una situación bastante comprometida. Los ahorros ya se han terminado, no queda más y tampoco se puede vender y todavía no cobrar. De eso se trata, si no hay una señal clara los productores van a dejar la actividad, van a embarcar las vacas a frigorífico, se van a descapitalizar los predios y eso es nefasto para el sector primario.
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Transcripción: María Lila Ltaif
