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Entrevista central, jueves 14 de setiembre: Óscar Andrade

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EC —Vamos al capítulo B, “Capacitación y mano de obra”. ¿Qué destacan ahí?

OA —Que tenemos ventajas. Si habrá cambiado Uruguay que cuando se instala la primera planta todavía no teníamos ni siquiera categorías en el montaje electromecánico. No teníamos una categoría que dijera instrumentista, una categoría que dijera qué tiene que hacer un cañista, recién las aprobamos a fines del 2008. Cuando la construcción de Montes del Plata, la segunda planta, también corríamos con una desventaja, que habíamos aprobado categorías muy recientemente cuando se inicia la planta, entonces no teníamos historia laboral que vos pudieras pararte en la obra y decir “yo hace 10 años soy cañista” o “hace cinco soy instrumentista”, por más que lo fueras. O hace tantos años son montajista electromecánico especialista en planos isométricos, o hace tanto tiempo que soy soldador categoría 18 combinada. Entonces lo primero que pasó es que no teníamos registro documentado que permitiera a la mano de obra nacional la mejor participación.

Lo segundo que pasó fue que, por suerte, la condición económica dio que tuviéramos unas cuantas obras: la primera planta de celulosa, el aeropuerto, la segunda planta de celulosa, la refinería de La Teja, hoy la central de ciclo combinado, con una demanda alta de este tipo de especializaciones continua. Eso nunca había pasado en Uruguay, en Uruguay tenías una experiencia del proceso de la refinería y después un proceso de 15 años para atrás, que no te permitía continuidad de la mano de obra. Lo primero que queremos hacer con esto es un registro nacional, no para inventar, sino para decir que tenemos documentada la posibilidad de mano de obra nacional, para que las empresas extranjeras también… Y en todo caso hacer esfuerzos en la formación profesional que permita la mayor participación posible de mano de obra nacional.

EC —Ese es todo un tema, los porcentajes.

OA —Es un problema.

EC —Cuando estos asuntos referidos a la mano de obra se negocien específicamente en el convenio colectivo, ¿qué va a reclamar el Sunca en cuanto a la contratación de mano de obra local?

OA —Lo que hicimos en la última negociación colectiva fue tomar círculos concéntricos, cuando estábamos en Montes del Plata. Dijimos: lo primero es Colonia, priorícese la mano de obra del departamento, después de la región y después a nivel nacional.

EC —Y después está el problema de los extranjeros.

OA —¿Por qué lo vamos a hacer en este caso? Porque no tenemos nada contra un trabajador de otro país, es más, diariamente estamos asesorando a trabajadores haitianos que han venido muchas veces sin ninguna documentación, sin conocer el idioma, a trabajadores colombianos. El trabajador es un trabajador. Cuestionamos la condición en la que se los trae, no al compañero, el compañero no elige venir por la mitad del sueldo y en negro, ahí el problema es la empresa. Y toda nuestra solidaridad con esos compañeros. Pero esta es una inversión que está en régimen de zona franca. Ese régimen le permite no pagar impuestos y le exige una contrapartida: que el mínimo de personal nacional sea el 75 % en cada empresa que se instale. No tendría sentido que se le otorgue el régimen de zona franca y ni siquiera se lo obligue a cumplir el mínimo de los porcentajes que la ley establece. Porque en definitiva se le da el régimen de zona franca porque es muy importante la participación de mano de obra local.

EC —¿Esos porcentajes valen para la obra también?

OA —Sí, claro, son para la obra. La obra arranca en zona franca y cada empresa tendría que tener esos porcentajes. Esos porcentajes se corren cuando no tenés mano de obra nacional. Ahí ¿qué vas a hacer?, contra clavo no vas a pasar. Pero –y esto no es menor– los mecanismos de control estatal institucional que existen para esto son muy laxos. ¿Cuál fue un conflicto que tuvimos en Montes del Plata? Hubo una empresa que hacía el montaje de andamios alrededor del proceso de montaje electromecánico que vino a la dirección de zona franca, donde hay un muchacho que está sentado en una oficina, que no sabe nada de obra, y le dice: “Preciso un 90 % de andamistas extranjeros”, “¿Precisás?”, “Sí, preciso”. Te firma. Entonces de golpe puede traer, como pasó, un 90 % de andamistas extranjeros. Cuando fuimos a hablar con la dirección de zona franca dijimos: “Pero ¿cómo vas a pensar que no hay compañeros acá que sepan armar andamios?”, y él te dice: “Yo no sé nada de la construcción”. Es un trámite administrativo ese. Como hoy tenemos eso regulado por trámite administrativo, lo que queremos es que sea parte de la negociación colectiva. Y después tuvimos casos de empresas que venían con mano de obra por fuera del laudo… Se trancó eso. Hubo una circunstancia conflictiva, después se armó una bolsa de trabajo y después se respetó la mano de obra nacional, después del conflicto. Nosotros no quisiéramos tener un conflicto por esto.

EC —Pero eso no está escrito ahora, en este acuerdo marco.

OA —No, lo que está escrito es una referencia que habla de la formación para la mayor participación de mano de obra nacional posible, en los primeros considerandos. Ahora, eso no es la bolsa de trabajo, allí dice formación profesional para tratar de maximizar la posibilidad de mano de obra nacional y local. Una vez que lo desarrollemos vamos a defender que estamos hablando de ejemplos de estas características.

EC —Pasemos al capítulo C, “Transporte, alimentación y vivienda”.

OA —Un gran lío ahí, ahí también avanzamos. Voy a poner un ejemplo. Si vas a la normativa general, la empresa no tiene obligación de prever vivienda ninguna. La empresa puede tomar gente a pie de obra, y cuando lo hace, abre una oficina en la obra, dice “acá vengan a trabajar” y el trabajador que va tiene que resolver como puede su vivienda. Eso pasó en la primera planta de celulosa. No es ilegal, porque la empresa tiene que prever vivienda cuando traslada a un trabajador, estás trabajando en Montevideo y te traslada para Tacuarembó, tiene que preverte el tema de la vivienda. Pero cuando te contrata en el lugar, no tiene por qué prever el tema de la vivienda. Eso pasó en Fray Bentos. ¿Y qué pasó? Los alquileres pasaron de 10 a 100 y tenías que alquilar entre 40 trabajadores una casa. Yo vi trabajadores durmiendo uno al lado del otro en un living, recontrahacinados.

Esa circunstancia la logramos resolver antes en Montes del Plata. Y tuvimos los barracones, que tuvieron alguna dificultad al arranque –yo viví en ellos–, pero después logramos que tuvieran cuestión deportiva, cuestión cultural, los almacenes, reglas de convivencia, asambleas para convivencia interna…

EC —Y no estaban todos ellos al lado mismo del obrador.

OA —No; en Carmelo vivíamos cerca de 2.500 y había otros que estaban más cerca del obrador, donde vivían unas 800 personas.

EC —Ahí aparece el otro factor, el transporte.

OA —Pero descomprimió el tema de tener vivienda. Porque el trabajador que está desocupado va y se queda en una carpa igual. Estoy desocupado, quiero entrar a la planta, en general son plantas que ofrecen un nivel salarial por encima del promedio, y el transporte es otro problema. Nosotros tuvimos al principio mucho riesgo de siniestro con el tema del transporte, no era siniestro en el trabajo, sino que salían 150 ómnibus en zonas que a veces no estaban del todo iluminadas las indicaciones, con trabajadores desesperados por subirse, por salir, y ¿quién va para qué localidad? Salían ómnibus para distintas localidades, muchos que iban para zonas de Colonia… El tema del transporte fue un problema, pasó a ser un problema. ¿Qué pasaba cuando un ómnibus se rompía? Después logramos un convenio general en la planta que tuvo ingreso de personas con discapacidad, ingreso de mujeres jefas de hogar, convenio con el INAU, se generó una colecta solidaria para apoyar instituciones… Se generó extensión, trabajamos en la reconstrucción y mejoras de escuelas de la localidad. O sea, después se generó un convenio colectivo general en la obra.

EC —Están pensando en algo de eso para esta oportunidad también.

OA —Sí, claro, vamos a pretender que en esta obra participen mujeres jefas de hogar, participen personas con discapacidad, que haya un cronograma de extensión para dejarle a la localidad cosas. Eso lo saben los finlandeses porque lo hemos planteado desde la primera reunión. Pero eso va a ser cuando tengamos los trabajadores en la obra, tengamos los delegados y tengamos posibilidades de cerrar un convenio.

EC —¿Cómo sigue esto entonces, a partir de lo que se firmó esta semana?

OA —Los que van a estar convocados ahora son los ámbitos de protocolo sobre cada una de las áreas. Y supongo que van a ir avanzando en la medida en que vaya avanzando la decisión de la inversión. Es más sencillo poner cabeza, trabajo… Porque también la generación de expectativa es un búmeran. Te pongo un ejemplo que para nosotros fue aleccionador, no es porque sea el único; de hecho, Aratirí no se concretó. Cuando el puente Colonia-Buenos Aires, nosotros sindicato estábamos a favor de la construcción de ese puente, y hubo compañeros, porque la decisión iba, iba, iba, que fueron a instalarse con una carpa a esperar que se abriera la oficina para anotarse. Y después no se instaló. Para el compañero que hoy está desocupado la expectativa es un problema, entonces también hay que manejarla con cuidado, decir “viene madurando una decisión, aún no está concretada”, por lo tanto no tiene sentido que arranque hoy el curso de soldadura específico para el tipo de Tacuarembó, que de repente mañana no lo aplica en ningún lado. Va a tener sentido cuando tengamos la condición más clara, más cierta de que la planta va y va.

EC —Tengo mensajes de los oyentes. Este en particular engancha con algo que acaba de señalar a propósito de algún antecedente. Pregunta Luis: “¿Así que entonces Andrade y el Sunca están conformes con la instalación de otra pastera en el país? ¿Los problemas medioambientales les son ajenos?”.

OA —No, no nos son ajenos. Los problemas medioambientales son importantes, nosotros no tenemos la capacidad de controlar los temas medioambientales. Vos me decís: ¿el Sunca es el que tiene la posibilidad de controlar la calidad de las aguas del río? No, no tiene.

EC —Pero los sindicatos uruguayos y el Sunca en particular terminan metidos muchas veces en debates que no son estrictamente vinculados a lo laboral.

OA —Lo que estoy diciendo es que no es lo que nosotros podemos hacer hoy. Si yo pudiera decir hoy “quiero firmar un convenio donde diga que el Sunca va a controlar los impactos medioambientales de la planta”… no tenemos condiciones de controlar nada. Ahora, soy socio en que la Dinama tenga los mayores recursos posibles para que el impacto ambiental se minimice en la mayor de sus posibilidades. Como me podés decir “¿estás de acuerdo en que venga el régimen de zona franca?”. Esa discusión no pasó ni a quinientos kilómetros de la mesa en la que estamos negociando. Si me preguntás, no.

EC —¿Qué es eso? ¿Pragmatismo comunista?

OA —No, lo que digo es: se instala una planta, una actitud de clase es decir: como yo no estoy de acuerdo en que esté en un régimen de zona franca, no negocio las condiciones laborales. ¿Beneficio a los trabajadores si no negocio las condiciones laborales? ¿Defiendo algún interés si no negocio las condiciones laborales? No, de ninguna manera. Ahora, es claro que no se negocia con el movimiento sindical ni el régimen fiscal. Mi opinión va a ser: cuanto más le deje al Estado, mejor, y cuanto más se controlen los impactos medioambientales, mejor.

EC —Pero ¿van a estar metidos en esa discusión?

OA —Estamos metidos de hecho. Cada vez que nos paramos a discutir el tema de redistribución de la riqueza, aportes tributarios, nuestra discusión… Con respecto a la celulosa, si yo tuviera que colocar hoy un costado que tendríamos que generar, que sí es nuestra tarea, cómo redistribuye, sería que los 12.000, 15.000 trabajadores de la forestación tendrían que tener niveles salariales mejores. Las pasteras en general ofrecen una condición laboral digna dentro de la planta, pero no para la cadena productiva. Yo estuve el sábado pasado en Rivera con trabajadores de la forestación de Tranqueras. A muchos de esos compañeros se les aporta la mitad de los jornales a la caja, tienen salarios muy bajos… Lo mismo con el transporte. Si hay un componente que sí es del movimiento sindical inmediato, es que tendríamos que generar condiciones para que lo que desparramen estas inversiones en la larga, no solamente mientras se hace la obra, sea mayor para los trabajadores de la forestación, ahí estamos dando una mano. Estamos dando una mano en Quebracho, en Piedras Coloradas, en Tranqueras, donde hay una cantidad importante de trabajadores en condiciones muy irregulares. Pero tampoco es sencillo organizar ahí, porque en general tenés una lógica de que el trabajo tiene una zafralidad, trabajan algunos meses al año, algunos meses no, muy subcontratados, con muchísima dificultad para afirmar organización.

EC —Pregunta Raúl: “¿En Finlandia hay normas similares?”.

OA —El que ha ido a Finlandia y conoce más de esto es el compañero de los papeleros, que se vinculó con los sindicatos finlandeses para el proceso de sindicalización después de que la planta está en funcionamiento. Yo no puedo responder esa pregunta.

Video de la entrevista

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Transcripción: María Lila Ltaif

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