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Entrevista central, jueves 17 de agosto: Andrés Lalanne

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Entrevista con el ingeniero Andrés Lalanne, rector del CLAEH.

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EN PERSPECTIVA
Jueves 17.08.2017, hora 8:24

Video de la entrevista

EN PERSPECTIVA
Jueves 17.08.2017, hora 8.24

EMILIANO COTELO (EC) —“El desarrollo no se reduce al simple crecimiento económico. Para ser auténtico debe ser integral, es decir, promover a todos los hombres y a todo el hombre.”

El concepto pertenece al sacerdote humanista francés Louis-Joseph Lebret, e inspiró a un grupo de jóvenes uruguayos que en 1957 fundaron el Centro Latinoamericano de Economía Humana, el CLAEH.

Esta institución académica está cumpliendo en estos días sus 60 años de vida, y prepara una celebración doble, porque además acaba de ser reconocida como universidad por el Ministerio de Educación y Cultura (MEC).

Vale la pena meternos en la historia, la actualidad y el futuro del CLAEH. Para eso hemos invitado a su rector, Andrés Lalanne.

El CLAEH tiene una historia y un perfil bien marcados dentro del mundo universitario uruguayo por eso que mencioné: surge a partir de grupos de investigación de la sociedad civil inspirados en el concepto de economía humana. Hagamos la precisión a propósito de aquel origen.

ANDRÉS LALANNE (AL) —El concepto es el de economía humana. La economía humana se inscribe dentro de las corrientes humanistas, con un origen en lo que llamaríamos el socialcristianismo. Pero no un origen político, sino más bien un origen en cuanto a ciertos temas doctrinarios y conceptos y valores que vienen de una inspiración cristiana.

EC —Entonces, y teniendo en cuenta que el inspirador fue un sacerdote, ¿qué vinculación tiene el CLAEH con la Iglesia católica?

AL —Desde sus orígenes ha sido una asociación civil, una organización de particulares que no tuvo una adscripción a una religión, ni a una ideología política, ni a ningún interés económico. En ese sentido la independencia del CLAEH ayer y hoy ha sido siempre total, han sido más bien sus integrantes los que han tenido opciones tanto en lo religioso como en lo político, pero diversos. El CLAEH es un defensor del pluralismo y siempre lo ha ejercido.

EC —En 1947, influidos por las ideas de Lebret, un grupo de jóvenes uruguayos crearon los Equipos del Bien Común y comenzaron a realizar investigaciones sobre la realidad social. El estudio La familia en Montevideo, del año 1956, fue lo que dio visibilidad a esos trabajos. Y al año siguiente, hace 60, unas cien personas de varios países latinoamericanos se reunieron en Montevideo y fundaron el CLAEH. ¿Cómo es eso de que el CLAEH tiene un origen latinoamericano, no solo uruguayo?

AL —Es una consecuencia de lo que decías con relación a la fundación y a la inspiración del padre Lebret. Lebret, aparte de ser un sacerdote, era un hombre de acción, trabajó en sus años jóvenes con los marinos en Bretaña, organizando, sindicalizando trabajadores que estaban en una situación muy precaria. Ahí empieza a tomar conciencia social, que después trasmite a su movimiento. Y después, por invitación, ya en la década de los 40, empieza a conocer América Latina. Creo que el primer desembarco fue en Brasil, en San Pablo, y quedó muy impactado por el choque con el subdesarrollo: países muy ricos y sociedades muy pobres. Hace un periplo que lo lleva a varios países de la región, donde queda algún grupo interesado en este concepto de economía humana y grupos que no eran necesariamente de gente católica. Por ejemplo, en Uruguay la actividad de Lebret fueron conferencias que dio en la Universidad de la República (Udelar), tanto en el edificio central como en la Facultad de Arquitectura. Para que tengan una dimensión del impacto de esta personalidad, el decano de la Facultad de Arquitectura era trotskista y estaba fascinado con los planteos de Lebret. Incluso hoy día los discursos del padre Lebret están en los Anales de la facultad, que están digitalizados.

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