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Entrevista central, jueves 22 de junio: Ernesto Talvi

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RA —Usted destacaba que se les está pidiendo al sector productivo y a las familias que transfieran una enorme cantidad de recursos al Estado para mantener en orden las finanzas públicas en lugar de que sea el Estado el que se enmiende la plana a sí mismo y mejore su gestión. Pero ¿ese Estado del que habla no es una entelequia? ¿No se termina por un lado o por otro afectando a la gente, porque de última el Estado somos todos?

ET —Sí, el Estado somos todos, el Estado es una entidad colectiva que nos permite organizar la vida en comunidad. No solamente es el que legisla, el que dispone de las normas que organizan la convivencia, sino que provee servicios muy importantes, de seguridad, de justicia, de educación, de vivienda. El Estado juega un rol muy importante en la sociedad. Pero los ciudadanos tenemos que pagar impuestos para financiar esas actividades, y la cuestión es si eso se está haciendo de manera de no imponer una carga excesiva sobre los ciudadanos. Y nosotros entendemos que sí, que se está haciendo, y que el gobierno debió haber planteado enmendarse a sí mismo la plana cuando llegó la etapa de enfriamiento de la economía.

EC —¿Qué querría decir “enmendar la plana”?

ET —Enmendar la plana quiere decir que cuando llegó la etapa de enfriamiento de la economía la recaudación se empezó a resentir, pero los gastos siguieron creciendo como si no hubiera mañana.

EC —El crecimiento de esos gastos de algún modo también da vida a la economía.

ET —No, no da vida a la economía. Si eso genera por un lado la deuda, es decir si ese aumento de gastos que no se corresponde con la recaudación menguada genera un déficit fiscal que nos obliga a tomar deuda, para la cual tenemos que pagar tasas de interés más altas, tasas de interés supersónicas traducidas a dólares –los instrumentos en pesos–, en el Mercosur entero estamos pagando tasas enormemente altas. Pagamos tasas altas y los sectores como la construcción, que son muy sensibles a la tasa de interés, se ven afectados. Pagamos tasas altas y atraemos dólares que vienen a invertirse al país, en este caso en títulos públicos, y reprimimos el tipo de cambio y por ende afectamos adversamente a los sectores que exportan y a los sectores que compiten con las importaciones. Tener un déficit fiscal genera efectos colaterales en los sectores productivos muy importantes.

EC —Curiosamente, cada vez que el gobierno emite deuda destaca como síntoma de la confianza en el país la tasa a la que lo hizo y la alta demanda que se da por los papeles de deuda uruguaya, que siempre supera a la oferta. La última emisión de esta deuda fue la semana pasada, una operación inédita, por primera vez se colocaba deuda en moneda local en el mercado internacional: un bono global en pesos nominales, cinco años, con un rendimiento de 10 % por un total de US$ 1.250 millones. Un comunicado del Ministerio de Economía destacaba que con ese millón “se buscó consolidar la política de prefinanciamiento del gobierno fortaleciendo su solidez financiera. Además se apuntalaron el proceso de desdolarización de la deuda del gobierno y la mejora del perfil de vencimientos, y de esta forma se diversifica la base inversora y se reduce el costo del financiamiento en pesos”. ¿Cómo observa este tipo de comunicados, este tipo de análisis de las emisiones de deuda?

ET —En lo que tiene que ver con la ingeniería financiera me parece muy bien y estoy de acuerdo con lo que dice el comunicado. En lo que tiene que ver con lo inédito… le voy a decir algo mucho más inédito que ocurrió hace tres días: Argentina, que no tiene grado inversor, a diferencia de nosotros, que hizo un default unilateral en el año 2002, colocó deuda a 100 años.

EC —Una decisión muy polémica en Argentina.

ET —En este mundo en el que la liquidez sale por las orejas, porque sobra plata, porque los países desarrollados no han logrado recuperarse con vigor para poder absorber los recursos que normalmente absorbían, esos recursos están buscando dónde colocarse, hay altísima liquidez. Tasa baja, es cuestionable qué es bajo y qué es alto; relativo al cero que paga Estados Unidos, relativo a las tasas negativas que pagan Alemania y Japón son altísimas. Relativo a lo que eso implica para la trayectoria en el tiempo de la deuda son altas.

No puedo comprender que festejemos como un éxito tener déficit fiscal, colocar deuda que no siempre refleja –en el caso de Uruguay puede ser, mucho más que en el caso de Argentina– la credibilidad en la economía. Uno habla en Argentina con eventuales inversores, gente que va a comprometer ladrillos o máquinas a largo plazo, no papeles, y le dice: “hasta que no se aclare si el kirchnerismo no vuelve no invierto un peso en Argentina, si dentro de dos años vuelve el kirchnerismo no quiero saber de nada”. Por eso es tan importante la próxima elección al Congreso que va a haber en Argentina, porque al fin y al cabo se van a renovar un tercio del Senado y la mitad de los diputados, y creo que más importante que una victoria del macrismo es una derrota del kirchnerismo, aunque sea a expensas de los grupos peronistas no kirchneristas –Masa, Urtubey–, que son mucho más moderados, son personas más razonables. Eso va a destrabar la incertidumbre, aumentar el horizonte de planificación y permitir que inversiones que de otra forma no se realizarían se realicen. Aparte de probablemente facilitarle al gobierno acuerdos políticos que necesita y va a necesitar para resolver el problema fiscal.

EC —Terminó hablando del contexto regional, o de uno de los elementos del contexto regional, cuando el foco era la emisión de deuda acá.

ET —Usted me leyó el comunicado, estoy de acuerdo con la parte de la reingeniería financiera, con la parte de reperfilar, con la parte de diversificar, todo eso está muy bien. Pero no debemos perder de vista que cuando emitimos deuda la mayor parte del tiempo lo que estamos haciendo es cubriendo un desequilibrio entre lo que gastamos y lo que nos ingresa. Ese desequilibrio que estamos cubriendo hace que la deuda esté creciendo a un ritmo que de no inmediato, pero sí en lo mediato, puede comprometer el buen crédito de la República. Por eso el gobierno está haciendo estos esfuerzos por reducir el déficit fiscal, sin tener éxito.

***

RA —En este contexto que está describiendo, usted afirmó ayer que el proyecto de rendición de cuentas es “más de lo mismo”. ¿Por qué es más de lo mismo? Hay colegas suyos que vieron el proyecto como “moderado” e incluso destacaron que el incremento del gasto que se propone es muy menor para lo que son las cifras del Estado.

ET —Es más de lo mismo porque es más gasto, más impuestos, en una economía que ya no resiste eso. El propio ministro de Economía dijo en un momento que habíamos llegado al límite de nuestra capacidad contributiva, y la mejor prueba de ello es que estamos aumentando los impuestos a los juegos de azar, que puede ser que esté bien que se aumenten, pero habría que reducir otros, y estamos aumentando la tasa consular, que es un impuesto a los productos importados, que está cuestionado por el Mercosur y por la Organización Mundial de Comercio y no es una buena señal en un país que pretende tener una inserción internacional dinámica. Quiere decir que estamos rascando la latita, que estamos buscando ya donde no hay, a ver de dónde podemos sacar para financiar más gasto.

EC —El aumento del gasto decidido por el gobierno en esta instancia es de solo US$ 72 millones, US$ 62 para la enseñanza y US$ 10 para pagar la primera cuota del acuerdo con los judiciales por el reclamo salarial que viene del año pasado. El propio gobierno ha dicho que es muy poco, y le critican que es muy poco, además.

ET —Hay gastos que pueden justificarse, hay otros que no pueden evitarse, pero si gastamos más en cosas que justificamos, que se pueden justificar y que no se pueden evitar, hay que gastar menos en otras. No hay vuelta, no hay magia acá. No podemos seguir teniendo el agujero fiscal que tenemos, no podemos seguir endeudándonos al ritmo a que lo estamos haciendo y pretender que no va a pasar absolutamente nada.

EC —Una aclaración: US$ 72 millones son los que el gobierno deliberadamente agrega en esta rendición de cuentas, pero el gasto aumenta más, porque aparte hay US$ 100 millones adicionales para pasividades que no se habían previsto –dice el ministro de Economía– y US$ 50 millones para la caja militar, porque no se votó un proyecto que el Poder Ejecutivo envió al Parlamento para impuestos a las jubilaciones más altas.

ET —El gobierno se encuentra con un agujero fiscal que sabe que tiene que tapar, hace un ajuste fiscal en el 2015, hace otro ajuste fiscal en el 2016 y hace un ajustecito fiscal en la nueva rendición de cuentas. Los ajustes fiscales tomaron la forma de aumentar impuestos, poner sobreprecios en las tarifas de las empresas públicas para recaudar y comprimir la inversión. Todo lo cual no ha dado resultado hasta ahora, no se ha logrado bajar el déficit fiscal.

EC —Por eso lo de más de lo mismo.

ET —Por eso es más de lo mismo. Si seguimos haciendo lo mismo que ya no funcionó en los dos años anteriores, en nuestra opinión, a menos que haya un golpe de suerte –que recibamos una megainversión, que Argentina y Brasil levanten más allá de lo previsto, que los capitales golondrinas, como parecería estar ocurriendo, empiecen a llegar de nuevo masivamente a nuestras costas y por ende nos den esa falsa sensación de mejoría porque colocamos la deuda con facilidad–, no va a funcionar con más impuestos, con más gastos, con compresión de la inversión. Hay que cambiar la pisada.

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