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Entrevista central, jueves 25 de enero: Diego Barcia

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RA —Acá se hizo el camino inverso. Por lo general la noticia se publica en los medios tradicionales, se comparte en las redes y a partir de eso se generan interacciones y movimientos.

DB —Fue al revés, la noticia nació a partir de la viralización a través de WhatsApp. Me parece que la noticia nació con dos componentes, no una salida de prensa, sino una muy buena movida de WhatsApp de esos audios y fundamentalmente la respuesta del gobierno a esos audios, que valida, levanta el tema, que ahí se transforma en […] inmediatamente.

DS —El primer aspecto que mencionás, esa movida de los audios por WhatsApp, probablemente haya sido involuntaria, a partir de la reunión en Paysandú se empezaron a viralizar las exposiciones de los productores molestos, la pequeña convocatoria, y se salió de cauce.

DB —Sin duda. No creo que las personas que hicieron esos audios imaginaran en ese momento que esos audios fueran a llegar a las personas a las que llegaron y a la cantidad de departamentos a los que llegaron, la transversalidad que tuvo esa comunicación.

DS —Fijate qué interesante, el lunes pasado entrevistamos a la historiadora Ana Ribeiro, que nos hizo un racconto de todas las tiranteces, las tensiones entre el campo y la ciudad, y hablaba precisamente de que una de las características de esta movida, que asociaba a otras movidas a lo largo de la historia del Uruguay, tenía que ver con las formas de comunicación, desde los gauchos de Saravia cortando el telégrafo para que no llegara la información del gobierno al interior hasta Chicotazo con la Spika. Y acá nuevamente tenemos un medio de comunicación difundiendo los intereses agropecuarios.

DB —Cien por ciento. Una opinión personal: yo no definiría esta marcha como una marcha del campo, más allá de que el título es “la marcha del campo”, por lo que vimos y por el tipo de ADN que tenían las personas que participaron en ella.

RA —¿Qué tan importante era el movimiento cuando vieron que había respuesta con ese audio del gobierno que validaba lo que podía ser la movilización, cuando empezaron a ver que el tema empezaba a prender en las redes sociales como Facebook y Twitter, que los medios tradicionales también lo tomaban? ¿Empezó como algo ya muy fuerte en las redes?

DB —Cuando empezamos a medir esto, el 13 de enero, empezó a moverse un poco en las redes, sobre el 15 de enero, y después empezó lentamente a tomar relevancia, pero no es hasta la convocatoria de la marcha que se empieza a generar. El primer pico que tuvo la conversación fue una avalancha de críticas hacia el Frente Amplio y hacia Tabaré Vázquez particularmente, que empezó a trascender y empezó a alimentar.

Yo decía que no lo llamo marcha del campo, sino que para mí tiene un contexto político diferente. Creo que es el primer hecho en la agenda política –no digo hecho político porque no sé si fue un hecho político particularmente, pero sí fue un hecho en la agenda política– que concentra un montón de malhumor que había hacia el Estado en un grupo de personas, no todo el mundo obviamente, y que las embandera con algo. Me parece que si esto hubiese sido una marcha por los impuestos en 18 de Julio o una marcha por la nafta cara en Maldonado habría sido lo mismo.

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