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Entrevista central, jueves 25 de enero: Diego Barcia

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RA —Eso fue lo que disparó la ironía y las bromas. ¿Ya estaba el hashtag #Agropalooza y eso lo potenció?

DB —Te cuento algunos tuits que tuvieron mucha trascendencia, la creatividad de la gente… Sale una imagen de una pareja hippy rubiecita compartiendo un momento sentados en el pasto del recital de aquella época y Pin y verde, que es una cuenta también paródica, dice “Luis Lacalle Pou y Loly Ponce de León el día que se conocieron en el Agropalooza de 1996”. Y Franco Sena, que es un usuario real de Twitter, muestra una mujer relativamente joven, morocha, sirviéndose una bebida en este tipo de recital hippy que había en aquella época, una foto totalmente añeja, y dice “Aquí se ve a Verónica Alonso en Agropalooza 1985 celebrando por un muro que recién había pintado en el Marconi de aquel entonces”. Eso tuvo mucha movida, porque había una parte de la población con un enojo latente hacia la marcha, que no estaba de acuerdo con la politización de la marcha y que defendía al gobierno pero no tenía una bandera para defenderse, entonces esto del Agropalooza concentró esa respuesta que tenía esa gente y que quería decir “yo no estoy de acuerdo con la marcha” de alguna manera. El #Agropalooza concentró ese mensaje y realmente fue una pequeña causa dentro de esta causa que tuvo relevancia. De hecho, el hashtag #Agropalooza fue el que mejor se posicionó.

DS —Mirá cómo va lo que estás diciendo con una de la serie de reflexiones que tuvimos acá. Ayer el Serrano Abella, que fue uno de los oradores en Durazno, decía que este fenómeno se había salido de todas las lógicas con las cuales se cubren este tipo de eventos. No era una manifestación sindical, era una manifestación que le pegaba al gobierno, pero también le pegaba a la clase política, también estaba por encima de las gremiales agropecuaria que generalmente representan este tipo de movimientos, y lo que se ve en esta narración que tú estás haciendo de lo que pasó en redes sociales también expresa lo que acabás de decir, no sabían dónde poner el malestar para ponerse a defender al gobierno y entraron por el humor.

DB —Sin duda. Otra de las características que tú mencionás ahora es que le costó muchísimo a la clase política –y no creo que no lo haya intentado, simplemente no pudo– capitalizar –hablo de la oposición– todo esto este movimiento. Tenemos un descontento general de la población que ningún político de la oposición puede capitalizar o llevar a su molino. Esto se vio en la distancia que tomaron algunos políticos, tomándolo con cautela. Una de las consignas que más manejaron la conversación es “esto no nace de la clase política, nace del campo, nace del pueblo”. Obviamente es un mensaje de cara a los procesos electorales que están por venir en el Uruguay. Le está costado mucho a la oposición ser los abanderados del descontento de las personas. No sé si porque hay un descontento con la clase política toda y no solamente con el Frente Amplio, o si las figuras que hoy en día lideran los espacios no cautivan lo suficiente. Acá no hay un Wilson, un Seregni, porque habrían sido los elegidos para hablar en la marcha del campo.

DS —De hecho ese apartidismo se explicitó. Entrevistamos al que arrancó la movida con aquella convocatoria en Paysandú y él declaró apenas terminó el acto que era apartidario, y en los discursos se insistió en que esto era apartidario.

DB —Sí, y así se vio en la conversación. Nosotros identificamos siete clústeres. (Un clúster es un grupo de personas con determinadas características en común o que hablan de algo manejando la misma línea de mensajes.) Tenemos una tecnología que identificó esos grupos de personas que conversaron en Twitter y representó en una imagen el vínculo de conversaciones que tuvieron esas personas de esos clústeres.

Y lo que descubrimos fue que el político que más capitalizó todo esto –en Twitter al menos– fue Amorín Batlle. Tuvo un gran porcentaje de apoyo de lo que iba diciendo, compartió muchísimo con contenido, y como el resto de las figuras políticas no hicieron tanta comunicación sobre esto, él concentró. Fue de los que compartieron eso de que Tabaré Vázquez no resistía el archivo de lo que había dicho en la tele en el 2002, en la marcha del 2002 contra el gobierno de Jorge Batlle, eso lo movió mucho. Y por otro lado aparecían Jorge Larrañaga y Verónica Alonso con alguna mención a la marcha, tenue y apoyando desde un lugar ciudadano que tuvo su lado positivo. Y por otro lado cuando nace toda la conversación del #Agropalooza y de El Conservador, van directamente a atacar a Lacalle Pou, sin que Luis Lacalle hubiera mencionado mucho sobre la marcha; fue muy cauteloso en ese sentido, se mantuvo distante, sí generó una opinión, apoyó, pero ni siquiera intentó capitalizar esto políticamente. Sin embargo el ala izquierda de la conversación lo ataca. Tenemos un mapa donde vemos que las menciones que salen del #Agropalooza arroban a Lacalle Pou y lo detractan.

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