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Entrevista central, jueves 30 de junio: Washington Corallo

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EC —¿Cuánto está jugando el factor salario en esa competitividad complicada?

WC —No hay duda de que el factor salario influye. En momentos de trabajo pleno el factor salario no debería ser un obstáculo, de hecho incluso en la década del [19]30 el economista [John Maynard] Keynes tuvo la teoría de que a trabajo pleno, a empleo pleno, lo propio que produce un trabajador es comprado por el otro, por lo cual se alimentaría de forma perfecta el ciclo económico, pero la realidad nos muestra que hay también otros factores —vuelvo a repetir, internos y externos— y eso hace que el trabajo, cuando no hay capacidad de vender, del mismo modo que los costos, las tarifas públicas…

Vamos a hacer un paréntesis, vamos a destacar algo positivo. Lo positivo es que, por ejemplo, la soja, que es un producto de exportación uruguayo, ha subido, que la carne se ha mantenido, o sea que también vemos que el país precisa de esos cuatro actores principales, que son agro, industria, comercio y servicios, para que ese efecto derrame en la economía se genere y no se pierdan los puestos de trabajo. Volviendo al tema que nos estaba ocupando, lógicamente la posibilidad de que Uruguay tenga esa mano de obra calificada para acceder a esos mercados y no perderla es importante.

EC —Por último, en cuanto a diagnóstico y perspectivas, ¿qué análisis hacen ustedes de las medidas de ajuste fiscal anunciadas por el Poder Ejecutivo y que ahora forman parte del proyecto de ley de Rendición de Cuentas que se está discutiendo en el Parlamento? ¿Un paquete de ese tipo generaría algún cambio en este diagnóstico?

WC —No hay duda de que, como bien se dijo, la mano de obra, cuando hay situaciones de trabajo pleno, no genera problemas. Cuando las empresas no tienen capacidad de competitividad en un costo salarial y no tienen la capacidad de vender para absorber parte de esa mano de obra, es un problema para la empresa, es un problema para el trabajador, y ahí es donde viene la propuesta nuestra. El ajuste fiscal es lamentablemente necesario, sí, porque tal vez no se previó; la CIU lo viene sosteniendo desde hace tiempo, que venimos en un plan de caída, en un soft landing que por momentos se aceleró y ya no fue tan soft, sino que empezó a ser bastante duro, y creo que se debería haber tomado medidas, pero en este momento no sirve llorar sobre lo que pasó, lo que hay que hacer es mirar para el frente y buscar las soluciones.

Y las soluciones implican apoyar a todos los actores, apoyar al sistema productivo, al sistema político y al sistema de los trabajadores. Creo que de esto se sale con un gran pacto, con un control estricto de gastos, con un concepto nuevo de competitividad, elaborando y poniendo sobre la mesa los conceptos de productividad, siendo conscientes de que los sueldos se pagan con lo que se vende, la plata para pagar los salarios sale del trabajo, de la venta, de los productos. Si no se vende, la plata no está en un árbol que uno viene y la baja y la pone en la alcancía o la usa para pagar. La plata sale de la circulación y de la actividad económica del país. Y el efecto derrame en la economía es importante, porque lo tienen que generar todos los actores.

Y ahí volvemos al punto, que es, como pasó en otros países (Alemania, Italia, España, Portugal) en circunstancias de crisis (que en algunos casos la tienen, en otros la lograron mitigar), lo que se busca, y volvemos al principio, es que esa mano de obra calificada, preparada, entrenada y motivada, en lugar de ir al seguro de paro, lo cual genera, no hay duda, una pérdida tremenda del poder adquisitivo y además la angustia de la persona de no saber si cuando termine el seguro de paro vuelve a su empleo, la posibilidad de que se trabajen menos horas pagando exactamente las horas que se trabajan, haciendo un pacto entre empresas con aquellos sectores que así lo puedan, de manera tal de que no se pierda el conocimiento, que el Estado no tenga que pagar el seguro de paro y que a su vez el Estado siga percibiendo, en forma proporcional, los aportes que realizan las empresas, con lo cual, en teoría, si bien el ciclo económico baja, se mantienen la máquina y el aparato productivo.

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